Por qué siempre que hay una crisis se acuerdan de la minería

  • 10 de abril, 2020
Hace sólo tres meses se sepultaba la actividad, pero ante el oscuro panorama que tiene la provincia en materia económica por la pandemia, a más de alguno se le volvió a aparecer la imagen de la minería en la cabeza. Edu Gajardo La cuarentena se extenderá -por ahora- hasta la penúltima semana de abril, pero con la apertura para algunas actividades productivas. Sin embargo, aunque eso ocurra, l

Hace sólo tres meses se sepultaba la actividad, pero ante el oscuro panorama que tiene la provincia en materia económica por la pandemia, a más de alguno se le volvió a aparecer la imagen de la minería en la cabeza.

Edu Gajardo

La cuarentena se extenderá -por ahora- hasta la penúltima semana de abril, pero con la apertura para algunas actividades productivas. Sin embargo, aunque eso ocurra, lo que se viene después de que pase la etapa más crítica de la pandemia de Covid-19 será muy malo en materia económica.

Liberar algunas actividades sólo servirá para intentar mitigar el impacto, pero el golpe será durísimo y representará un desafío sin precedentes para el Gobierno de Mendoza, porque se encontrará con un panorama que superará a cualquier horror que haya podido dejar una mala administración provincial.

Lo curioso, es que una vez más, cuando la pista se pone pesada y no hay alternativas, la minería vuelve a aparecer como alternativa. La diferencia es que esta vez la mencionan apenas de pasada, porque recién pasaron tres meses desde la fallida reforma de la Ley 7.722.

Hay razones de peso para que cada vez que haya problemas con la matriz productiva siempre se vuelva a recordar a la minería. En palabras simples, el sector tiene la particularidad de contar con fuerte respaldo económico e inversiones de fuerte impacto en el corto plazo.

En Mendoza, por ejemplo, el turismo se había posicionado en el podio del PBI y ahora entró en una crisis que aún es difícil de dimensionar, pero que implicará sin duda la necesidad de asistencia estatal. El petróleo, lo que realmente deja la plata en la provincia, está en una situación mundial que genera incertidumbre y bajos precios, algo que impactará directo en la recaudación.

Todo lo anterior sin mencionar al agro, que siempre necesita de asistencia, y a los sectores industriales que vienen de años muy malos y que ya manifestaron que esta pandemia puede ser la que sentencie el cierre de muchas empresas

Entonces, en este contexto muy crítico, no extraña que la minería suene aunque sea muy bajito -otra vez- como una alternativa, porque siempre sucedió ante panoramas complicados desde lo económico y siempre llevó su discusión al terreno de las pasiones, lejos de los debates técnicos.

Chile y Perú tienen a la minería en producción -pese a los inconvenientes- en medio de la pandemia como una actividad esencial hoy, pero la mayor importancia para ambos países será en el momento en el que se levanten las cuarentenas (parciales o totales) y se pongan en marcha los programas de reactivación de la economía. La minería será un pilar porque en un contexto de normalidad pueden iniciar rápidamente su producción a niveles importantes sin necesidad de asistencia del Estado. En Chile la minería es el 15% del PBI y en Perú el 12%.

En Mendoza, por ahora, es difícil pensar en la posibilidad de hablar de minería después de lo que sucedió hace tan poco tiempo, pero algo que demostró la pandemia del Covid-19 es cómo pueden cambiar las cosas para una provincia, un país y un planeta en tan poco tiempo. Además, quedó al descubierto la absoluta debilidad de la matriz productiva local y la necesidad imperiosa de ampliarla, pero sin más discursos, sino con medidas de fondo y urgentes.

En ese contexto, y en un hipotético caso -que parece lejano- de que se pensara en desarrollarla para salvar la complicada situación que se viene, no se podría pensar en el corto plazo en recaudar con minería, pero sí en recuperar mano de obra que seguramente se va a perder a través de la construcción de proyectos. Eso, sumado al impacto de inversiones fuertes en dólares que terminan moviendo la economía en momentos que es absolutamente indispensable.

Hoy, nadie sabe cómo podría hacerse, pero por la cabeza de más de alguna autoridad y de varias cámaras empresarias pasó la idea de volver a discutir el desarrollo de la actividad. Hoy parece muy lejano, pero hasta hace un mes el mundo era otro, así que nunca hay que descartar ninguna opción.

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