El ingeniero Rodolfo Dalmati analiza las políticas implementadas en el país para disminuir los riesgos en las presas que, entre otros beneficios, previenen inundaciones, proveen electricidad y retienen agua para consumo humano y riego.
Hace unas semanas ocurrió un desastre en un dique minero en Brasil, y pueden surgir interrogantes tales como: ¿podría ocurrir lo mismo en un dique argentino?, ¿estoy cerca de un dique?, ¿me encuentro en riesgo?.
Se puede hacer una analogía con los accidentes aéreos: ¿pueden ocurrir?, la respuesta es sí, pero la probabilidad que ocurran es muy baja; por ello cada vez más gente viaja en avión. ¿Por qué es baja?, porque la técnica aeronáutica es ya muy conocida, los pronósticos meteorológicos son más acertados y se hacen controles permanentes. Hace poco ocurrió un incendio en un hotel en el centro de Buenos Aires. En el edificio donde vivimos, ¿puede producirse un incendio?, la respuesta nuevamente es sí, por eso colocamos matafuegos, puertas antincendios, etc., sin embargo, la probabilidad es bajísima. En los diques o presas, la situación es parecida, ¿puede ocurrir una rotura?, la respuesta es sí, pero la probabilidad es extremamente baja, con la gran ventaja de que en general los problemas se desarrollan más lentamente y habitualmente, con una supervisión adecuada, los inconvenientes pueden corregirse sin incidentes mayores.
¿Qué es el riesgo? Se puede definir como la probabilidad de que un evento ocurra, multiplicado por las consecuencias que produciría ese evento. En el caso de los diques o presas, normalmente la probabilidad de una rotura es muy baja, pero las consecuencias, si ocurriera como se vio en Brasil, pueden ser graves. Se debe trabajar en ambos aspectos, reducir la probabilidad con buenos diseños y control continuo; y acotar consecuencias con medidas estructurales, como obras de protección para inundaciones, y no estructurales, como los planes de acción durante las emergencias (PADE).
En este siglo se está imponiendo en el mundo como metodología para estudiar la seguridad de presas el análisis de riesgo, siendo especialmente desarrollado en países como Estados Unidos, Australia y España. A partir del año 2016, con la gestión del presidente Mauricio Macri, estas nuevas metodologías también se han adoptado en los organismos oficiales argentinos, habiéndose creado por ley el SINAGIR, Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo.
Existen distintos tipos de diques; por ejemplo las presas de embalse son las más conocidas, se utilizan para hidroelectricidad, riego, control de crecidas, agua potable y recreación. El Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP), que fue creado hace 20 años, es el Ente dedicado al control de la seguridad estructural y operativa de las presas de embalse de jurisdicción nacional. También existen muchas otras presas y diques derivadores de jurisdicción provincial que son controlados por las autoridades de cada Provincia. En varias de ellas, como Córdoba, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Catamarca, Jujuy, Santiago del Estero, La Rioja, Chubut y Chaco, el ORSEP asesora a las autoridades locales en cuestión de seguridad de presas.
Otro tipo de diques son los de relave mineros, también llamados diques de cola, que son presas bastante distintas a las de embalse, ya que no contienen solo agua, sino principalmente barros, formados por residuos o materiales sobrantes de una explotación minera con algo de agua. Estos diques se suelen hacer por etapas, aumentando su altura en función de los residuos que se van produciendo en cada año de explotación. En la Argentina existen solamente alrededor de una docena de diques de cola significativos, cantidad mucho menor a los existentes en Brasil y Chile. Por nuestra Constitución, las explotaciones mineras corresponden a las provincias y por lo tanto también su control.
Algunos se pueden preguntar por qué o para qué son necesarias las presas. Quizás lo más sencillo sea mostrar su utilidad, a través de algunos ejemplos. En el Río Dulce durante el año 2017, las ciudades de Termas de Río Hondo, Santiago capital y La Banda hubieran tenido graves inundaciones con miles de evacuados sin la presa de Río Hondo, que recibió un caudal pico de ingreso de aproximadamente 2500 metros cúbicos por segundo y dejando salir hacia aguas abajo un caudal de 1500 m3/seg lo cual no generó inundaciones significativas. Así también, sin el complejo Cerros Colorados en la crecida del Río Neuquén de 2006, las ciudades de Neuquén, Cipolletti y otras del valle del Río Negro se habrían inundado con graves daños.
Sin presas de embalse, ciudades como San Miguel de Tucumán, Córdoba o Bahía Blanca no tendrían suficiente agua potable para abastecer a sus poblaciones. A partir de los embalses para riego se sostienen los oasis de agricultura intensiva de Mendoza y San Juan. Si no existieran las presas y centrales hidroeléctricas que cubren un tercio de la potencia eléctrica del país, se debería tener más centrales térmicas que emitirían más dióxido de carbono aumentando el efecto invernadero y agravando el cambio climático.
Este cambio climático que nos afecta, genera más eventos extremos, con sequías más prolongadas e inundaciones más severas; y esto implica la necesidad de nuevos embalses para poder atenuar esos efectos. En este sentido, la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica (SIPH) a cargo del Ingeniero Pablo Bereciartua, ha desarrollado el Plan Nacional del Agua, que incluye varios proyectos de presas multipropósito, los cuales ayudarán a atenuar dichos fenómenos, mejorar las áreas de riego y abastecer a más población de agua potable, produciendo además energía eléctrica limpia y renovable.
En toda presa, existente o nueva, debe darse prioridad a garantizar su seguridad. Por ello es conveniente normalizarlo a nivel federal a través de una ley. EL ORSEP ha trabajado en el tema juntamente con el equipo del Ingeniero Julio Cobos, quien en noviembre pasado ha presentado en el Senado un proyecto de ley de Seguridad de Presas, que abarca tanto las presas de embalse como los diques mineros y también los terraplenes de defensa urbanos, con el objetivo de uniformizar criterios y asegurar que se cumplan reglamentaciones de seguridad similares en todos los diques y presas del país, cualquiera sea su uso.
El ingeniero Rodolfo E. Dalmati es el Presidente del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP)
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