El proyecto minero San Jorge, ubicado en Mendoza muy cerca del límite con San Juan, terminó de esfumarse según confirmaron los grupos rusos Aterra Capitals y Solway Investemen, sus principales accionistas. Y con él también quedó en la nada el sueño de 3.000 puestos de trabajo directo que podría haber representado para Calingasta.
Este proyecto, que tuvo como primer gran accionista a la canadiense Coro Mining Corp, tenía como objetivo extraer el cobre que atesaron los cerros de la estancia El Yalguaraz (Uspallata), pero la Ley Antiminera 7722 establecida por el gobierno mendocino frenó su desarrollo en la vecina provincia.
Este obstáculo abrió el juego para que San Juan se convirtiera en la llave que reactivaba el proyecto. La idea de los norteamercanos, allá por 2012 y después de muchos años de vueltas, fue construir un ferrocarril de 22 kilómetros de extensión, desde la cantera hasta Calingasta, donde se llevaría la piedra para procesarla y extraer el cobre.
De esa manera se evitaría la intervención de la ley antiminería para explotación a cielo abierto que rige en Mendoza y al mismo tiempo se abriría la posibilidad de brindar 3.000 puestos de trabajo directo a los calingastinos, gracias a los cerca de 300 millones de dólares que se iban a invertir.
Sin llegar a concretarse en una mediano plazo, Coro Mining Corp vendió el proyecto a los grupos rusos, quienes cansados de tantas trabas ?el gobierno mendocino no aprobó un proyecto biprovincial- tomaron la decisión bajarle la persiana a la mina San Jorge y, por decantación, enterrar el sueño calingastino.
Tiempo de San Juan