Catamarca: Tierras raras, el gran foco de atención después del litio

  • 3 de septiembre, 2020
El acuerdo al que arribaron el año pasado los países que integran el Mercosur y los estados del bloque europeo, vuelve a activar en Argentina la búsqueda de materiales que le quitan el sueño a las naciones que controlan la producción de nuevas tecnologías a nivel mundial. Ocurre que, entre sus artículos y postulados, el pacto contempla que la industria del Viejo Continente comience a importar de esta parte del mundo aquellos metales raros de alta calidad que hoy adquiere de China y sendos me

El acuerdo al que arribaron el año pasado los países que integran el Mercosur y los estados del bloque europeo, vuelve a activar en Argentina la búsqueda de materiales que le quitan el sueño a las naciones que controlan la producción de nuevas tecnologías a nivel mundial.

Ocurre que, entre sus artículos y postulados, el pacto contempla que la industria del Viejo Continente comience a importar de esta parte del mundo aquellos metales raros de alta calidad que hoy adquiere de China y sendos mercados distribuidos en África.

En concreto, el acuerdo reduce fuertemente las barreras hoy vigentes para la exportación de esos materiales desde Sudamérica. Según los volúmenes que demande Europa, también habrá situaciones en que la venta al exterior de estos minerales se hará sin ningún tipo de restricción o pauta arancelaria.

Este cambio comprende la extracción de dos productos que, en sintonía con lo que ya ocurre con el demandado litio, colocan a la Argentina en el pelotón de los escasos territorios con presencia de estos elementos: las "tierras raras" y el coltán.

Las primeras comprenden una combinación de materiales como lantano, lutecio, escandio, itrio, cerio y neodimio, entre otros, que sólo se encuentran presentes en muy pocos macizos graníticos.

En la Argentina, desde GEMERA, la cámara que agrupa a las empresas mineras que exploran en la plaza local, precisaron que no sólo se comprobó la existencia de "tierras raras" en provincias como Catamarca, Jujuy, Salta, San Luis, Córdoba o Santiago del Estero, sino que además ya existen pedidos de permisos de exploración solicitados por compañías de Canadá y Australia.

Los minerales en cuestión son compuestos clave para el desarrollo de vehículos híbridos, lámparas de bajo consumo, fibra óptica, dispositivos móviles y turbinas eólicas, además de aleaciones para baterías en general, imanes, y dispositivos para visión nocturna.

El coltán, en tanto, integra la tecnología que hoy se encuentra en computadoras de todo tipo, televisores de pantalla plana, cámaras digitales, celulares y videojuegos. Su uso se extiende a la fabricación de aviones y también tiene presencia en el desarrollo de centrales nucleares.

En la Argentina, siempre según GEMERA, hay presencia comprobada del material en valles ubicados en distintos puntos del país.

"Fue evaluada toda la zona pampeana. Estamos a la espera de los resultados, que podrían confirmar también la existencia de coltán en distritos ubicados en la provincia de La Rioja. Sin dudas, hay muchas posibilidades de dar con más concentraciones explotables a corto plazo", expuso una fuente de la cámara.

Y agrega: "El coltán supo tener importancia en los viejos programas de exploración iniciados por Fabricaciones Militares hace varias décadas. En los años '70 ya se evaluaba cómo extraerlo, luego el interés se fue perdiendo".

El acuerdo de las naciones del bloque europeo y la asociación que integran Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay enciende una extracción latente y desde el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) aseguran que los próximos años serán determinantes para establecer explotaciones con capacidad para abastecer a clientes industriales en el Viejo Continente.

"Europa considera indispensables para su industria a un grupo de 35 minerales que comprenden, justamente, a las 'tierras raras' y el coltán. Y está tratando de encontrar alternativas para evitar la compra en mercados que ya conoce y no se ajustan a los requerimientos en términos de trazabilidad y precio que las empresas del bloque pretenden", afirma Julio Ríos Gómez, titular del SEGEMAR.

El experto explica que los principales países industriales del bloque fijaron nuevos estándares para sus compras con la intención de eludir la adquisición de minerales como el coltán de zonas marcadas por los conflictos bélicos, el trabajo esclavo o infantil, y el narcotráfico.

El material en cuestión posee, justamente, una evolución como producto comercial marcada por los eventos violentos y el derramamiento de sangre sobre todo en tierras africanas. Así, el control de los yacimientos de coltán encendió conflictos como la lucha interna que asoló al Congo entre 1998 y 2003, y que concluyó con la muerte de más de 5 millones de personas.

Ríos Gómez expuso que Europa pretende, a partir de políticas como las establecidas en el acuerdo con el Mercosur, desterrar su incidencia en ese tipo de conflictos.

"Las potencias industriales identificaron las zonas conflictivas y pretenden asegurarse los materiales pero ya de territorios sin esas características. Por eso el énfasis hacia adelante en todo lo que sea trazabilidad. También implementarán nuevas medidas para evitar la compra de minerales provenientes de la piratería", dijo.

Para el representante de SEGEMAR, la quita de aranceles le garantizará al mineral argentino una competitividad en términos de precio que antes ni se acercaba a los valores ostentados por proveedores como el mencionado Congo.

La nación africana en cuestión cuenta con el 80 por ciento de las reservas probadas a nivel mundial, aunque también se han detectado concentraciones importantes del mineral en Australia, Ruanda, Venezuela y Brasil.

Por estos días, la producción del material apenas si alcanza las 1.800 toneladas en términos anuales, una cifra irrisoria si se toma en cuenta que el mercado mundial de celulares mueve unos 1.600 millones de dispositivos en el mismo lapso. El coltán es insumo determinante en esa misma producción.

Ya en lo referente a las "tierras raras", el acceso a bajo precio a las reservas sudamericanas le permitirá a Europa romper con el monopolio en abastecimiento que hoy posee China.

En la actualidad, el gigante asiático domina la extracción y exportación del insumo tecnológico y en más de una ocasión ha hecho pesar esa posición de poder para elevar los precios de los materiales o establecer cupos de venta según la conveniencia de su aparato industrial.

"China ha llegado a negar el acceso a esos minerales: así de fuerte es su poder en esa actividad. Europa identificó posibilidades en determinados países de América del Sur y por eso incluyó este aspecto en el acuerdo. Esto transforma a la Argentina en un actor clave porque posee estos minerales críticos", expuso Ríos Gómez.

"Las reservas locales tienen la misma calidad que ofrece China o África. Lo relevante será poder cumplir con las cantidades de 'tierras raras' o coltán que demandan los países europeos que hacen nuevas tecnologías", añadió.

La potencia asiática tomó el control del mercado de las "tierras raras" a fines de los años 90 cuando, por política de gestión ambiental, Estados Unidos cerro su mina californiana de Mountain Pass. A partir de ese momento, China se hizo con el 90 por ciento de la provisión mundial de esos minerales.

Desde entonces, el bloque europeo y los países de relevancia en cuanto a innovación tecnológica como Japón, Corea y por supuesto Estados Unidos dependen de la producción china, que a nivel anual promedia las 120.000 toneladas extraídas. Las reservas chinas comprobadas merodean las 44 millones de toneladas.

En 2005, investigadores del CONICET verificaron la presencia de estos compuestos en cercanías a la localidad de Jasimampa, Santiago del Estero. El área en cuestión ya había sido monitoreada en la década del '70, pero en ese momento la actividad estuvo acotada a la búsqueda de reservorios de manganeso.

"En el norte de San Luis hace un buen tiempo que se viene trabajando en la detección de 'tierras raras'. En este momento estamos definiendo las áreas con más potencial para comenzar a promocionar la inversión privada. La idea es poner en valor esas reservas cuanto antes de manera que la provincia pueda salir a buscar oportunidades en el exterior", indica el titular de SEGEMAR.

En 2015, un tándem de diputados elevó un pedido de informes al Poder Ejecutivo respecto de la potencial extracción de "tierras raras" en la zona centro de la Argentina y su impacto ambiental. También se exigieron precisiones sobre la exploración para el hallazgo de coltán.

Tanto en Santiago del Estero como en Salta también se ubicó, justamente, la presencia de este último mineral. Algo similar ocurre con Córdoba, Catamarca y La Rioja. La disponibilidad de columbita y tantalio, combinación que hace al coltán, en puntos distribuidos en la Pampa Húmeda fue confirmada por GEMERA hace menos de 5 años.

Lo que se espera en el sector minero es que todas estas confirmaciones de presencia de los recursos den lugar a una actividad sostenida con respaldo incluso político.

También hay apuro porque, más allá del beneficio lógico que traerá aparejado el pacto para el segmento minero en general dada la flexibilización arancelaria, lo cierto es que Brasil también tiene reservas probadas de estos materiales que seducen al mundo.                                                                                                                                    

¿Qué son las tierras raras?

¿Qué son estas tierras raras de las que todo el mundo habla? A pesar de que la sociedad se haya virtualizado, hay cosas que no cambian. Y una de ellas es la centralidad de las materias primas con las que, por ejemplo, se fabrican los smartphones.

Para que los datos resulten útiles, deben estar alojados en dispositivos. Estos dispositivos están hechos de materia. En particular, de 70 elementos, 17 de los cuales son las llamadas tierras raras. Sin ellas no existiría ninguno de los 7.000 millones y medio de smartphones presentes hoy en el mundo.

Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos. Desde el lantano (La), con número atómico 57, hasta el lutecio (Lu), con número atómico 71. A estos se añaden el escandio (Sc), número 21, y el itrio (Y), 39. Los primeros 15 elementos forman parte de la familia de los lantánidos. El escandio y el itrio se suman a la familia porque tienden a encontrarse en los mismos depósitos minerales y presentan propiedades químicas similares.

Sin el indio no habría touch screen; sin itrio, disprosio, europio, gadolinio, lantano y terbio no se colorearían las pantallas. Sin neodimio los dispositivos no tendrían micrófonos para hablar y enviar notas de voz. Sin disprosio, preseodimio y terbio no vibrarían. Por su luminiscencia y por ser superconductores de energía, estos elementos son el verdadero corazón de la economía digital.

Las tierras raras se descubrieron en Ytterby, cerca de Estocolmo, Suecia, en 1787. Pero solo 90 años después, comenzaron a usarse con fines comerciales. Primero para fabricar capas incandescentes para la industria del alumbrado de gas. Luego terminaron en los mecheros y en las lentes de Kodak. En los años 50, los lantánidos permitieron que la televisión emitiera en color, el neodimio que los misiles intercontinentales despegaran y el samario que funcionaran los reactores nucleares.

Hoy en día, el uso de las tierras raras se extiende casi ilimitadamente en industrias de importancia primaria. Aeroespacial y defensa, nuclear, superconductores de alta temperatura, cables de fibra óptica, ordenadores y teléfonos móviles, acero y pigmentos para cerámica. Y están presentes en prácticamente todos los componentes del automóvil moderno.

Como todos los casos de éxito, también las tierras raras padecen cierta desinformación. No son ni tierras ni raras. El cerio es el vigesimosexto elemento más abundante en la corteza terrestre. El neodimio es más frecuente que el oro. Incluso el tulio, el lantánido menos común en la naturaleza, es más abundante que el yodo. El problema es que estos materiales se encuentran en masas de roca bastnasita y monacita y son muy difíciles de separar del resto.

Fueron llamadas «tierras», porque la mayoría de estos elementos fue identificada durante los siglos XVIII y XIX. Entonces se solía dar este nombre a todos los minerales que no podían ser modificados por fuentes de calor. Y «raras» porque, comparadas con otras tierras, como la cal o la magnesia, eran relativamente menos abundantes.

El Esquiú