Diccionario enciclopédico de Eduardo Ceballos, por Ricardo Alonso

  • 4 de enero, 2022
Muchas provincias argentinas han dado autores con una obra enciclopédica.

Generalmente los asociamos con los grandes escritores de las capitales y especialmente de Buenos Aires. Los nombres son por todos conocidos, pero no quiero dejar de señalar a un Vicente Cutolo y su monumental "Nuevo Diccionario Biográfico Argentino" o a Diego Abad de Santillán y su colosal "Gran Enciclopedia Argentina".

En ambas obras colaboró y puso mucho de su tarea y de su talento el historiador salteño Carlos Gregorio Romero Sosa. Es imposible dejar de mencionar a Bartolomé Mitre, Domingo F. Sarmiento, Juan B. Alberdi, Florentino Ameghino, Joaquín V. Gonzalez, José Ingenieros, José Torre Revello, Vicente Sierra, Guillermo Furlong Cardiff, Jacinto Yaben, Ricardo Levene, Roberto Levillier, Juan Alfonso Carrizo, Cayetano Bruno, Antonio Paleari y varios de cientos más.

Entre todos ellos, son muchos los salteños que hicieron aportes sustanciales como Juana Manuela Gorriti, Manuel Solá, Francisco Centeno, Bernardo Frías, Miguel Solá, Joaquín Castellanos, Carlos Ibarguren, Juan Carlos Dávalos, José Vicente Solá, Ernesto Aráoz, Atilio Cornejo, Oscar Colmenares, Susana Martorell, Roberto Vitry, entre muchísimos más, cuya omisión es involuntaria. Vale la pena rescatar aquí el enciclopédico trabajo encarado por María Fanny Ossan de Pérez Sáez y Vicente Pérez Sáez en su "Diccionario de Americanismos de Salta y Jujuy" (894 p.), una obra de una riqueza extraordinaria para la lingística y la bibliografía regional.

Diccionario cultural

Pero el motivo de este artículo es llamar la atención sobre la aparición en Salta de una nueva obra enciclopédica y monumental bajo el sello editorial de la Universidad Nacional de Salta (Eunsa). Se trata del "Diccionario Cultural del Noroeste Argentino", del escritor, periodista e historiador Eduardo Ceballos. Un volumen de 834 páginas, dado a la imprenta en noviembre de 2021 en los Talleres Gráficos de la Editorial Milor. Más de un millar de biografías de hacedores culturales de las provincias que forman el llamado Noroeste Argentino están reunidas en ese caleidoscópico trabajo producto de la paciencia cenobita de su autor. Un trabajo de largo aliento que se remonta a cuatro décadas y que ya tenía una semilla antecesora en su clásica "Conozca la historia de Salta a través de sus Efemérides" (1993), hoy agotada. Como muchos de su otro medio centenar de libros que abarcan la historia, la poesía, el periodismo, los cuentos, las novelas, entre un generoso conjunto de páginas impresas para la memoria de Salta y el país.

Rescatamos, entre muchos otros, su historia por los 40 años de la Universidad Nacional de Salta en 2012, su recopilación de las notas publicadas en el diario El Tribuno, sus poemas del paisaje del camino a Cafayate, su obra sobre el periodismo en Salta en las décadas de 1950 a 1970, sus viajes por Italia y Tokio, su edición permanente de la "Revista La Gauchita" que está próxima a cumplir las tres décadas de vida, los cancioneros populares, sus muchas publicaciones en el Instituto Cultural Andino, para dar un ejemplo de la vasta producción de este intelectual salteño de pura cepa.

Y aquí vale la pena hacer un paréntesis y comentar que Ceballos se inició laboralmente como corrector del diario El Tribuno en la década de 1960 y durante muchos años colaboró como columnista. También rescatamos, por su singularidad, su libro "Testimonios de amigos de las letras", una rara avis de la literatura y futura pieza de colección para bibliófilos. ¿Por qué? Por la originalidad de haber recolectado en una obra de 270 páginas, las dedicatorias de los libros de más 300 autores que le obsequiaron oportunamente sus ejemplares con firmas autógrafas y que hoy engrosan su rica biblioteca personal.

Una curiosidad parecida al libro de "ex libris" o a esa joya de la literatura que es el "libro de prólogos con un prólogo de prólogos" que nos legara Jorge Luis Borges. Con una generosidad ilimitada, Ceballos ha puesto en tinta negra sobre papel blanco sus mejores ideas, su más claro pensamiento, sus ricas metáforas y experiencias de vida; siempre agradeciendo a todos y, en especial, a su hermosa familia, con su extraordinaria esposa, compañera, coautora y prologuista Susana Rozar.

Una rara avis

El libro que nos convoca, en formato papel, es también una rara avis en el mundo actual de las obras digitales. Se trata de una tirada corta, de 200 ejemplares, que merece un lugar en las bibliotecas de cualquier persona que quiera contar en un solo volumen la multiplicidad de biografías de un amplísimo espectro de escritores, historiadores, poetas, científicos, periodistas, intelectuales, creadores, artistas, músicos, pintores, actores, bailarines, etcétera, todos unidos bajo un único paraguas y es el de haber dado a la imprenta lo mejor de sus pensamientos, ideas e investigaciones. Por supuesto que el más de un millar de biografías allí redactadas no agota ni de lejos el universo de escritores que vivieron por estas tierras argentinas del NOA. Ni varias decenas de volúmenes podrían lograrlo.

Valga decir y recordar que nuestro admirado Roberto G. Vitry dejó inédita una obra con más de mil biografías de franceses que vivieron en Salta o dejaron plasmada a Salta en sus memorias de viajes. Pero el de Ceballos es un magnífico intento por lograrlo o al menos empezar a poner el tema en agenda. Y por ello nos congratula que haya lanzado una primera piedra seminal. Y lo hizo acompañado de figuras consulares, desde el rector de la UNSa CPN Víctor Claros y el equipo de gestión que lo escolta, pasando por quienes lo acompañaron con prólogos, prefacios y presentaciones. En primer lugar el historiador Gregorio A. Caro Figueroa es el autor de un erudito y disruptivo prólogo que llama a reflexionar sobre aspectos básicos y asumidos de la salteñidad versus la regionalidad. Rescato de él: “Prologar un libro es un modo de celebrarlo y agradecer el valioso aporte de su autor. Al comenzar esta introducción dije que, con su Diccionario Cultural del NOA, Eduardo Ceballos saldaba una deuda de la cultura salteña, durante años ensimismada y retraída. En parte, timidez; en parte, orgullo o escaso interés explicarían esa actitud” (p. 9). El académico en historia Caro Figueroa se refiere a Ceballos como un autor casi solitario pero fuertemente acompañado por su familia y que “de ese acompañamiento y de esa fragua casera salió esta contribución de enorme valor documental”.

No menos interesante es el segundo prólogo firmado por la escritora y docente Hilda Angélica García, presidenta de la filial Catamarca de la SADE. De ella rescatamos lo que sigue: “Eduardo Ceballos ha trabajado casi cuatro décadas investigando, registrando nombres y obras de creadores e intérpretes del norte del país pertenecientes a las provincias del NOA”. Y a continuación apunta: “Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja lo vieron en sus bibliotecas, librerías, actos culturales, en contacto con los protagonistas realizando entrevistas, rescatando testimonios que le dieran materia para producir un diccionario que contuviera a todos los que con su arte enmarcan la identidad de esta zona del país”. Y esto resulta nuclear, ya que no es una búsqueda informática gracias a los maravillosos medios digitales actuales, sino un trabajo de “tiza y carbón”.

El escritor incansable

A manera de prefacio se publica una carta personal del riojano Héctor David Gatica, el “poeta que piensa con el corazón”, como sabiamente lo definiera Atahualpa Yupanqui. La semblanza del autor la escribe la escritora tucumana Ana María D’Andrea de Dingevan quien hace un sucinto repaso de la biografía de Ceballos y un análisis de su vida y obra.

Lo define como un escritor incansable que lleva “el ser y el hacer” como un apostolado. Cierra la contratapa un texto del Lic. Rafael F. Gutierrez, profesor de Literatura Argentina de la UNSa, quien declara al diccionario como “Un libro necesario” y señala: “...la reunión de un informe ordenado alfabéticamente de los protagonistas de la vida cultural de una región es el testimonio de un trabajo constante e incansable, fruto de un espíritu inquieto, impregnado de interés por cada lugar que visitó y en el que cultivó relaciones y amistades, demostrando que un oído fino, una mirada atenta y un trato afable son indispensables para abrir mentes y corazones”.

El libro de Ceballos se incorpora así al rico acervo de las grandes obras salteñas.

El Tribuno