Catamarca/Cara y cruz: Advertencias cuyanas

  • 26 de diciembre, 2019
Mientras el conflicto entre el sindicato municipal y la Intendencia capitalina arrastra las marcas de la atención pública catamarqueña, otras polémicas de mayor proyección permanecen embrionarias, como a la espera de la oportunidad para reventar. La multitudinaria reacción en Mendoza contra la habilitación del uso de sustancias químicas contaminantes como cianuro y ácido sulfúrico en minería metalífera recuerda con contundencia que los obstáculos frente a la activid

Mientras el conflicto entre el sindicato municipal y la Intendencia capitalina arrastra las marcas de la atención pública catamarqueña, otras polémicas de mayor proyección permanecen embrionarias, como a la espera de la oportunidad para reventar.

La multitudinaria reacción en Mendoza contra la habilitación del uso de sustancias químicas contaminantes como cianuro y ácido sulfúrico en minería metalífera recuerda con contundencia que los obstáculos frente a la actividad no son de orden legal, sino políticos.

Es un problema de legitimidad sobre el que no parece haber aún un diagnóstico adecuado en Catamarca. Boya en el magín de algunos funcionarios que los pronunciamientos locales contra la minería a cielo abierto y episodios como el que se precipitó en Antofagasta de la Sierra tras el intento de hacer pasar de prepo una huella minera por la propiedad una familia son manifestaciones aisladas, que no expresan el estado de ánimo de la sociedad. Semejante optimismo no ha sido confrontado con la realidad.

Los incidentes mendocinos vienen a recordar la conveniencia de considerar elementos adicionales a los deseos propios cuando de evaluar escenarios se trata.

 La meneada licencia social traduce un consenso que precisa tramitarse de modo heterodoxo, especial, teniendo en cuenta la gravitación lograda por actores que han demostrado una militancia sostenida y consistente contra la minería.

En Mendoza, el aval legislativo a las reformas de la ley minera propuesta por el gobernador Rodolfo Suárez fue rotundo: 29 votos a favor contra 7 en el Senado; 36 contra 12 en la Cámara baja. Mayoría calificadísima, con la UCR, el PRO y el peronismo enfilados, que no pudo sin embargo pasar la prueba de la repulsa social.

La situación en la provincia cuyana es explosiva. Los sectores productivos temen por el impacto en la calidad del agua. Hasta las reinas de la Vendimia se han plegado a la pelea: no habrá Fiesta de la Vendimia si Suárez no retrocede con los cambios introducidos y abre el debate.

Indicio de la profundidad de los inconvenientes es que el Gobierno nacional, que promueve enfáticamente el desarrollo de la megaminería, intente despegarse. El flamante ministro de Ambiente, Juan Cabandié, señaló que "la competencia en materia de explotación minera es exclusivamente provincial. El Gobierno nacional no interviene en la materia, solo puede extremar su recaudo a favor de que esa actividad se realice con acuerdo social y con preservación del ambiente".

Eufemismos para sacarle la nalga a la jeringa.

Hay veinte proyectos mineros gatillados en Mendoza a la espera de que la ley, ya promulgada, se ejecute, pero el nivel de movilización social y la visibilidad ganada por el conflicto lo impide.

¿Y por casa cómo andamos? La cuestión minera está a la cabeza de las prioridades del gobernador Raúl Jalil, quien ya ha enviado varias señales al respecto.

Durante un desembarco en el oeste, hizo espacio en su agenda para recorrer la zona por donde pasará el camino para trasladar el mineral que se extraiga de Agua Rica a la planta de tratamiento de Bajo La Alumbrera.

Que el periplo haya sido difundido por la prensa oficial y en las cuentas de las redes sociales del mandatario es bueno, porque refuerza su posición a favor de la minería y plantea sin ambages la discusión desde el minuto uno de su gestión. La inestabilidad del frente minero, en gran parte producto de la dilapidación de los recursos provenientes de la actividad durante las gestiones radicales y de las opacidades que vinieron luego con las negociaciones por Agua Rica, es un legado complejo que debe empezar a resolver cuanto antes.

El estallido de Mendoza opera, en este marco, como una advertencia.

EL Ancasti