La minería y la pandemia, por Aldo Bonalumi
- 11 de septiembre, 2020
La importancia histórica de la actividad minería comienza con los tiempos, no obstante y acercándonos un poco, vale la pena preguntarse por qué: los fenicios dominaron comercialmente el "Mare Nostrum" (Mar Mediterráneo), el Imperio Romano permaneció tanto tiempo, el nacimiento del feudo, las monarquías, etc. Todo coincide "mágicamente", con el descubrimiento de minas de estaño en las Islas Casitérides, actuales Scilly al sudoeste de Inglaterra por parte de los fenicios, que comercializaron el estaño, para producir br
La importancia histórica de la actividad minería comienza con los tiempos, no obstante y acercándonos un poco, vale la pena preguntarse por qué: los fenicios dominaron comercialmente el "Mare Nostrum" (Mar Mediterráneo), el Imperio Romano permaneció tanto tiempo, el nacimiento del feudo, las monarquías, etc.
Todo coincide "mágicamente", con el descubrimiento de minas de estaño en las Islas Casitérides, actuales Scilly al sudoeste de Inglaterra por parte de los fenicios, que comercializaron el estaño, para producir bronce en toda Europa. Los romanos sin el hierro español de Río Tinto poco podrían haber hecho, sus acueductos y desarrollo evolutivo están forjados sobre la base de darle forma a las piedras con herramientas metálicas.
El pueblo Thule, reemplazó en sus picas el marfil de morsa por puntas de hierro y controló el hambre detrás del círculo polar ártico, más tarde, se produce un desarrollo importante en los siglos XI y XII, generado por los alemanes quienes comienzan a trabajar las minas de Silesia, Cárpatos y Bohemia, desembocando todo en el perfeccionamiento del arado y herramientas de labranza, responsables absolutos de la disminución de las hambrunas europeas. La imprenta nació y la comunicación también. Llegamos al renacimiento que no significa sólo que las pinturas y la arquitectura hayan hecho famosos a hombres excepcionales como Brunelleschi, Da Vinci o Buonarotti, el renacimiento es tal, porque dejo de morir gente fruto de la mayor higiene, los utensilios de cocina eran más asépticos, el tratamiento cloacal se expandió, los abrigos eran más eficaces, así la esperanza de vida aumento notablemente, todo desembocó en las revoluciones industriales.
Lo dicho vino de la mano de los metales y la minería, incluido el desarrollo de la medicina, de las vacunas, pues sin lentes no hay microscopios y sin hierro no hay bisturíes, esto es así, por eso dejó de morir gente y el mundo occidental renació. La ciencia es el conducto esencial que utiliza el producto minero para salvar vidas.
Una vez más la circunstancia pone un desafío a partir de la Gran Pandemia como pasará a la historia el actual ataque del COVID-19. Muchos señalan a Argentina como uno de los países más comprometidos económicamente de Latinoamérica cuando haya pasado la Gran Pandemia, solo las buenas políticas y la sustentabilidad ambiental garantizarán que la minería ayude, no solo a mitigar el hambre, sino también las deudas y la dependencia económica.
La minería puede darle al pueblo argentino tanto como el agro, la industria o el petróleo, miles de millones de dólares y ayudar a que el país salga menos herido de las circunstancias económicas previas y sanitarias del ataque invisible mundial. Será difícil olvidarse de la PANDEMIA COVID 19, seguramente habrá monumentos y recordatorios, como la Catedral de Santa María de la Salute en Venecia, o la de San Borromeo en Viena o en cualquier capital europea que evoca la peste negra de mediados del siglo XIV. De todas las pestes, para salir de ellas, el ser humano se valió de sus reinos naturales ya sean minerales, vegetales o animales, todos vitales para el renacimiento que deberemos forjar en el Siglo XXI. Todos vitales pero dependientes uno del otro con la minería a la cabeza, pues es el producto más primario entre los primarios. No hay reino vegetal ni animal sin minería.
Números gruesos dicen que para construir una mina productiva de las cuales tenemos muchas en Argentina la inversión oscila entre 200 y 3500 millones de dólares, inversión genuina que queda en el país, luego hay que comenzar a extraer el mineral, alguien podría pensar "solo dejan el 3%", como los que no se informan aseguran, esto es falso, pues hay que sumarle miles de puestos de trabajo, impuesto, retenciones, transporte, proveedores, desarrollo de fábricas para insumos mineros, etc. que en su conjunto ese 3% se transforma en 70%. Prueba de esto son las economías regionales de provincias como Santa Cruz, San Juan, Catamarca y Jujuy donde en sus PBG exportables la minera sobresale.
Argentina puede igualar a Chile en exportaciones mineras en un tiempo prudencial. Chile exporta en minerales, el doble que Argentina en granos, no es sencillo imaginar ese número. Pues aumentar las exportaciones mineras argentinas en un futuro medio ayudaría y eso no es soñar, el recurso está.
Imaginar un día sin minería es sinónimo de paralizar el mundo, sería más o
menos como estar navegando con un amigo fenicio antes del descubrimiento del
estaño en las Casitérides. Si queremos saber qué hace la minería hoy en
tiempos de la Gran Pandemia, observemos los materiales de los respiradores, las
agujas del suero, el transporte que trae al hospital los insumos, las
ambulancias, el hospital, los cables que conducen energía, como funciona Meet,
Zoom o Whatsapp, los inodoro, las canillas y hasta las cuerdas del violinista
que toca en el balcón, todo es de origen minero, es hora de preguntarse ¿por
qué todo depende de los minerales?, pues porque el planeta Tierra es una roca y
la actividad minera es la que extrae ese recurso y lo pone al servicio del ser
humano. El Planeta Tierra que está hecho única y exclusivamente de minerales,
es lo que el ser humano cuenta para su desarrollo.
Ninguna actividad tiene que cumplir más leyes ambientales que la minera. Entonces: o el productor cumple, de lo contario no produce, esa es la tarea del funcionario. Así como sin protección ambiental no hay paraíso, sin minería no se lo podría construir, ambas cosas son vitales. Cualquier actividad contaminante no puede funcionar, pero si estas cumplen las leyes, aportan mucho al bienestar general como dice nuestra Constitución Nacional. No cualquier país tiene Agro, Gas, Petróleo, Minería, Turismo y el mejor clima del mundo, sin problemas raciales, limítrofes, sísmicos ni de inundaciones catastróficas, eso es Argentina, uno de los países con mayores recursos naturales y humanos del mundo. Todo por hacer. Preguntémonos por qué no podemos, si hallamos la respuesta despegamos.
Dr. Aldo Antonio Bonalumi-
PROFESOR TITULAR
Cátedra de Petrología Ígnea y Metamórfica
F.C.E.F. y Naturales - U.N.C.
Ciudad Universitaria