Daniel Meilán: ese conductor que revolucionó el país con la "Nueva Minería"
- 8 de diciembre, 2020
Mencionar sólo números de leyes sin narrar procesos históricos parece no encajar dentro de un relato que pretende ser reivindicativo. En los últimos meses mucho se habló de los veintisiete años de la Ley de Inversiones Mineras. En este artículo se pretende personalizar la labor de un grupo de profesionales que le dieron forma y real operatividad a esos instrumentos legales. Fue un tiempo de ideas innovadoras (las que faltan actualmente) y su recordatorio, ojalá, inspiren a la mediocridad imperante en la esfera oficial. En ese proceso, entre los años citados, se resalta la gestión liderada por el ex Secretario de Estado, Daniel Meilán. Durante la década de los años noventa, en el sector minero argentino, se llevó adelante una reforma estructural que abarcó desde la administración de los recursos hasta la apertura a favor de la inversión e
Mencionar sólo números de leyes sin narrar procesos históricos parece no encajar dentro de un relato que pretende ser reivindicativo. En los últimos meses mucho se habló de los veintisiete años de la Ley de Inversiones Mineras. En este artículo se pretende personalizar la labor de un grupo de profesionales que le dieron forma y real operatividad a esos instrumentos legales. Fue un tiempo de ideas innovadoras (las que faltan actualmente) y su recordatorio, ojalá, inspiren a la mediocridad imperante en la esfera oficial. En ese proceso, entre los años citados, se resalta la gestión liderada por el ex Secretario de Estado, Daniel Meilán.
Durante la década de los años noventa, en el sector minero argentino, se llevó adelante una reforma estructural que abarcó desde la administración de los recursos hasta la apertura a favor de la inversión externa y local, instrumentadas mediante la implementación de leyes específicas a la cual se incluyeron un reordenamiento de la administración gubernamental.
A tal fin se generaron condiciones favorables para captar capitales de riesgo que ingresen con fluidez al país. Hasta ese momento, la falta de inversión en el sector de la minería metalífera, mantenía algunos yacimientos descubiertos por la actividad exploratoria del Estado nacional, pero que carecía de recursos económicos y perspectivas de mercado para ponerlas en valor.
En el año 1993 se sanciona en el Congreso de la Nación la Ley de Inversiones Mineras Nº 24.196. A partir de ella se permite incrementar las inversiones, las cuales pasan de 10 millones de dólares promedio, hasta ese año, a los 1.000 millones de la misma moneda en la actualidad.
A tal efecto, para poner de relieve esa instancia política de la actividad extractiva, el ex Secretario de Minería Ángel Maza destacó recientemente que en esa época "fue un trabajo mancomunado, del cual sólo fui una cara visible, de todos los actores involucrados, sean estos del sector público ó privado, permitieron establecer a la minería como Política de Estado, esto quiere decir que sus lineamientos permanezcan en el tiempo y para ello se logró que esta quede plasmada en leyes nacionales que fueron sancionadas por unanimidad. (Ley de Inversiones Mineras, Ley de Reordenamiento Minero, Ley de Acuerdo Federal Minero y Tratado Minero con la República de Chile)".
Fue así que el marco normativo para las inversiones mineras en la Argentina, tienen un fuerte carácter promocional la estabilidad jurídica, tributaria y financiera. Las cuales, es importante resaltar, en diferentes etapas fueron violentadas por el propio Estado en un sistemático cambio de reglas de juego.
Tras 27 años de haber sido sancionada, bien vale reconocer, como dice Maza, la labor y constitución de un equipo que las implementó desde lo operativo. Así, de esa forma, nacieron los primeros proyectos de la "Nueva Minería" plasmada en los yacimientos de Minera Alumbrera, Catamarca; Cerro Vanguardia, Santa Cruz y Fénix, ubicado en El Salar del Hombre Muerto, en Catamarca.
La nueva legislación garantizó derechos a las empresas en el mediano plazo (estabilidad fiscal y tributaria) Se modificaron categorías de minerales estratégicos, mientras que el Estado invirtió en mejoras para la administración de la propiedad minera (informatización del catastro) y en el desarrollo de líneas de base ambiental para dotar de sustentabilidad ambiental a zonas estratégicas.
En los últimos meses, con motivo de hacer referencia a los 27 años transcurridos, se recalcó la importancia de estos hechos que ya son parte de la historia minera que en el país ya posee 207 años de vida, desde la Asamblea del Año XIII. No obstante, lo efectuado en la década de los años noventa, transformó la perspectiva del uso de los recursos naturales.
En los últimos años del siglo XX hubo personalidades que escribieron, con hechos y compromiso histórico, parte de un proceso fundacional en el que intentaremos detenernos es este artículo. No nos referiremos a otras gestiones, nos centraremos en lo importante que nos propone el desencallase inicia de un tiempo nuevo.
Tras la ley de Inversiones Mineras hubo que encuadrar acciones paralelas, ya que con esas letras consagradas no alcanzaba. El propio Maza, quien después asumió como gobernador de La Rioja en diciembre de 1995, encabezó el armado inicial de un equipo, liderado en aquel entonces por el geólogo Daniel Meilán, quien se desempeñaba como Presidente del Servicio Geológico Minero Argentino, SEGEMAR.
Una vez consagrado gobernador, Ángel "Didi" Maza, dejó la conducción total del proceso bajo la responsabilidad de Meilán, quien continuó con lo ya preestablecido en la estrategia que perseguía convertir a la Argentina, a los efectos de ser receptor de nuevos inversores. Algo que sucedió.
Así, la conformación de un equipo interdisciplinario se consolidó en el tiempo y dotó a la Argentina de una Política de Estado para el sector minero, la cual, no registraba precedentes en el país. "Sin gestión, la ley es algo vacío" replicaba por aquellos años Meilán, quien sería el alma mater de los nuevos tiempos jurídicos y seductores del país minero que se consolidaba por entonces.
Al geólogo oriundo de Banfield, provincia de Buenos Aires, le sobraba conocimiento de la industria y del movimiento mundial de los capitales de riesgo que se aglomeraban en torno a esta actividad. Lo primero que sostuvo fue un equipo que sumara individualidades capaces de dotar a la administración pública de un marco operativo que respondieran a las exigencias de los inversores y que nunca renunciara al rol insustituible de la administración pública.
Por nombrar algunos profesionales que compartieron esa instancia se debe destacar a Alberto "Tito" Lagos, un geólogo con amplios conocimientos de cuestiones ambientales y con rápido acceso a personajes políticos de trascendencia e incidencia a la hora de necesitar decisiones contundentes. También, este "dream team", estaba integrado por el abogado Guillermo Druetta, un minucioso observador de la letra chica y por el economista Oscar Tangelson, ambos tan imprescindibles como el agua.
Otro aspecto innovador para la época, se sustentó en la anexión de la mirada femenina, que fuera incorporada hábilmente por Meilán, es así que las letradas Silvia Bauni, especializada en el Tratado Minero con Chile junto a Liliana Tasile, quien además era la Secretaria Ejecutiva del Consejo Federal de Minería, ambas se sumaron a este equipo para aportar sus conocimientos. Pero esto no terminaba aquí. En la parte económica supo sumar a la Lic. Rita Jordan y al Lic. Guillermo Watanabe, a los efectos de monitorear y proyectar la real incidencia socio económica de los nuevos yacimientos puestos en producción. Mientras que la cuestión tributaria recayó bajo la tutela del especialista Carlos Manssero. A los nombrados se le deben agregar el significativo aporte del Dr. en Geología Miguel Ángel Guerrero, en la Dirección de Minería y del Lic. David Borelli en la Dirección de Inversiones Mineras. A grandes rasgos, con otras personalidades que seguramente omitimos, Meilán puso en marcha el proceso de construcción de la estructura del gobierno nacional para consolidar las bases de esa tan mentada Política de Estado.
La clara intención era darles operatividad a las leyes mineras, así se fomentó el cimiento de la institucionalidad del Consejo Federal de Minería. Este órgano, de representatividad de todas las autoridades mineras de las provincias, se constituyó para asesorar a la secretaría de Minería de la Nación. Junto a él se le dio origen al Acuerdo Federal Minero, un instrumento federal, que en esos años, posicionó a la actividad minera como un oferente global que emergía en el mundo.
Una de las acciones más significativas, realizadas desde la estructura del Estado, fue la creación del PASMA. A tal fin, en el año 1995, los gobernadores provinciales se encontraron en Buenos Aires para ratificar el Acuerdo Federal Minero (ley 24.228) en el que se comprometían a eliminar tasas y gravámenes provinciales que afecten directamente a la actividad minera, también a "armonizar" normas y procedimientos mineros en pos de homogeneizarlos a lo largo de todo el país. Para ello, dos años después de la Ley del Acuerdo Federal Minero, se firmó un acuerdo de préstamo entre el Banco Mundial y el Gobierno Nacional, por la suma de treinta millones de dólares, destinado al Plan de Asistencia Técnica para el Desarrollo del Sector Minero Argentino (PASMA).
Este programa duró seis años y tuvo como objetivo principal "realizar reformas regulatorias e institucionales tendientes a alentar la inversión privada en minería", ejecutándose tanto a nivel nacional como provincial. Así, entre las primeras provincias en las que se implementó el PASMA, se encontraban: Santa Cruz, Catamarca, Salta, San Juan y La Rioja; posteriormente Chubut, Misiones, Jujuy, Río Negro, Mendoza, Tucumán y Córdoba. Uno de los objetivos principales del PASMA consistió en llevar a cabo la elaboración de un modelo aplicativo que contribuya a dar garantías a un "reordenamiento técnico institucional de cada una de las administraciones correspondientes a cada una de las autoridades mineras provinciales" comprendidas en el plan, mediante tecnología de punta, comunicación satelital, huellas mineras y financiamiento para personal técnico y movilidad.
Para llevar a los hechos una Política de Estado que acompañe la llegada de las inversiones, hubo que forjar una gestión efectiva. No existía tanto discurso, en cambio sí predominó mucha tarea a los efectos de sostener consensos, convencimiento y concreciones. No eran tiempos de zoom. En cambio mucho teléfono y recorridos por rutas aéreas y terrestres.
Una de las acciones que más destacaban los inversores, es que el mundo recibía a las misiones nacionales integradas con miembros del Congreso de la Nación de diferentes colores políticos; a éstos se le sumaban los representantes gremiales de AOMA, empresas mineras locales y proveedores. Un compacto que se posicionó rápidamente. En este proceso cabe destacar las figuras de los senadores José Luis Gioja (PJ) y Juan Melgarejo (UCR), de las provincias de San Juan y Santa Cruz, respectivamente, quienes establecieron un discurso único y prominero que recorrió el mundo y contribuyó al desarrollo.
Recordar la historia, en tiempos de carestía de ideas e iniciativas innovadoras, bien vale ponerle nombre y apellido a las acciones de reconocidas y no conocidas personalidades. Hombres y mujeres que imprimieron el sello que le da sustento a la actual industria minera a gran escala, puesta en marcha en los últimos 27 años.
Convencidos de que la prensa posee el rol de detallar los borradores de la reseña histórica que se pondrá en línea durante el transcurso de los tiempos; nos pareció positivo recordar y poner en valor ese proceso liderado primmero por Maza y después por Meilán. Nada es producto de la casualidad. Detrás de simples hechos coexisten personas que dieron gran parte de su vida a una idea, una profesión o una actividad. A ellos va dirigido el reconocimiento de este simple relato, a modo de no olvidarlos. Además, cada cual, de ellos y ellas, poseen una historia personal de sueños cumplidos, postergaciones, aciertos y errores. No obstante, es muy relevante resaltar que ese conjunto de individuos pudieron transformar la realidad de aquellos tiempos para permitirnos este presente, aunque no sea el ideal.
Resultados:
Por lo hecho en los años noventa, bajo la gestión de Ángel Maza y Daniel Meilán como Secretarios de Minería de la Nación, en la presidencia de Carlos Menem, la minería pasó de 7.000 puestos de trabajos directos a un presente de 40.000 y de escasos quince mil puestos indirectos se pasaron a más de cientocincuenta mil por estos días El país pasó de 350 millones de dólares de exportación a los casi 4.000 millones anuales que salen por nuestros puertos actualmente.
Hoy se hace trascedente reflejar momentos de esas épocas. Seguro existen otros acontecimientos que fueron omitidos. La intención es contrastar aquellos hechos concretos con las charlatanerías, berretas e intrascendentes, que se pregonan en la actualidad. Sin lugar a dudas, aquellas acciones se hacen enormes ante tanta pequeñez racional y operativa del prresente.
Rememoramos aquellos acontecimientos, por el ejercicio de una memoria activa y de reconocimiento. Lo hecho no fue en vano. El sector minero argentino les debe una puesta en valor a la labor desempeñada, a los sacrificios y las ideas que pudieron plasmar con capacidad, entrega y compromiso. Por eso, por los aciertos, los sacrificios y las ideas plasmadas, nuestro reconocimiento.
Sin lugar a dudas, entre los años transcurridos desde 1993 al 1999, fueron de suma importancia para la consolidación de la industria minera. Aquellos cimientos dieron sus frutos, si bien hubo dobleces en el camino, podemos consagrar que lo esencial sigue indemne.
Es muy difícil planificar y cumplir bajo los rasgos de una cultura caracterizada por el desorden y la desidia. Pero bien nos hace refrescar algunos hechos, más para quienes sin sustento, piensan que todo nace sólo con ellos.
Hubo quienes trazaron el camino y demostraron que el trabajo, la organización y el compromiso saben de reconocimientos y resultados positivos. Más, en un país que necesita racionalidad, estrategas y funcionarios probos, patriotas y leales al pueblo. Como sucedió hace casi tres décadas.
Claudio Agustín Gutiérrez
Prensa GeoMinera