El censo minero de Pío Uriburu, por Ricardo Alonso

  • 28 de julio, 2020
El gobernador Pío Uriburu administró la provincia de Salta desde el 1 de septiembre de 1898 al 1 de septiembre de 1901, justo en tiempos de la creación por Julio A. Roca del Territorio Nacional de los Andes. Pío de la Cruz Uriburu Castro (1844-1920) nació en Seclantás el 3 de mayo de 1844 y falleció en Buenos Aires el 1 de julio de 1920, a los 76 años de edad. Era hijo de Casiana Castro Sanzetenea y de Juan Nepomuceno Uribur

El gobernador Pío Uriburu administró la provincia de Salta desde el 1 de septiembre de 1898 al 1 de septiembre de 1901, justo en tiempos de la creación por Julio A. Roca del Territorio Nacional de los Andes.

Pío de la Cruz Uriburu Castro (1844-1920) nació en Seclantás el 3 de mayo de 1844 y falleció en Buenos Aires el 1 de julio de 1920, a los 76 años de edad. Era hijo de Casiana Castro Sanzetenea y de Juan Nepomuceno Uriburu, este último también gobernador de Salta. Se casó con doña Concepción Matorras Navarro el 29 de diciembre de 1870 y tuvieron tres hijos: Aurelia, Ana y Pío Nicolás.

Visión industrial

Sobre su administración sabemos que en 1899 se sancionó el Código de Procedimientos en Materia Criminal, las leyes de impuestos al tabaco, a los alcoholes y al uso de tierras públicas, así como la ley de patentes a los vinos. Le tocó lidiar con una fuerte crisis económica producto de la paralización del transporte de ganado a Chile y Bolivia. Eso rompió la cadena de valor ralentizando el comercio y deprimiendo a los negocios particulares. También se sabe que apoyó fuertemente a la minería. Durante su mandato contó con el acompañamiento de los ministros Andrés de Ugarriza y Gaspar J. Solá, primero y luego de Julio Cornejo y David Saravia Castro, en Gobierno y Hacienda respectivamente.

En su rol de industrial se dedicó a la actividad azucarera y a la explotación minera. En 1882 formó una sociedad para explotar y ampliar la fábrica productora de azúcar San Pedro junto con Rogerio C. Leach, Miguel F. Aráoz, Ángel Ugarriza, Wenceslao Lobo y su hermano Juan Antonio Uriburu (véase Cutolo, V., Diccionario Biográfico Argentino, T. VII, p 436-437). Como empresario minero formó parte de los que trabajaron la explotación de los aluviones auríferos en el norte de la Puna jujeña, especialmente la mina Eureka.

La Compañía Eureka, fundada en 1885, tenía su administración central en Salta y explotaba los aluviones auríferos de La Perdida y Eureka. Sus administradores eran los mineros ingleses Arthur Carlisle y William Nelson, quienes formaron en 1887 una nueva empresa bajo la denominación de Nelson y Carlisle para explotar los yacimientos auríferos de Los Compañeros, El Provecho, La Porteña, Cruz del Sur, La Ventura, El Consuelo y Los Loritos (Santa Catalina) y El Águila (Rinconada).

La Compañía Eureka, con un capital inicial de 125.000 pesos moneda nacional, estaba constituida por influyentes empresarios azucareros del norte argentino, así como por ingleses residentes en la Puna jujeña o en el sur de Bolivia. Entre los accionistas estaba Pío Uriburu, de la firma Aráoz, Ugarriza, Uriburu y Cía, que explotaron el ingenio La Esperanza (Jujuy, 1882), y más tarde tuvo participación en el ingenio San Isidro (Salta). Otros accionistas de la Compañía Eureka, residentes en Salta, fueron Antonino Díaz (gobernador que precedió a Uriburu en el cargo), Artemisa Mollinedo, Gaspar S. Solá, Macedonio Benítez y el Ing. Miguel Aráoz (véase Marcelo Constant, 2007, p. 30-31, Jujuy).

Producción y soberanía

Pío Uriburu, en su rol de gobernador se interesó en la atracción de capitales para la explotación minera, especialmente en el rubro de los boratos. Trabajó además en la cuestión de los límites interprovinciales y en la prolongación del ferrocarril de Metán al río Paraná.

Entre las cosas valiosas para Salta que se deben agradecer al gobernador Pío Uriburu fue el haber reclamado y haber hecho reserva de los derechos incuestionables de Salta al momento de la creación del Territorio Nacional de los Andes.

Uriburu dejó en claro que el nuevo territorio incluía espacios geográficos que eran salteños y pertenecían históricamente a Salta. A la sazón se conserva el telegrama de la protesta de Salta por la federalización de la Puna de Atacama, dirigido al ministro del Interior Felipe Yofre (1848-1939), firmado por el entonces gobernador de Salta Pío Uriburu, con fecha 25 de noviembre de 1899. Asimismo Uriburu encargó la realización de un censo minero con los cateos de exploración y pertenencias mineras o minas, que habían sido iniciados hasta el año de 1899. Esto quedó a cargo de Waldino Riarte, escribano de Gobierno encargado del Registro de Minas, que dependía del entonces Ministro de Hacienda, Dr. David Saravia Castro.

Como se aprecia, a principios del siglo XX, la autoridad minera estaba bajo la órbita del Ministerio de Hacienda y funcionaba como Registro de Minas a cargo del escribano de Gobierno. Lo cierto es que con fecha 14 de febrero de 1901, Waldino Riarte eleva un listado de 391 expedientes correspondientes a cateos de exploración y pertenencias mineras, que habían sido iniciados hasta el año de 1899. De este importante documento, que se conserva en el Archivo Histórico de Salta, pueden rescatarse datos valiosos sobre el nombre de los propietarios mineros y los lugares donde se había manifestado el hallazgo de nuevos criaderos metalíferos y no metalíferos.

Concesiones

Dentro del departamento de Molinos figuraban las concesiones mineras de los salares del sur de la Puna. Entre los propietarios de minas en el departamento de Molinos se mencionan a J. (José) Belisario Dávalos (Molina) (Expte. N§ 249) Mina El Carmen (Bórax); Juan Linares Fowles (Expte. N§ 316). Concesión de pertenencia de boratos; Abel Pereira y Juan C. Martearena (Expte. N§ 232). Concesión de la boratera Sobresaliente; Jorge Dávalos y Juan C. Martearena (Expte. N§ 267). Concesión de tres pertenencias de la boratera Sobresaliente en el punto denominado Campo Pelado; Manuel Solá y Belisario Dávalos (Expte. N§ 300).

Concesión de tres pertenencias de boratos bajo el nombre de Empresa Consuelo; Abel Pereira y Dr. Juan C. Martearena (Expte. N§ 318). Concesión de la boratera Sobresaltada, ubicada en Apacheta; Rafaela Mateaude (Expte. N§ 318). Permiso de cateo en Apacheta; José Dávalos Isasmendi y Enrique N. González (Expte. N§ 458).

 Permiso para catear en Ratones (Colomé); José Dávalos Isasmendi y Enrique N. González (Expte. Nº 459). Permiso para catear en Hombre Muerto. Este último es un dato objetivo y contundente de que el salar del Hombre Muerto perteneció a Salta y que hoy está erróneamente compartido entre el departamento de los Andes (Salta) y el departamento de Antofagasta de la Sierra (Catamarca), a raíz del desmembramiento de la Gobernación de los Andes en el gobierno de facto de 1943, el que no fue reconocido por Salta.

A ellos deben sumarse como mineros registrados con propiedades en el departamento Molinos, concedidas entre 1887 y 1899, fecha del censo, los siguientes individuos Ascensión Isasmendi de Dávalos, Leandro Reales, Luis de los Ríos, Miguel Gómez, Octavio Pereira, Arturo Dávalos, Samuel Pinola, Laudino Pereira, Benedicto Zenteno, José Dávalos, Ricardo Dávalos, José Benjamín Dávalos, S. (Salustiano) Sosa, Domingo Patrón, Manuel Patrón, Eufrasio Plaza y Rómulo R. Herrera.

Primera empresaria minera

Por razones históricas a doña Ascensión Isasmendi de Dávalos le corresponde el título de la primera mujer empresaria minera de Salta. Ella poseyó y explotó dos pertenencias de boratos en el sector sur a sureste del salar del Hombre Muerto, que entonces, a fines del siglo XIX, formaba parte íntegramente de la región de Molinos y Tacuil.

Las minas fueron La Calchaquina y La Providencia, de 900 hectáreas cada una. Como se desprende del censo minero de 1901, varios de sus hijos (y nietos) fueron también empresarios mineros con títulos válidos de minas antes de la conformación de la Gobernación de los Andes.

Merece destacarse el rol de (Juan) José Benjamín Dávalos Isasmendi que trabajó minas en los salares de Hombre Muerto y Ratones, además de haber sido el testamentario de su madre para las negociaciones de las minas del grupo familiar. Es importante destacar que en algunos viejos mapas el salar del Hombre Muerto es mencionado también como salar de Ratones (ej., Holmberg, 1900) o Acazoque o Acarzoque.

En el padrón minero aparecen nombres importantes y bien conocidos, otros de los cuales se cuenta con alguna información muy parcial y finalmente hay nombres que han desaparecido de la memoria colectiva. Del análisis de los involucrados se puede obtener valiosa información tanto para la historia de la minería en particular como para la historia de Salta en general.

El Tribuno