Día Mundial del Medioambiente: Todos somos parte de la generación restauración, por Carolina Sánchez

  • 5 de junio, 2021
La ex Secretaria de Minería de la Nación Carolina Sánchez expresó su opinión en el Día Mundial del Medioambiente.

 

Este planeta tierra es un sistema dinámico, desde la composición del aire que respiramos, la forma que toma la superficie de la tierra, toda expresión natural y cultural que se presenta ante nuestros ojos en lo que llamamos paisaje y todo lo que fuera de nuestra vista, está por debajo de nuestros zapatos, es el resultado de complejas interrelaciones de factores físicos y reacciones biogeoquímicas cuya única constante es el cambio.

A lo primero que nos invita la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente es a recuperar la capacidad de observar con actitud activa el entorno donde habitamos, trabajamos y nos recreamos, para advertir la naturaleza de los cambios que se producen en nuestro espacio vital. Tal vez debamos recuperar el interés por observar con nuestros propios sentidos lo que pasa en nuestro entorno, sin mediar pantallas con imágenes compuestas que valen más que mil palabras o crónicas de mil palabras que construyen realidades paralelas.

Frente a disturbios de origen natural (la caída de un meteorito, la muerte de un gran árbol en una selva o la momentánea crecida de un torrente de montaña) o artificial (deforestación, incendios, urbanización, extracción, etc), la naturaleza tiene sus propios medios de restauración, de recuperación de aquella dinámica biogeoquímica propia para restaurarse.

El problema es que cuando la velocidad, extensión e intensidad de los disturbios en los ambientes naturales son tan fuertes, es necesaria una nueva intervención del hombre pero en dirección a la regeneración, la recuperación y la restauración de los ecosistemas que sufrieron daños.

A esto está dedicado en el este año 2021 el Día Mundial del Medio Ambiente a la restauración ecológica, que no es otra cosa que la recuperación de ecosistemas que hayan sido alterados, degradados, dañados y/o destruidos, la intervención humana orientada a recuperar la condición previa al deterioro.

Y esta intervención humana puede ser de carácter preventiva (prevenir el innecesario daño de los ecosistemas, ese que no conduce a ninguna actividad productiva, ni de mejora de las condiciones de vida de quienes somos cohabitantes del planeta) o restaurativa, durante el apogeo de esa actividad económica o productiva y cuando la misma ha cesado.

La restauración ecológica aplica a ambientes terrestres luego de deforestación, sobrepastoreo, incendios, grandes movimientos de suelos, incluso en canteras de materiales de construcción, minas fuera de operación y áreas petroleras. Aplica también a los ambientes acuáticos: humedales, ríos, océanos en costas y aguas profundas. También a los ambientes urbanos, para la recuperación de naturaleza dentro de las ciudades, con planificación y enriquecimiento de espacios verdes y valorizando microecosistemas aún desde los balcones.

Porque como propone la difundida filosofía japonesa #kintsugi, la restauración es testimonio de resiliencia. Porque un ambiente restaurado es valioso no sólo por volver a ser y cumplir su función ecosistémica esencial para nuestra propia vida, sino porque nos demuestra que todo, con un poco de ayuda, vuelve a ser lo mejor que puede ser.

Carolina Sánchez

Ex Secretaria de Minería, Ingeniera Ambiental dedicada a la Sustentabilidad del Desarrollo. Cambio Climático. Energía. Recursos Naturales & Transición Energética.