Chubut: De terraplanistas y cavernas

  • 22 de junio, 2020
El mundo observa sorprendido el inicio de la estrategia espacial de colaboración entre el sector público y privado en el Proyecto que unió a la privada Space X con la estatal NASA, en un plan de avance tecnólógico impensado hace algunos años. Las impresionantes imágenes que tomaron la hazaña, dejaron observar la tierra vista desde el espacio tan bella como redonda. Este dato tomado casi al pasar, por s

El mundo observa sorprendido el inicio de la estrategia espacial de colaboración entre el sector público y privado en el Proyecto que unió a la privada Space X con la estatal NASA, en un plan de avance tecnólógico impensado hace algunos años.

Las impresionantes imágenes que tomaron la hazaña, dejaron observar la tierra vista desde el espacio tan bella como redonda.

Este dato tomado casi al pasar, por su obviedad, deviene en imprescindible cuando, como cada tanto ocurre, posturas "terraplanistas" volvieron a la primera plana de los medios en estos últimos años. Así, como salidos de una caverna, voces se alzaron contra la evidencia científica con la sola convicción de un par de frases hechas.

"La tierra es plana" o su correlato "No es redonda", se ha podido leer en algunos paredones del mundo, y en sus diversos idiomas, como si sólo eso sirviera para refutar los avances científicos que, en esa materia, llevan siglos.

La reducción de posturas a meras frases vacías de contenido es una estrategia que se suele utilizar por parte de facciones delgadas de argumentos, sectores que no pueden sostener una discusión fundada y prefieren abrigarse bajo slogans que los hace ver novedosos, vanguardistas, profundos.

Nada más lejos de la novedad, la vanguardia y la profundidad existe en sectores que evaden la evidencia y el debate franco de ideas.

La ciencia y sus métodos de refutación científica no deja espacio para charlatanes ni vendedores de humo.

No obstante lo expuesto, hay que decir que lamentablemente algunos científicos se han prestado para experimentos más cercanos a la política que a la ciencia y su nobles finalidades, pero estos excepcionales casos no han logrado paralizar la evolución científica mundial, aunque cierto es mencionar que han demorado el nivel de desarrollo de vastos sectores del mundo.

Pero así como muchos científicos priorizaron la preeminencia de ideologías políticas o de líderes políticos sin más ideología que su ambición de poder, también es cierto que algunos trabajadores de la ciencia hacen prevalecer sus creencias políticas por sobre la actividad que desarrollan.

El punto es que la claridad de la ciencia y sus métodos de refutación, se troca en ese caso por el oscurantismo de la subjetividad. Y allí hay tantas verdades como participantes de un debate.

Muchos de quienes toman estas posturas adoptan los mismos vicios que los que han sido aquí destacados como propios de los sectores terraplanistas.

Frases hechas del tipo de "No a la Mina" o el mucho más vago (de vaguedad y no de vagancia) "No es No", aparecen con la intención de explicar lo que no explican y de definir posiciones políticas que no definen. Nada más alejado al método de refutación científica.

Este es el caso de la escueta carta presentada al Vicegobernador de la Provincia por parte de "trabajadores de instituciones académicas científico tecnológicas" tal como surge del texto de la misma.

Como lo mencionan en el petitorio son productores de conocimiento. Y como tal, ese conocimiento debe partir de una investigación llevada adelante escuchando todas las opiniones y documentación de respaldo específicas, a favor o en contra de cada actividad. Pero, además, se deben manejar de forma imparcial, con investigaciones y conocimientos propios, con visitas a provincias mineras y análisis pormenorizado de los aspectos técnicos y sociales. En este documento solo hay afirmaciones a medias, y aseveraciones que parecen un "copie y pegue", carentes de rigurosidad y de investigación propia.

Ejemplo de ello es el punto a), que desconoce que las sustancias químicas que usa la actividad minera se usan en todo tipo de industrias, inclusive en las investigaciones. Del mismo modo en el punto e), que desarrolla un tema muy sensible para la humanidad en general como es el agua, livianamente se hace mención a millones de litros de agua dulce por mes, sin precisión ni rigurosidad científica. El gran error evidenciado allí está es no contemplar que el consumo de agua está directamente relacionado con el tipo de mineral que se va a extraer y su volumen. Se desconoce en forma arbitraria que la minería admite calidad de aguas no aptas para el consumo tanto humano como para la agricultura. Tampoco se tienen en cuenta las nuevas tecnologías del reciclado de agua.

Se puede abordar también el punto i) donde se habla del uso del cianuro. El cianuro se usa en todo tipo de industria y el mayor uso del mismo se encuentra en CABA y Provincia de Buenos Aires, donde se usa para autopartes automotores, pinturas, industria del plástico y en industria alimenticia. Aun así, la única industria que tiene las normas de Seguridad Internacional de Manejo del Cianuro Código para la fabricación, transporte y el uso del cianuro es la minería. Pero también se comete un error en pensar que el uso del cianuro es siempre necesario en la actividad minera, sin saber que esto depende del mineral a extraer y la forma en que el mineral se presenta en la roca.

Finalmente, es evidente que, frente a opiniones vagas y tendenciosas sobre una actividad necesaria para el desarrollo de las industrias de todo tipo, necesaria para la generación de energías tanto de base como renovables, e incluso para la investigación, nos debemos un debate que tenga alcances a todos los rincones de la provincia. Sumar adhesiones sin ceñirse a la rigurosidad científica, desde un sitio geográfico que cuenta con todos los servicios, y desde un espacio de privilegio que desmerece al resto de los ciudadanos y trabajadores de toda la provincia, es una actitud claramente tendenciosa y egoísta.

El mundo (redondo como una pelota) avanza a pasos agigantados a través de la alianza estratégica entre la ciencia y el capital, pero todavía hay quienes eligen la caverna, o el terraplanismo.

CAPEM Chubut