Catamarca/ Desde la bancada periodística: El futuro, entre la esperanza y la incomprensión

  • 29 de abril, 2019
Mientras los políticos de todos los bandos, con ritmo febril, discuten arreglos electorales y eventuales precandidaturas, la mayoría de ellos no piensa ?y si lo hace no lo expresa- en el futuro de la provincia. Y sobre el futuro, ese es el problema, se extienden densos y electrizantes nubarrones.
Cuando se termine el electoralismo y desvanezcan los fastos de quienes resulten ganadores les aclaramos, sin temor a equivocarnos, que deberán enfrentarse a una realidad socio-económica sumamente complicada, muchísimo más delicada que la se vive en estos tiempos de crisis. La actual administración catamarqueña o la que pudiera reemplazarla no va a encontrar deudas impagables ni más carencias estructurales que las ya existentes, pero no podrá soslayar mayores índices de desocupación, crecimiento de la pobreza, dependencia absoluta del Estado y recursos recortados por la Nación, la que a su vez tendrá que afrontar sus propias penurias, relacionadas fundamentalmente con su incapacidad de pagar la deuda monstruosa que impone cerca de 3.000 millones de intereses diarios. "La peor de todas" Lejos de pretender sembrar miedo o dar malas noticias, las predicciones no son ocurrencias, sino las conclusiones de varios estudios que, en base estadísticas y variables económicas, señalan lo que puede venir. Uno de esos (estudios) lo aportó el diario La Nación la semana pasada y colocó a Catamarca como la más comprometida entre las provincias argentinas. El informe revela cuestiones no discutibles. Indica que las provincias de las regiones pampeana y patagónica, por tener un mayor perfil exportador, son las mejor posicionadas frente a la crisis. Por el contrario, las más expuestas, serían las del NOA y el NEA que, aunque mejoraron sus finanzas en el primer trimestre de 2019, tendrían deterioros fiscales en 2020 en orden a que registran las caídas más significativas del consumo. Este panorama se traslada a la obra pública. La pampa húmeda, con sus exportaciones del agro, muestra leve repunte, en tanto la Patagonia, que logra ventajas por el petróleo, al menos recorta la caída. Para el Norte grande todas son malas, lo que se agrava porque los ingresos que reciben provincias como Catamarca no siguen el ritmo vertiginoso de la inflación. En cuanto a las conclusiones, desgraciadamente, se ubica a Catamarca, Chaco, Formosa y Corrientes en la zona roja porque la actividad económica cayó más del 5%. En el juego de las variables económicas y la posición de las provincias en la tabla de las potencialidades, queda claro que el factor desequilibrante tiene que ver con las exportaciones, las que están por fuera del gasto público que, por los empleos estatales, es alto en las distintas latitudes. Y, precisamente, por las exportaciones, se establece que Neuquén será la mayor beneficiada por la incidencia petrolífera de Vaca Muerta, en tanto Catamarca queda en el último puesto por el cierre de Bajo la Alumbrera, lo que ya determinó que se desaprovechara en el último año un tipo de cambio más competitivo. "Minería o minería" No hace falta ser un experto en economía para comprender el sentido y los alcances del informe que nos coloca a la cola de las posiciones. La minería, claramente, es el factor clave de la decadencia o el desarrollo de Catamarca. Los gobiernos de Eduardo Brizuela del Moral (fue el que dispuso de los mayores beneficios de la actividad) y de Lucía Corpacci (en un plazo aproximado de seis años) pudieron atenuar la situación de dependencia con la Nación gracias a la minería, concretamente a las utilidades y regalías que dejó el proyecto del Bajo de la Alumbrera, del que se recuerda hoy el 25 aniversario de la firma del contrato. Por la minería, mal que les pese a los agoreros de estos tiempos, se hicieron líneas de alta tensión, hospitales, rutas, hosterías y hasta un estadio de fútbol. Una renta superior a los 1.000 millones de dólares, en 25 años, ingresó a la provincia y, además, sirvió para combatir la desocupación. Todo éste dinero, cantante y sonante, llegó por diferente vías a pesar de que el contrato firmado el 27 de abril de 1994 no fue el mejor. ¿Cómo se puede decir, entonces, que la minería no tiene licencia social cuando es la única posibilidad de hacer viable a la provincia? ¿Cómo se puede llegar a afirmar que no existen condiciones en Andalgalá para hacer minería cuando, frente a 15 ó 20 personas que no están de acuerdo, existen cerca de 20.000 almas que claman por la habilitación del proyecto Agua Rica? Las dudas por la eventual contaminación que, con pleno derecho, reclaman los ambientalistas, han quedado despejadas con 25 años de actividad de Alumbrera, durante los cuales en Andalgalá hubo menos casos de cáncer que en el resto de la provincia. Aparte que para impulsar Agua Rica, más allá de los inversionistas, se requiere la Declaración de Impacto Ambiental, pieza imprescindible para garantizar la explotación. Sin ella, no hay nada que hablar. Hace diez días atrás, una delegación gremial visitó el yacimiento y comprobó, in situ, que la empresa cumplió con disposiciones judiciales y tomó nota de los planes a futuro, que incluyen puestos de trabajo para los catamarqueños y proveedores de insumos diferentes que tengan actuación en la provincia. Es decir, ahora se harán cosas que no se hicieron con Alumbrera y Minera del Altiplano, las que terminaron beneficiando, esencialmente, a tucumanos y salteños. En los próximos días será una delegación de legisladores que, cumpliendo con una obligación indelegable, llegará hasta los 3.400 metros de Agua Rica y podrá dar su parecer, en contraposición a políticos que, por estar alejados del gobierno provincial, han salido a "patear en contra", como son los casos de Hugo Avila y Macarena Herrera. El primero de ellos, siguiendo a pie juntilla la campaña que lleva adelante el diario El Ancasti contra la multinacional Yamana, en el mismo diario El Ancasti, anunció que no va a ir a Andalgalá porque "es sabido que este proyecto no cuenta con la licencia social de parte del pueblo de Andalgalá". No creemos que esta declaración, por lo que se aprecia, haya caído bien en la inmensa mayoría de los andalgalenses. Macarena Herrera, la única aliada que le queda a Dalmacio Mera hasta el 10 de diciembre, fue menos cáustica que Avila, pero igual se fue de línea. Dijo, como si no fuera de Catamarca, "si la provincia desea la licencia social debe dialogar con todos". ¿Alguien le habrá dicho, acaso, que no se piensa hacer tal cosa? Más allá de fuegos artificiales y resentimientos de todo orden, la minería, como hace 50 o como hace 25 años, parece ser la única vía de salido al desarrollo. Pretender frenarla será conspirar contra la inmensa mayoría de los catamarqueños. La agroganadería o el turismo, es cierto, son importantes. La minería es imprescindible. El Esquiú