Nueva técnica para reciclar metales preciosos de la basura electrónica mediante bacterias

  • 28 de abril, 2020
La llamada minería urbana, que consiste en el reciclaje de aparatos electrónicos achatarrados para extraer los metales preciosos que contienen, podría experimentar un enorme avance gracias al descubrimiento de una nueva técnica en Nueva Zelanda. Se trata de un método revolucionario que utiliza bacterias para extraer los metales de los dispositivos electrónicos. por José Ángel Pedraza  Según informa el digital neozelandés Stuff, la nueva técnica de reciclaje de metales preciosos por medios biológicos podría evitar la

La llamada minería urbana, que consiste en el reciclaje de aparatos electrónicos achatarrados para extraer los metales preciosos que contienen, podría experimentar un enorme avance gracias al descubrimiento de una nueva técnica en Nueva Zelanda. Se trata de un método revolucionario que utiliza bacterias para extraer los metales de los dispositivos electrónicos.

por José Ángel Pedraza 

Según informa el digital neozelandés Stuff, la nueva técnica de reciclaje de metales preciosos por medios biológicos podría evitar la exportación de dispositivos electrónicos achatarrados por parte de Nueva Zelanda.

El procedimiento se conoce como biometalurgia y se trata de una combinación de química y biología, desarrollada por la empresa Mint Innovation, que permite extraer oro, paladio y cobre de los circuitos impresos que se encuentran en los dispositivos electrónicos que se han tirado a la basura.

La compañía ha empezado a experimentar con este procedimiento en sus instalaciones de Auckland (Nueva Zelanda), utilizando como materia prima aparatos electrónicos achatarrados procedentes de todo el país.

Si se demuestra que esta fórmula resulta viable desde el punto de vista económico, podría suponer toda una revolución, ya que evitaría que todos esos aparatos sean enviados a otros países para extraer y reciclar sus componentes.

La chatarra se enviaba a países del hemisferio norte, que se encargaban de fundirla, en un procedimiento que consume grandes cantidades de energía.

En cambio, el proceso que se está experimentando ahora en Nueva Zelanda se inicia con la extracción de los circuitos impresos de los ordenadores y monitores, que se rompen y se reducen a un fino polvo. Este polvo se disuelve en una solución, a la que se añaden los microbios que se encargan de separar los metales.

Esta técnica comenzó a ensayarse en 2017. Desde entonces, Mint Innovation ha obtenido la financiación necesaria para establecer una planta piloto de bio-refinería, en la que está experimentando su posible viabilidad comercial.

La planta se parece a una fábrica de cerveza en miniatura, utiliza muy poco calor y apenas produce gases. El proceso completo de extracción de los metales dura apenas 24 horas.

Desde Mint Innovation esperan que poder desplegar esta nueva tecnología en varios países para procesar de forma local y bajo coste la basura electrónica, sin tener que exportarla, como se hace en la actualidad.

Según las estimaciones, cada año se producen en el mundo alrededor de 80.000 toneladas de basura electrónica, de las que se reciclan menos del 2%.

Además de aliviar la presión sobre esta producción de desechos, la recuperación de metales preciosos de la chatarra electrónica va a servir también para aumentar la cantidad de metales procedentes del reciclaje, aliviando la presión sobre el suministro minero.

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