Catamarca: El Ancasti plantea si hay todavía margen político para iniciar estos procesos participativos, o si la falta de licencia social adquirió ya rasgos estructurales e inmodificables

  • 7 de enero, 2020
La experiencia de la gran minería en la Argentina, desarrollada a partir de la década... La experiencia de la gran minería en la Argentina, desarrollada a partir de la década del noventa a través de algunos mega emprendimientos en Catamarca, no ha sido lo buena que se esperaba en lo que respecta a su poten

La experiencia de la gran minería en la Argentina, desarrollada a partir de la década...

La experiencia de la gran minería en la Argentina, desarrollada a partir de la década del noventa a través de algunos mega emprendimientos en Catamarca, no ha sido lo buena que se esperaba en lo que respecta a su potencial como factor de desarrollo económico.

Pero el escaso impacto económico de la minería en el progreso de las comunidades locales no es, por cierto, el único problema que ha incidido de manera directa en la falta de licencia social que padece la actividad en una proporción importante de la población que habita los territorios donde hay emprendimientos extractivistas. Los grupos ambientalistas han ganado el centro de la escena pública denunciado la afectación que la gran minería le produce al medio ambiente.

La combinación de ambos factores -el escaso impacto en el desarrollo económico y el daño ambiental- generaron que la actividad minera tenga por estos días, especialmente luego de las masivas manifestaciones realizadas en Mendoza para rechazar el proyecto que autorizaba el uso de de sustancias químicas para la explotación de los yacimientos, un lugar preferencial en las discusiones públicas.

La clave del debate debería ser, quizás, si es posible un camino intermedio entre los que defienden la minería sin una visión crítica de su potencial impacto negativo, y los que se oponen absolutamente a su desarrollo en gran escala.

La investigadora del CONICET Anabel Marín, experta en el tema, aporta una mirada que intenta encontrar un camino intermedio, que concilie las posiciones extremas.

"El desafío al que se enfrenta el Gobierno actual en este escenario no es el de elegir una u otra posición, y convencer a un sector de la sociedad o al otro. Ambas posturas deben ser consideradas. Abundan ejemplos de impactos positivos en el desarrollo económico en países como Canadá, Estados Unidos, Australia y Sudáfrica, como de efectos negativos de todo tipo. Uno muy cercano y reciente es la contaminación con cianuro, por un derrame en la mina Veladero, de cinco ríos en la provincia de San Juan", señaló Marín en un escrito publicado en el suplemento económico Cash del diario Página 12.

"El verdadero desafío que tiene el Gobierno, entonces, es crear las instituciones y los procesos que permitan construir un acuerdo social que sirva de base para el desarrollo de la actividad de manera sustentable", añadió.

Lo que la profesional propone, en definitiva, es abrir procesos participativos, regulados institucionalmente, en el que las comunidades tengan voz y voto para encontrar un camino de desarrollo local sin consecuencias negativas.

La falta de este tipo de prácticas condujo a este estado de conflicto entre la minería y las poblaciones locales. En Catamarca, los escasos intentos de mediación fueron insuficientes y efímeros. El gran interrogante es si hay todavía margen político para iniciar estos procesos participativos, o si la falta de licencia social adquirió ya rasgos estructurales e inmodificables

El Ancasti