Ricardo Sureda, el hombre de los cristales, por Ricardo Alonso
- 16 de noviembre, 2020
El tiempo es inexorable. El azar y las circunstancias quisieron que un hombre nacido en el lejano Río Gallegos, en la provincia patagónica de Santa Cruz, fuera a estudiar a Córdoba "La Docta" con los mejores profesores de su tiempo y recalara en el norte del país con la creación de la Universidad Nacional de Salta. Ricardo José Sureda Leston nació en Río Gallegos el 25 de agosto de 1946 y falleció en Salta el 3 de noviembre de 2020, a los 74 años de edad. Sureda llegó a S
El tiempo es inexorable. El azar y las circunstancias quisieron que un hombre nacido en el lejano Río Gallegos, en la provincia patagónica de Santa Cruz, fuera a estudiar a Córdoba "La Docta" con los mejores profesores de su tiempo y recalara en el norte del país con la creación de la Universidad Nacional de Salta.
Ricardo José Sureda Leston nació en Río Gallegos el 25 de agosto de 1946 y falleció en Salta el 3 de noviembre de 2020, a los 74 años de edad.
Sureda llegó a Salta en 1973 para hacerse cargo de la cátedra de Mineralogía de la Universidad Nacional de Salta. Esta disciplina de la geología, que estudia las especies minerales en cuanto a su composición química, estructura cristalina, propiedades físicas, entre otros aspectos, lo atrapó siendo un joven estudiante en la Universidad Nacional de Córdoba y a ella dedicaría su vida entera.
Fue heredero de la larga tradición que se iniciara en el país con la llegada de los sabios alemanes traídos por Sarmiento a mediados del siglo XIX, caso de Alfred Stelzner y Ludwig Brackebusch. Ellos y quienes los continuaron reunieron en Córdoba miles de valiosas muestras de rocas y minerales que llegaron desde los más recónditos distritos mineros del país.
Lo que bien podría llamarse la "Escuela de Mineralogía" de Córdoba se alimentó en la segunda mitad del siglo XX con las figuras de Guillermo Bodenbender, Juan Olsacher, Carlos Gordillo y Hebe Dina Gay; sin olvidarnos del papel protagónico que tuvo la primera doctora de Córdoba, la mineralogista Josefa G. de Peláez.
A poco de comenzar sus estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Sureda se incorporó como ayudante alumno en la cátedra de Mineralogía y desde allí ocuparía diversos cargos docentes hasta alcanzar en Salta el de Profesor Titular Plenario. Sureda se recibió de geólogo en 1970 y se doctoró en 1978, realizando las respectivas tesis en el estudio científico de minerales, ambas en Córdoba, con las dos más grandes mineralogistas de la segunda mitad del siglo XX: las doctoras Hebe Dina Gay y Milka K. de Brodtkorb. Todos sus maestros coincidieron en señalar que era un individuo extremadamente inteligente, excelente observador, apegado profundamente al estudio y con la rara virtud de jamás demostrar envidia con sus compañeros o colegas.
Sureda fue un apasionado de la cristalografía y la óptica mineral que enseñaba con un rigor académico poco común tal como pueden dar fe los cientos de alumnos que pasaron por sus aulas, se graduaron y hoy ocupan lugares de excelencia en el mundo profesional.
Luego de obtener en 1978 su doctorado en Córdoba, ganó la prestigiosa beca "Alexander von Humboldt", con la cual pasó un año y medio -desde octubre de 1979 a marzo de 1981- en la Universidad de Heidelberg. Allí profundizó estudios en el mundo de los minerales opacos de la mano de Paul Ramdhor (1890-1985), y se convirtió en una autoridad en nuestro país en la rama de la calcografía.
Realizó estudios pioneros en la génesis de mina Aguilar (Jujuy) con el Dr. Gerhardt Christian Amstutz (1922-2005) y logró que este renombrado científico suizo visitara Salta en 1976 y 1983. Sobre mina Aguilar publicó decenas de trabajos y dirigió la tesis del Dr. José L. Martín. También dirigió las tesis doctorales de María Florencia Márquez-Zavalía sobre la mina Capillitas (Catamarca) y de Teresita Ruiz sobre los minerales de salares de la Puna, especialmente el descubrimiento de catalanoita en laguna de Santa María (Salta).
Dirigió además las tesis de grado de Miguel A. Bosso, Juan A. Meregaglia, Hugo A. Pelayes, Alicia G. Quiroga, Jorge R. Brito, Carlos M. Peralta, Dante D. Cussi, Marcelo R. Olañeta, Julio C. Chacón, María P. Sosa Fernández, Pablo J. Iradi, Verónica Flores, entre otros.
Fue un apasionado de la enseñanza universitaria de excelencia, un docente de alma y un sarmientino cabal. Formó un sólido grupo de trabajo dedicado a la mineralogía entre los que se destacan sus discípulos a cargo de las asignaturas, entre ellos Teresita Ruiz, Mauro de la Hoz, Mercedes Ortega, Rocío Martínez y el suscripto. Junto al Dr. Ricardo Omarini dirigió el Centro de Estudios Geológicos Andinos (CEGA) donde participaron Cristina Moya, Vanina López, Miguel Azarevich, María Visich, Ricardo Domínguez, Omar Domínguez, Emilio Eveling, Celia Barrientos, Silvia Ferreira, Gabriel Diez-Gómez, Rocío Sabio-Collado, Franco Tito, Pamela Murillo, entre otros.
Realizó además una intensa actividad académica con el dictado de numerosos cursos de grado y postgrado, traducciones de textos del alemán y del inglés, publicaciones de guías y monografías con fines didácticos, miembro de tribunales de tesis doctorales y concursos de profesores en universidades de todo el país, evaluador de carreras universitarias y proyectos científicos, organizador o participante de numerosos congresos, entre otras múltiples actividades. Fue investigador científico del Conicet desde 1981 hasta su jubilación. Dirigió a numerosos becarios en el Conicet, Ciunsa y otros organismos, entre ellos, Nilda D. Menegatti, Mónica Lizio, Julián Maidana y Lidia B. Petiti.
Proyección de un académico
En el mundo científico internacional y gracias a su gestión visitaron Salta, dieron conferencias y realizaron estudios en yacimientos minerales de la provincia investigadores de renombre mundial como Jaques Pierre Cassedanne (1981), Luis Fontboté (1983), Paolo Orlandi (1999), Werner Herman Paar, entre muchos otros.
La relación con el austríaco Werner H. Paar fue la más fructífera, ya que junto al equipo de investigaciones de la Universidad de Salzburgo realizaron 17 campañas al norte argentino (1993 al 2000) y publicaron unos 25 artículos científicos que incluyeron el hallazgo de numerosas especies nuevas para la ciencia o bien nuevas para la República Argentina. Precisamente el Dr. Paar, junto a científicos alemanes, austríacos e ingleses, descubrió en el 2000 un nuevo mineral para la ciencia en la mina Pirquitas (Jujuy) y decidieron dedicárselo al Dr. Sureda por su larga y fecunda trayectoria como académico y científico.
El mineral, un sulfuro de plomo y estaño, recibió el nombre de "suredaíta" y figura en todas las guías mineralógicas internacionales.
El Tribuno se hizo eco de este hallazgo y publicó un reporte el 25 de septiembre de 2000.
En el mundo de la ciencia mineralógica llevar el nombre de una especie mineral es considerado como un paso a la inmortalidad. Para Salta y la ciencia argentina en general el homenaje realizado fue motivo de genuino orgullo. Entre los galardones y distinciones, Sureda recibió el Premio Bernardo Houssay (Conicet, 1987), el Premio Roberto Beder a la trayectoria en Mineralogía (Asociación Mineralógica Argentina, 2002) y un homenaje en la Cámara de Diputados de la Nación (2003).
Fue nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad Nacional de Tucumán en 2016.
Una obra fecunda
Sureda publicó unos 130 trabajos científicos en revistas y congresos nacionales e internacionales, además de libros y capítulos de libros, en español, inglés y alemán.
Colaboró con un nutrido grupo internacional liderado por el Dr. Paar en los hallazgos de nuevos minerales como brodkorbita (seleniuro de mercurio y cobre, 2002), jaguéita (seleniuro de paladio y cobre, 2004) y coiraíta (sulfuro complejo de estaño, hierro, arsénico y plomo, 2008), los cuales se publicaron en revistas altamente especializadas como The Canadian Mineralogist, Mineralogical Magazine, etcétera.
Sin embargo sus dos publicaciones más emblemáticas y hoy clásicas son: "Los Minerales Opacos de las Menas Metalíferas" (Asociación Geológica Argentina, Buenos Aires, 1999) e "Historia de la Mineralogía" (Insugeo, Tucumán, 2008).
Además de dominar casi todas las ramas de la mineralogía, fue un experto en yacimientos minerales y en la ciencia de la metalogenia. Definió y dio nombre a las principales provincias metalogénicas del noroeste argentino.
Estuvo vinculado como miembro a una docena de asociaciones científicas nacionales e internacionales entre ellas AGA, AMA, AMPS, AAGE, diversas sociedades geológicas y mineralógicas de Alemania, Francia, Chile y Perú, destacándose la Society of Economic Geologists (U.S.A.), de la cual era Fellow.
Sureda fue el padre fundador de la mineralogía científica en Salta. Enseñó e investigó por más de 40 años y puso a su cátedra y a su persona en un lugar destacado a nivel internacional.
El Tribuno