Argentina, litio, sostenibilidad minera y soberanía energética

  • 28 de enero, 2021
Por Andrea Polizzotto

 

En los últimos días, en medio de esta gran pandemia y crisis económica mundial, ciertos sectores, con segundos fines, se dedicaron a tratar de generar una grieta dentro del sector minero, sector que le cuesta mucho, por sí solo, tener buena prensa, y es muy desalentador ver a los propios generar grietas.

Hoy debemos bregar por la minería argentina, por nuestra actividad productiva, generadora no solo de divisas, sino lo que es más importante, generador de trabajo y dignidad para todos los argentinos.

Las empresas están conscientes de la importancia de gestionar los riesgos e impactos que se generen tanto en el medio ambiente como en la sociedad, así como estimular buenas prácticas de gobierno a lo largo de toda la cadena productiva.

Reflexionar, no solo sobre la conducta empresarial responsable y minería sostenible, sino tambien en la conducta de los funcionarios del sector, son uno de los objetivos que debe plantearse el sector, y trabajar en consecuencia.

Lo que debe buscar hoy la actividad minera es contribuir con la reactivación económica y social, respetando los protocolos establecidos y cuidando la salud de todos los trabajadores, procurando no obligar a colapsar el sistema sino ayudar a levantarlo.

Debemos trabajar por una política minera nacional, por más y mejor minería en cada rincón del país. Las empresas proveedoras son un actor fundamental dentro del sector minero, que afronta cada vez nuevos desafíos, haciendo hincapié en que se debe trabajar para que esta industria sea competitiva y sostenible, impulsando el desarrollo económico, social, tecnológico y ambiental.

El gobierno nacional está haciendo enormes  esfuerzos para contribuir  a ser más sostenible el desarrollo del sector minero y sus proveedores, lo que aporta a la legitimidad del sector, destacando el hecho que como actividad esencial, poseen un rol indispensable en el desarrollo del país.

Las empresas deben actuar con la debida diligencia, explicando que se trata de un proceso continuo que la empresa puede llevar a cabo para identificar y responder a impactos negativos reales o potenciales relacionados con sus propias operaciones, así como a lo largo de sus cadenas de suministro y relaciones comerciales.

Este proceso, de actuar responsable, es relevante para las empresas proveedoras de la minería, como herramienta de mejoramiento de la propia gestión; como parte de un proceso de evaluación de riesgos de un socio comercial/cliente; y como actor de interés de socios comerciales/clientes y como actores.

Nuestra región afrontara una crisis económica mayor a la observada en el 2.009, perdiéndose empleos en toda América Latina y el Caribe.

En Argentina, medidas de protección, como el ATP, o los Créditos para PyMES, la atracción de inversión o inversiones en Obra Pública, por parte del Gobierno actual, contribuirán a que seamos el país de Latinoamérica, con menor caída del empleo en la pos pandemia.

El principal desafío para nuestro mundo será reencontrar el camino de crecimiento económico y la protección laboral y social.

Una conducta empresarial responsable debe apuntar a prevenir, y en su caso, mitigar impactos negativos que puedan causar daño a las personas y/o al medioambiente; junto con maximizar los impactos positivos, contribuyendo al desarrollo sostenible, haciendo alusión al concepto de debida diligencia, cuyo principal objetivo es “prevenir las consecuencias negativas -reales o potenciales- sobre las personas y su entorno”.

Cuando pensamos en el desarrollo de proveedores y la cadena de valor minera, esto implica, no sólo, administrar eficiente y eficazmente los flujos de información, material y personas a lo largo de la cadena, sino también gestionar los riesgos e impactos que se generen tanto en el medio ambiente como en la sociedad, así como estimular buenas prácticas de gobierno a lo largo de toda la cadena.

Además, la gestión sostenible de proveedores permite desarrollar vínculos de largo plazo, transparentes y beneficios compartidos, haciendo hincapié en que “para avanzar como actividad sustentable, no es suficiente mirar solamente desde la propia empresa, sino también el impacto que tiene mi actividad en las comunidades cercanas”.

    La principal grieta que tiene hoy la minería argentina es creada dentro del propio sector, y en lugar de sumar y contribuir al trabajo conjunto y potenciar las buenas ideas, acá no pasa lo que propugnaba mi querido comprovinciano DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO “LAS IDEAS NO SE MATAN”, yo diria hoy «LAS IDEAS NO SE ROBAN», que es lo que está pasando, y paso siempre cuando algunos personajes estan cerca.

No solo tenemos políticos y funcionarios, no que no funcionan, sino que funcionan mal. Indigentes de saber, creen sabérselas todas, y en lugar de hacer crecer la actividad y sumar, solo piensan en hacer crecer sus negocios inmobiliarios, porque es finalmente como ven unos pocos a la minería y el litio, para ellos la minería es un negocio inmobiliario, un negocio para unos pocos. Y hablan de minería sustentable, cuando no conocen su verdadero significado. Yo me animo a decir que no solo tenemos funcionarios que no funcionan, tenemos además funcionarios que funcionan mal.

Llevo más de 20 años viviendo, escribiendo, leyendo y estudiando las comunidades de influencia minera, y no pienso dejar de decir lo que pienso ahora.

Que si hay grieta, por supuesto que sí, la generan los mismos que deben cerrarla, los mismos que hablan de minería inclusiva y no hacen más que excluir a los que piensan, a los que sí hemos trabajado por años en minería. Expertos en litio en Argentina hay muy pocos, y justamente no son quienes están siendo escuchados. Seamos sensatos. Por una vez, por única vez, que la soberbia no los haga equivocar y tener que volver a casa peor que como vinieron…

Yo si trabajo por la Sostenibilidad minera, por la Licencia Social y por el desarrollo de nuestro país y por el litio y los minerales estratégicos que tenemos, por nuestros recursos naturales.

Para generar riquezas a nuestro pueblo, debemos empezar a agregar valor y no extranjerizar NUESTROS RECURSOS, y dejar que la voracidad de países que no cuentan con ellos, nos vean solo como reservorio y meros proveedores de materias primas, y vengan por todo, y nos lo cambien por espejitos de colores…

Si quieren venir que vengan, pero esta vez los espejitos los producimos y vendemos los ARGENTINOS…

Por Andrea Polizzotto

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