Catamarca: Los Apuntes del Secretario nos traen novedades mineras de todo tipo

  • 29 de agosto, 2019
Cuando se habla de minería, por lo general, se hacen referencias a empresas multinacionales y/o mega emprendimientos como el Bajo la Alumbrera o Agua Rica. De igual manera, se apunta a la explotación del litio en la esperanza de comercialización a gran escala.
Todos parecen olvidar, sin embargo, que el verdadero símbolo de la minería catamarqueña es Farallón Negro, el socavón que se explota desde 1958 y diera origen a la empresa YMAD. Después de 61 años de existencia, a través de un informe reciente de los enviados especiales de El Esquiú.com, pudo mostrarse a la sociedad la importancia capital de las instalaciones mineras que se levantan en la jurisdicción de Hualfín, en el norte de Belén. La realidad de Farallón Negro, cuya producción principal es el oro, indica que la mina registra una fuente de trabajo de más de 500 empleados, los cuales desarrollan su tarea bajo estrictas y modernas normas de seguridad y, después de medio siglo, han logrado conformar un pueblo donde antes nada existía. Hablar de Farallón, en síntesis, es hablar de un puntal económico en toda la zona. Allí no existe ninguna empresa con esa cantidad de empleados, cuya gran mayoría son catamarqueños, muchos de ellos nacidos en el pueblo que se creó alrededor de la mina. Sus sueldos, igualmente, por lejos superan a la media del territorio belicho y si, por ejemplo, hacemos una comparación con el Bajo La Alumbrera, la joya de oro y cobre que tuvo un período de explotación a pleno de unos 20 años, llegamos a conclusiones sorpresivas. Farallón, como fuente de trabajo, es lo más importante que dio la minería catamarqueña, aparte de representar el modelo a seguir, en tanto y cuanto privilegia la contratación de trabajadores de esta tierra. En la nota que responsables y empleados de la mina brindaron a El Esquiú.com, por otra parte, expresaron su satisfacción por trabajar en el yacimiento, sobre el cual tienen un sentido de pertenencia que los convierte en custodios rigurosos de la fuente de trabajo. Otro territorio que posee riquezas mineras es Antofagasta de la Sierra. Allí abundan las formaciones de sal que aseguran la explotación del litio en cantidades como para satisfacer una buena parte de la demanda mundial. El símbolo del departamento, como se sabe, es el Salar del Hombre Muerto, sobre el cual logró amplias y añosas ventajas la provincia de Salta. Desde hace unos años las cosas parecen cambiar como una reivindicación para los hijos de la puna. Independiente del pago de regalías mineras, aumentó la contratación de mano de obra catamarqueña y se convinieron aportes para la comunidad, como la construcción de rutas y centros de asistencia sanitaria. Por estos días, a consecuencia de la idea de hacer un desvío del curso de agua del río Los Patos, hubo una pueblada para reclamar por más derechos y garantías sobre el ecosistema. Por suerte, los reclamos adelantados por este diario, tuvieron respuesta y las autoridades provinciales tomaron nota de la necesidad de apoyarlos ante la multinacional que explota el litio. Si durante décadas, ante la mirada indolente de los gobiernos, hubo un aprovechamiento gratuito del agua, hoy las cosas parecen ser distintas. Enhorabuena que así sea. La gobernadora de la provincia, fiel a su idea de consolidar a la actividad como política de Estado, fue quien propició la reunión de las empresas del sector y los representantes de las provincias mineras con el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández. En la ocasión, se ratificaron las potencialidades que tiene el país en la materia y el eventual reemplazante de Mauricio Macri, a partir de diciembre, comprendió que se trata de una gran esperanza. A propósito del cónclave con las empresas mineras, nobleza obliga a reconocer que el actual presidente supo preocuparse por la actividad, a punto tal que quitó las retenciones que existían durante el kirchnerismo y, en el caso de Catamarca, avanzó en negociaciones muy importantes con la empresa Alumbrera y con los dueños del proyecto Agua Rica. Cuando este último se concrete, habrá buenos recuerdos para Mauricio. El proyecto conjunto que presentaron los senadores nacionales de Catamarca, Dalmacio Mera e Inés Blas, para una eventual transferencia de Minas Capillitas a la órbita provincial, tendría luz verde en los próximos tiempos. Como se sabe, el área de explotación de la rodocrosita y otras piedras preciosas que se levanta entre los departamentos Andalgalá y Santa María, pertenece a Fabricaciones Militares, un organismo nacional que únicamente se preocupa por el cobro del canon y deja librado a su suerte a un yacimiento que, sin el concurso de la provincia, directamente cerraría. A la hora de aprobarse la feliz iniciativa parlamentaria, Minas Capillitas pasaría a formar parte de la empresa local Catamarca Minera y Energética (CAMYEN), que un lustro atrás incorporó a su patrimonio a la tristemente célebre SOMICA DEM, sobre la cual todavía existen cargos que la Justicia Federal no termina de definir. Cuando lo haga, varios personajes del pasado quedarán expuestos como los autores materiales de fechorías de todo calibre. Nuevo anuncio sobre el eventual aterrizaje de Luis Barrionuevo para hacer campaña en procura de su objetivo de convertirse en diputado nacional, puesto por el que competirá el 27 de octubre con Lucía Corpacci (Frente de Todos) y Rubén Manzi (Juntos por el Cambio). Lo hizo Hugo Ávila, el candidato a gobernador de Consenso Federal, que indicó que el gastronómico se incorporaría a las tareas proselitistas el día 7 de septiembre, fecha de apertura oficial de esta segunda campaña del año. Hay que recordar que Barrionuevo, para las PASO, se fue en amagues. Prometió recorrer cada metro cuadrado de la provincia y no apareció en momento alguno. Eso sí, indicó que desde el 12 de agosto comenzaba el raid. Ahora Ávila, que tratará de provincializar el discurso, anuncia una nueva fecha. Acertar los pasos de Barrionuevo, que vive el 99% del tiempo en Buenos Aires y busca ser el diputado nacional de Catamarca, donde nació, es todo un albur. Uno de los departamentos que propone un resultado incierto es Andalgalá, donde gobiernan los radicales desde hace ocho años en cabeza de Alejandro Páez. Esta vez podrían repetir el triunfo, pero también hay presunciones que la "tortilla puede darse vuelta". Es que el grueso del peronismo, en un proceso de unidad muy parecido al que se materializó a nivel nacional, llegaría al 27 de octubre con planes y objetivos comunes. El ganador de la primaria, en reñida lucha, fue el empresario Miguel Morales, que derrotó a Miguel Gutiérrez y Sebastián Almada. Cuando han pasado unos días de las PASO, los tres en conjunto han salido a escena unificando discurso y participando de acciones conjuntas. Muy distinto es el panorama dentro de las huestes oficiales, que también tuvieron una primaria de tres precandidatos que arrojó, con algún nivel de sorpresa, el triunfo de Eduardo Córdoba sobre José "El Mono" Cativa e Ivana Flores, la esposa del actual intendente. Siguiendo con la interna radical de Andalgalá, las cosas no han terminado bien. El concejal José Cativa, quien fuera durante ocho años el principal respaldo de Alejandro Páez, reunió a los suyos y les dio libertad de acción, lo cual significaría que deja en soledad a Córdoba. De Ivana Flores no decimos nada porque, en las cifras, quedó muy lejos de sus contendores y mordió el polvo de la derrota al pronunciarse como antiminera de cuerpo entero, algo que también sostuvo Cativa. Ahora, en este tiempo, Córdoba deberá definirse sobre esta situación porque decir que es partidario de las preservación ambiental es una entelequia. ¿Quién no quiere, acaso, que el ambiente no se contamine? Su respuesta, en síntesis, es poco comprometida. En cambio el nuevo rival directo, Miguel Morales, no tiene dudas que la minería debe ser la base para fomentar la producción en todas sus formas. El Esquiú.com