La sierra de Sijes y sus minerales, por Ricardo Alonso
- 30 de marzo, 2020
El gran mineralogista argentino Lorenzo F. Aristarain pidió como última voluntad unos pocos días antes de morir que sus cenizas fueran arrojadas en la sierra de Sijes, en la Puna salteña. Aristarain donó su importante colección de minerales a la Universidad Nacional de Salta que las exhibe y atesora. Entre las décadas de 1960 y 1990, él junto a sus discípulos y acompañando al prestigioso académico norteamericano Dr. Cornelius Hurlbut, estudiaron los depósitos de boratos de la Puna y dieron a conocer al mundo varias
El gran mineralogista argentino Lorenzo F. Aristarain pidió como última voluntad unos pocos días antes de morir que sus cenizas fueran arrojadas en la sierra de Sijes, en la Puna salteña. Aristarain donó su importante colección de minerales a la Universidad Nacional de Salta que las exhibe y atesora.
Entre las décadas de 1960 y 1990, él junto a sus discípulos y acompañando al prestigioso académico norteamericano Dr. Cornelius Hurlbut, estudiaron los depósitos de boratos de la Puna y dieron a conocer al mundo varias especies nuevas para la ciencia que bautizaron con nombres de próceres y de sabios argentinos. Dichas especies provenían de la mina Tincalayu, del distrito minero Sijes y de la mina Loma Blanca, esta última en Jujuy. La sierra de Sijes es un relieve formado por rocas jóvenes, del periodo Terciario, de baja a mediana altura, que se eleva en la parte central a oriental de la depresión de Pastos Grandes, la que alberga al salar homónimo.
No se sabe con certeza el origen etimológico de la palabra Sijes y se especula que deriva de "arenal" o de "hurón". Sí se sabe que hubo allí antiguos pueblos indígenas que explotaron como alimentación el rico ecosistema de aves y huevos de la laguna de Pastos Grandes como se deduce de los restos arqueológicos encontrados en la comarca.
Pastos Grandes
La cuenca de Pastos Grandes se caracteriza por contener en su interior e inmediaciones la columna más completa de rocas terciarias de la Puna, ya que está representado el Paleógeno y el Neógeno. También formaciones del periodo Cuaternario correspondientes al Pleistoceno y el Holoceno. Numerosos viajeros dejaron sus impresiones escritas desde mediados del siglo XIX. Especialmente los que hacían la travesía entre Luracatao y el Puerto de Cobija en el océano Pacífico. La región estuvo ocupada por Chile luego de la Guerra del Pacífico de 1879.
Fue entregada a la Argentina luego del laudo arbitral de 1899 y con ello se dio lugar a la creación del Territorio Nacional de Los Andes en 1900. Un estudio completo fue publicado por el Dr. Juan Carlos M. Turner en 1964, en el marco de las hojas geológico-económicas de la República Argentina.
La sierra de Sijes se extiende a lo largo de unos 30 km con rumbo aproximado norte-sur. Desde los faldeos al norte, formados por grandes extensiones de lavas de los volcanes del Quevar, hasta acuñarse al sur en el Abra de Singuel.
En partes es una sola sierra angosta y en parte un conjunto de serranías adosadas que alcanzan varios kilómetros de ancho. Turner definió dentro de la sierra dos formaciones mayores a las que llamó, en orden de antigedad, Pozuelos y Sijes.
La Formación Pozuelos está formada mayormente por gruesos bancos de sal de roca con intercalaciones de yeso, arenas, arcillas, cenizas volcánicas y hacia el techo contiene los boratos hidratados inyoita (calcio) y ulexita (calcio y sodio).
Historias de la sal
La sal fue explotada esporádicamente en el siglo pasado pero más intensamente en tiempos prehispánicos. Se han encontrado hachas de piedra y otros instrumentos con que los indígenas cortaban los panes de sal y los llevaban a lomo de llama a los Valles Calchaquíes donde la canjeaban por maíz, maderas, frutos y otros bienes de consumo.
Los topónimos cachi y relativos hacen referencia a la sal. Mineros de la Poma comenzaron a explorar por boratos en la cuenca de Pastos Grandes hacia fines de la década de 1870. Primero encontraron los boratos que yacen en la superficie del salar y corresponden a ulexita húmeda.
Luego descubrieron ulexita seca en las terrazas de Blanca Lila al noreste de la depresión. Al parecer trabajaron bastante en esos tiempos como se deduce de las excavaciones y de los trabajos publicados por algunos viajeros, entre ellos Abraham A. Becerra que fuera enviado por el gobernador de Salta don Martín Gabriel de Gemes en 1887. Becerra menciona a mineros salteños, chilenos y bolivianos radicados en La Poma entre ellos los Lozano, Corbalán y Roco.
Los boratos de Sijes
Recuérdese que antes del terremoto de 1930, La Poma era un pueblo pujante, con amplios sembradíos y alfalfares, utilizados como lugar de engorde de las mulas que iban a la feria de Huari en Bolivia o de los toros que se enviaban a las nitrateras de Chile. Lo que no se sabe con certeza es cuándo fueron descubiertos los extensos mantos mineralizados de boratos duros o de cerro, que yacían a la vista en la sierra de Sijes, pero que al parecer eran confundidos con rocas comunes tales como yeso o calizas.
Esos boratos son principalmente hidroboracita (calcio-magnesio) y colemanita (calcio), acompañados por ulexita e inyoita, así como también algunas especies raras. Esos mantos se extienden por decenas de kilómetros aunque de manera saltuaria y están intercalados con yeso, arenas, limos, arcillas y abundantes cenizas volcánicas blancas y grises.
Turner definió a ese conjunto de estratos como Formación Sijes. Estudios posteriores han distinguido varios miembros estratigráficos en base a la tipología de los boratos presentes. Esos miembros llevan nombres de las minas del distrito y los más importantes en orden de antigedad decreciente son Monte Amarillo, Monte Verde y Esperanza. De ellos hidroboracita, colemanita e inyoita son las mayores reservas conocidas de América del Sur.
En América del Norte se presentan yacimientos importantes de colemanita en California, Nevada y el norte de México. Aunque los grandes yacimientos de ese mineral se encuentran en Turquía, que tiene las reservas de boratos más grandes del mundo. En cambio, la hidroboracita de Sijes es la mayor reserva conocida del mineral que solo tenía como contraparte a un domo evaporítico marino en rocas que afloran cerca del mar Caspio y que sirvió como fuente de abastecimiento de boratos a los rusos.
Los boratos de la sierra de Sijes se formaron entre unos 10 y 5 millones de años atrás en el periodo Mioceno del Neógeno. Corresponde a la misma época en que se formó el gran complejo volcánico del Quevar que actuó como el motor térmico de movilización de los fluidos mineralizados. Dicha sincronía demuestra que la cuenca recibía las cenizas de los volcanes que la iban rellenando y también las aguas termales cargadas de boro que precipitaban en los lagos y salares de la época.
Para entonces la Puna estaba ya bastante aislada de los vientos húmedos provenientes del Atlántico. La sequedad iba en aumento y también la evaporación que daba lugar a la formación de evaporitas como son la sal de roca, el yeso y los boratos.
El ambiente era de lagunas someras y salares y se han encontrado una gran cantidad y variedad de huellas de aves fósiles en los estratos arcillosos intercalados con las capas de sedimentación química. Lo que llama la atención es la abundancia de magnesio que solo se registra actualmente en los salares del Tíbet donde hay variedad de boratos magnesianos en formación, entre ellos hidroboracita. La mayoría de los bancos de hidroboracita se formaron entre 7 y 5 millones de años atrás y ese sector de la Puna Argentina debió lucir muy parecido al Tíbet actual. Los boratos fósiles de Sijes se explotan actualmente de varias minas, se procesan y se exportan para su uso en vidrios, cerámicas, fundentes, farmacia y agricultura, entre otras aplicaciones.
Señales de litio
Un estudio general sobre el tema fue publicado en el libro: Alonso, R. N., Ruiz, T., y A. G. Quiroga, 2016. Mineralogía de los boratos de la República Argentina. Prólogos de Dr. Lorenzo Aristarain y Dra. Milka K. de Brodtkorb. Mundo Gráfico Salta Editorial, 284 p. Salta. La sierra de Sijes está rodeada por el salar del Pastos Grandes donde, como se dijo, hay borato común (ulexita) junto a otras sales. Sin embargo, en los últimos tiempos se produjo el hallazgo de salmueras enriquecidas en litio, no ya en el propio salar -tema que se conocía desde la década de 1970- sino también en acuíferos profundos que se encuentran en las mismas rocas que componen la secuencia estratigráfica de las formaciones Pozuelos y Sijes. Al menos dos proyectos mayores de litio se desarrollan en la depresión de Pastos Grandes. La minería que comenzó en tiempos prehispánicos con la sal de roca y siguió a partir del siglo XIX con los boratos se proyecta actualmente con el litio y otros elementos químicos presentes en las salmueras.
El Tribuno