Mendoza: "¡Salí de ahí! ¡Salí!", el mensaje que le envían a Suárez

  • 26 de mayo, 2021
Por:Marcelo Torrez

 

@MarceloTorrez

Es el 15 de setiembre del 2012. En el Thomas & Mack Center de Las Vegas se está desarrollando una de las peleas de box más recordadas de la rica historia del boxeo argentino y de todas sus proezas a nivel mundial, con representantes que han estado casi siempre a la altura de lo que los argentinos siempre han exigido y requerido. La pelea está en el último round. Ya han pasado un poco más de dos minutos de los tres cuando el mexicano conecta al boxeador argentino y lo tira a la lona. Con guapeza, el crédito nacional, que ha castigado duro a su rival durante toda la noche y que viene ganando el enfrentamiento con holgura, se recompone, se levanta y, contra lo que el manual dice, que en esas circunstancias lo que hay que hacer es ganar tiempo y esperar el campanazo final, en estado grogui arremete contra su rival, pero vuelve a recibir una murga enloquecedora que lo tiene contra las cuerdas a segundos del final.

El relato televisivo de aquella pelea quedó grabado a fuego en la memoria de quienes veían la pelea en todo el país. El “¡Salí de ahí, Maravilla!, ¡Salí de ahí!” que gritará y repetirá varias veces Walter Nelson, es el grito también desesperado de los fans de Sergio Maravilla Martínez, que está defendiendo el título nada más y nada menos que contra Julios César Chávez Jr, hijo de una leyenda mexicana que, además, tiene a todo el público del Mack Center de Las Vegas de su lado, junto con una nación que vibra con el boxeo y sus hitos mundiales.

El final de la historia es el conocido. Maravilla sale airoso de aquel bombardeo de trompadas que recibió por varios segundos. Al término de la pelea, épica, sería el ganador y ahí comenzaría a alimentar su propia leyenda. Pero pudo haberlo perdido todo por su propia impericia.

No son pocos los que ya le están pidiendo a Suarez que salga del lugar en donde se encuentra. La imagen de Maravilla Martínez, sufriendo los golpes sobre las cuerdas de forma innecesaria y por alguna subestimación del momento por el que atraviesa su rival o por contar con mala información sobre su estado, es aplicable para el caso de Suarez. Se encuentra en una encerrona, particularmente económica, y padeciendo las consecuencias abominables de una pandemia que sin vacunas obliga a todos a confinarse una vez más a la espera de un hecho o acontecimiento milagroso que la espante por sí sola.

Sólo los países más vulnerables de todos y aquellos que politizaron e ideologizaron al extremo el ataque al virus, junto con los malos acuerdos y un accionar negligente a la vista de todos parecen estar padeciendo la gravedad del mal que afecta a Argentina. Los países vecinos ya cuentan con sus vacunas y el plan en ellos avanza a una velocidad que estremece por todo lo que no se hizo aquí. Hay que ver los ejemplos de Chile y Uruguay para corroborar todo lo que se hizo mal en nuestro país.

Con Mendoza pasa lo mismo. Si la provincia hubiese avistado antes del colapso que su matriz económica ya no está dando las respuestas necesarias a su población, habría ganado tiempo para las correcciones que son necesarias, o bien, para los desafíos que hay que emprender.

Suarez, como ya se sabe, tuvo su momento de lucidez y creatividad que la hora y el momento de la provincia lo requerían. Fue al comienzo cuando, con todo el impulso de su inicio de gestión, planteó transitar caminos que nunca antes se habían explorado, aunque estaban ahí, listos para ser descubiertos y utilizados. Le faltó arrojo, está claro, y una firme decisión sobre el convencimiento del rumbo que él mismo había trazado en la campaña electoral y por el que fue elegido y apuntado por los votantes. Justamente, todo aquello o buena parte de lo que había dicho que haría en la Gobernación y que le permitió ganar las elecciones del 2015 sería abandonado ante la explosiva manifestación de quienes siempre se opusieron a los cambios y modificaciones en el rumbo económico de la provincia que resiste desde la época de la colonia sin mayores alteraciones.

El “¡salí de ahí, Maravilla!” en este caso, significa que Suarez, entre otras cosas, debería retomar aquel rumbo de los inicios de la gestión, cuando soñaba con una política de desarrollo para Mendoza no vista en las últimas décadas. Y ahora, en la gestión de la pandemia, ha vuelto a alinearse con los preceptos de la Nación que no han sido acompañados por los mendocinos, en su gran mayoría. En Mendoza se tiene que trabajar y salir todos los días para parar la olla. La asistencia social de la Casa Rosada, que ya no alcanza en la nación, ha sido siempre insuficiente en la provincia.

El fastidio por la gestión errónea y sin resultados favorables que intentó imponer la Nación en las provincias, y que logró en gran parte, siempre fue resistida en esta tierra por cuestiones de supervivencia, más allá de aquellas vinculadas con su propia idiosincrasia.

El “¡salí de ahí, Maravilla!”, para Suarez, significa que tiene que ser claro respecto de lo que ocurrirá desde el lunes 31 en adelante y cuál es el plan, su plan, para escaparle a la mishiadura económica.

San Juan se ha transformado en la receptora de América del Sur de las nuevas inversiones de cobre. El 15 de marzo, en esta columna, se describía la llegada de una inversión de entre 4.000 y 5.000 millones de pesos sólo para la construcción del yacimiento de cobre Josemaría, ubicado en Iglesia, al noroeste sanjuanino. Probablemente, durante el 2021, los sanjuaninos logren superar a Mendoza, por primera vez, en el volumen de exportaciones. La explicación está dada, claro está, en la explotación de sus recursos mineros que se exportan y se venden dentro del país y que Mendoza tiene vedados, incluso cumpliendo lo que ordena la ley que hoy impide el desarrollo de la minería a gran escala, la 7.722.

Los mineros mendocinos dicen que el valor del cobre que guarda la cordillera provincial oscila en 200.000 millones de dólares y que para extraerlo se requiere una inversión superior a 10.000 millones de dólares. La cámara de la minería calcula que se crearían 130.000 empleos de permitirse la explotación en la etapa de construcción de los yacimientos y alrededor de 40.000 permanentes en la etapa de producción. Ingresarían, sostienen, al valor actual del cobre unos 1.200 millones de dólares anuales, que es todo lo que exporta la provincia y que otros 600 millones de dólares se pagarían en tributos.

Pero, no todo es minería, claro está. En el Consejo Económico, Ambiental y Social (CEAS) se han presentado una serie de proyectos de cambios a la matriz productiva que el gobierno de Suarez debería aprovechar y llevar a la práctica. Allí aparecen desde la creación de clúster de actividades aeroespaciales, hasta la organización y asociatividad de los productores de ganado rural, la minería sustentable, la explotación a gran escala también de la producción de carne, el desarrollo turístico en la montaña, un empuje fuerte a la economía del conocimiento y las nuevas tecnologías, hasta la creación de anillos productivos y una nueva regionalización de la provincia.

A Mendoza le hace falta que alguien grite, fuerte, claro, directo y de una buena vez: ¡Salí de ahí, Suarez! ¡Salí de ahí!

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