Chubut: El «No a la minería», un lujito que sale caro

  • 28 de abril, 2020
Las dos provincias más antimineras del país, Mendoza y Chubut, le dieron la espalda otra vez a la minería meses antes de la pandemia y la declaración de emergencia, en medio de cierta efervescencia social, agitada incluso desde afuera. Qué bien vendrían a Chubut los recursos de la minería, a modo de soporte «anticíclico» en medio de una crisis como la presente, azuzada por la cuarentena, la caída de la actividad comercial y el derrumbe del petróleo.

Las dos provincias más antimineras del país, Mendoza y Chubut, le dieron la espalda otra vez a la minería meses antes de la pandemia y la declaración de emergencia, en medio de cierta efervescencia social, agitada incluso desde afuera.

Qué bien vendrían a Chubut los recursos de la minería, a modo de soporte «anticíclico» en medio de una crisis como la presente, azuzada por la cuarentena, la caída de la actividad comercial y el derrumbe del petróleo.

Mendoza y Chubut son comparables en esta postura.

Días atrás, un medio sanjuanino tradicional, el Diario De Cuyo, comparó lo que ocurría entre provincias mineras y antimineras, en una crisis como la presente, cuando se derrumban la actividad comercial y el precio del petróleo por falta de demanda.

«...las grandes petroleras están pagando para bajar su stock al haberse saturado sus depósitos. La basura es una de las pocas cosas por las que uno paga para que se lleven, en el caso único de la pandemia el petróleo ha entrado en la misma categoría. En cambio el oro siempre tiende a subir cuando hay incertidumbre al igual que las piedras preciosas, las obras de arte y las propiedades. ¿Razones? Muy sencillo, quien tiene plata trata de conservarla y se aleja de toda volatilidad.

Una moneda de sobra no encuentra nada seguro para invertir y pocas cosas en qué gastar. A causa de la minería del oro, la plata y algunos otros metales semi preciosos que se extraen en menor proporción, a San Juan seguirá fluyendo más o menos el mismo dinero fuerte que antes del coronavirus», dice la nota.

«Luego de la suspensión de actividades, nadie podrá decir que esta fue una oportunidad, todos perderemos algo pero en esa malaria generalizada algunos sobrevivirán y podrán recuperarse rápido. Otros deberán esperar que alguien los saque del ahogo y en el mejor de los casos quedarán endeudados monetaria o políticamente». San Juan, obvio, está en el primer grupo. Y Chubut, en el segundo.

Los sanjuaninos tienen una administración prudente que ha permitido conservar un fondo anticíclico equivalente a dos masas salariales completas. «Un manejo adecuado de esa liquidez tal vez permita una asistencia financiera barata para dar arranque al motor de otras actividades que hoy están totalmente paradas», dicen.

La minería, en un caso concreto de utilidad pública. San Juan explotará bien sus beneficios, mientras otras provincias deben pedir que Alberto nos salve a todos.

El Chubut