Chubut debate la minería ante las necesidades de un gobierno sin rumbo y una sociedad que está dividida y presiona

  • 8 de diciembre, 2020
La situación de la minería en la provincia de Chubut se debate en forma pendular y a esta altura, nadie sabe, cuál será el resultado final de lo que está sucediendo en una legislatura provincial que recibe presiones multicolores. La iniciativa del gobernador Mariano Arcioni es sin duda valiente y despojada,  para él,  por primera vez en quince años, de los resultados electorales del futuro. Este sencillo gesto no es patriótico, se debe a

La situación de la minería en la provincia de Chubut se debate en forma pendular y a esta altura, nadie sabe, cuál será el resultado final de lo que está sucediendo en una legislatura provincial que recibe presiones multicolores.

La iniciativa del gobernador Mariano Arcioni es sin duda valiente y despojada,  para él,  por primera vez en quince años, de los resultados electorales del futuro. Este sencillo gesto no es patriótico, se debe a que actualmente cumple su segundo mandato y no puede repetir con el fin de ser reelecto. Además, a su "gesto" se le agrega la inocultable presión del gobierno nacional para que habilite a la industria minera metalífera, situación que se ve, aumentada y gravada,  por los sectores económicos que necesitan incluir nuevos negocios, para contrarrestar el debacle de los hidrocarburos, que fueron esenciales en la provincia, y los efectos que dejó el coronavirus en los precarios mercados provinciales.

Al mismo tiempo nadie esclarece situaciones concretas. La minería no será la solución económica que necesita Chubut. Nadie especifica, clarifica o posiciona este mensaje de fondo. La industria minera, con la puesta en funcionamiento del proyecto Navidad, permitirá incidir en la diversificación de la matriz productiva de la zona, un nuevo actor apara el mercado, que posee una alta incidencia mediante la adquisición de insumos y servicios de alto suceso social, político, económico y cultural.

Para poner de ejemplo y ser claros, la presencia, en producción, del yacimiento Navidad para la extracción de plomo y plata, entre otro grupo de minerales, será tan significativo como el que se observa en Puerto Madryn con ALUAR. Este debería ser el principio de la comparación real que se puede estimar. No es para nada intrascendente. Sólo se debería analizar los años previos y posteriores a la consolidación de la principal productora de aluminio de Argentina. Desde este ejemplo se puede imaginar la transformación que le ocasionara la minería a la Meseta Central en primera instancia y a las grandes ciudades del este chubutense oferentes de servicios y de alta comunicación con el país y el mundo.

En la etapa de construcción durante un lapso que va de los veinticuatro a los treinta meses, la perspectiva no posee imaginación de lo que sucederá en la Meseta Central. Es muy difícil arrojar números reales dado que la información de la empresa no está actualizada, o en el menor de los casos, no está dada a conocer públicamente.

Lo cierto, es que si el proyecto de Arcioni avanza y es favorable se habrán revertido muchos años de postergación innecesaria. La zonificación minera es un primer paso. Esto acota a la actividad minera y despeja dudas y temores de zonas que directamente la rechazan, como sucede en Esquel.

No debería ser una ley sancionada con forcé, es de esperar un amplio y sentido debate racional y de alto contenido académico y científico. Sin los adoradores del mal ni del bien actuando desde las presiones que se saben que han existido y no faltarán.

Los legisladores deberán armarse de paciencia y abundante y calificada información. Buscar los consensos necesarios y el imprescindible diálogo intersectorial.

Mientras eso sucede, habría que ver que implicancia tienen  en los legisladores las posturas esgrimidas por el Partido Justicialista provincial y el Instituto Patria, quienes han manifestado su postura contraria al proyecto del gobernador. A estos se le suman los gremios alineados en CTA y una fuerte corriente anti minera que ya ha generado antecedentes de mucha presión desde marzo de 2003 hasta la actualidad. Esto no es un detalle menor.

Tampoco es menor que sólo se expidan a favor de la minería sellos sin antecedentes ni historia. Hacer expresar a redes insolventes, asociaciones, cámaras y otras voluntades favorables a la industria no sirven y no convencen. Las mejores voces se desprenden de historias reales, experiencias concretas, compromisos existentes desde hace mucho tiempo y que se puedan demostrar. Además, que las tonadas puedan ser acompañadas por representatividad y no conveniencias. Así será más trasparente y efectivas la licencia social.

Por último, destacar que en nada incidirá, a favor o en contra, que el gobierno nacional exhiba un órgano  asesor como el Consejo Federal de Minería, copado por personajes que poseen posturas anti mineras. El actual presidente del COFEMIN, cuando asumió su ministerio en Chubut, se declaró anti minero al señalar que "la minería contamina". Además, como si este dato fuera irrelevante, el actual secretario ejecutivo de ese cuerpo, es uno de los autores intelectuales y materiales de la Ley anti minera que posee en la actualidad la provincia de Córdoba. Este dato además, fue denunciado por un integrante del COFEMIN, cuando se propuso a Aldo Bonalumi para ocupar el cargo que hoy sustenta. Esta jugada, que expuso a un sector muy débil ante la sociedad, posee exponentes poco confiables en sus conductas gubernamentales.

Pese a esto, es de aguardar que pronto la empresa Panamerican Silver inunde a los medios de comunicación y la sociedad de la mayor información posible. Menos pauta y más información. Esta sería una acertada acción para sumar elementos calificados que contribuya a convertir una industria lícita en una provincia que posee perspectivas y capacidades para desarrollar la minería.

De ahora en más, la legislatura tiene la palabra.

Prensa GeoMinera