Catamarca: La ancha avenida del medio en minería

  • 6 de junio, 2021
La fuerte resistencia a la actividad minera que ha ido creciendo en algunas provincias argentinas...

 

La fuerte resistencia a la actividad minera que ha ido creciendo en algunas provincias argentinas, incluida Catamarca, es un hecho constatable. Esto no significa, sin embargo, que sea posible establecer una correlación de fuerzas entre los pro, y los antimineros. Una consulta popular, que no se ha hecho hasta ahora, tal vez podría dimensionar si hay más personas a favor de la minería o en contra de ella.

Pero tal vez la clave sea no caer en antagonismos absolutos, en posiciones maniqueas. En la versión digital de El Ancasti está publicada una encuesta respecto de la problemática. Luego de preguntarle al lector si cree que la minería debe ser una política de Estado en Catamarca, las opciones que se les plantean son tres: sí, es un importante factor de desarrollo; no, estoy en contra de la minería; y sí, pero solo si deja beneficios económicos para la provincia y tiene estrictos controles ambientales.

Las dos primeras alternativas son canalizadoras de los sentimientos pro y antiminero “puros”. Y la tercera atrae a un sector que no reniega de la actividad minera en sí misma, pero pone exigencias para que ésta se desarrolle en la provincia. Casi 7.000 personas votaron: las dos primeras opciones tienen un 20% de los votos cada una. La intermedia obtiene un porcentaje de aceptación del 60%.

Debe admitirse, por si hiciera falta, que se trata de un sondeo y no de una encuesta elaborada en función de una muestra representativa de la población. Pero la gran cantidad de votos (cada lector puede votar solamente una vez) es un buen indicador de que tal vez deba analizarse que un porcentaje mayoritario de los catamarqueños ocupa –esta vez sí- una amplia avenida del medio.

Lo cierto es que la minería es una actividad que no termina de despegar por la falta de licencia social. Hay 21 proyectos mineros en todo el país frenados por conflictos.

Anabel Marín, investigadora senior en políticas de ciencia, tecnología e innovación, aporta una mirada interesante para destrabar el cuello de botella.  “En Argentina, la protesta social contra la minería aumentó un 500%. Hoy frena muchos proyectos que suponen millones de dólares. Sus argumentos son tan contundentes como los de las empresas del sector y los gobiernos que las promueven. Pero nuestro suelo guarda minerales que la transición energética global requiere, y esa industria no hará más que crecer en las próximas décadas”.

Para la investigadora, avanzar sobre un proyecto de minería sustentable debe implicar una mayor participación de la sociedad civil en la toma de decisiones sobre el desarrollo de una actividad, una distribución de beneficios con mayor transparencias y que no se limiten a “compensaciones financieras que traen beneficios de corto plazo no pueden ser suficientes cuando están en juego recursos vitales”. De modo que propone “la creación de activos comunes que aseguren beneficios de largo plazo, involucrando inversiones en educación, ciencia y tecnología, e infraestructura, entre otros”.

El desafío hacia el futuro es explorar nuevas alternativas para lograr una minería sustentable. Es decir, en línea con lo que, aparentemente, piensa la mayoría: una minería que sea política de Estado, pero solo si deja beneficios económicos para la provincia y tiene estrictos controles ambientales.

El Ancasti