Historia de los dinosaurios en Salta, por Ricardo Alonso

  • 7 de marzo, 2022
En octubre de 2021 salió publicado un importante trabajo en la revista internacional de paleontología de vertebrados

 

Dando cuenta del hallazgo de una porción del cráneo de un dinosaurio carnívoro en Salta. La revista se llama "Journal of Vertebrate Paleontology" y el artículo lleva por título (en inglés): "El primer terópodo abelisaurio del Cretácico superior del noroeste argentino". Está firmado por un equipo de prestigiosos investigadores internacionales liderados por Federico L. Agnolín, del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" y de la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara". Los coautores, Mauricio A. Cerroni, Agustín Scanferla, Anjali Goswami, Ariana Paulina-Carabajal, Thomas Halliday, Andrew R. Cuff y Santiago Reuil pertenecen a diferentes instituciones científicas tanto de Argentina como de Inglaterra.

El dinosaurio carnívoro fue designado con el nombre del prócer salteño Martín Miguel de Gemes, en el bicentenario de su fallecimiento, como Guemesia ochoai. Ochoai es por Javier Ochoa, el técnico en paleontología que realizó el hallazgo en la región de Amblayo. Es la segunda vez que Gemes es homenajeado por los paleontólogos ya que en 1995 Mariano Bond y Guillermo López publicaron el hallazgo de un viejo mamífero eoceno, un toxodonte leontínido de Jujuy al que llamaron Martinmiguelia fernandezi.

Las entrevistas al autor senior del novedoso hallazgo y las noticias difundidas por diferentes medios periodísticos dan a entender que "en Salta no se conocía nada de dinosaurios". Literalmente afirman: "Este descubrimiento tiene la importancia de entender un poco cómo evolucionaron y cómo cambiaron estos dinosaurios abelisaurios y, por otro lado, viene a llenar los grandes baches geográficos que teníamos en Argentina, ya que en el norte del país no conocíamos nada de dinosaurios", se dice que "explicó a la agencia Télam el investigador del Conicet, Federico Agnolín" (26-Feb-2022).

Dado que algunos de los investigadores que firman el novedoso e interesante hallazgo ya habían dado a conocer otros trabajos anteriores sobre dinosaurios en Salta, incluso en coautoría con el hoy mayor experto mundial argentino en el tema, Dr. Fernando Novas, es que la frase de marras queda sin asidero.

Fósiles y huellas

De allí que resulte de interés recordar que los hallazgos de dinosaurios en Salta y su estudio se remontan a comienzos de la década de 1960, más de medio siglo atrás. Precisamente fue en 1960 que unos geólogos prospectores de minerales nucleares liderados por Celestino Danieli localizaron huesos mineralizados con uranio en el sur de Salta.

En 1967 los doctores José F. Bonaparte y Gerardo Bossi, del Instituto Miguel Lillo de Tucumán, publicaron en el tomo 9 del Acta Geológica Lilloana el hallazgo del fémur de un dinosaurio herbívoro de Salta, que a la postre resultó ser de un titanosaurio. Ese hallazgo inauguraría los descubrimientos de huesos fósiles de dinosaurios.

Un año más tarde, el entonces estudiante de geología Mario A. Raskovsky, realizaba su trabajo de tesis en el Valle del Tonco, más precisamente en el yacimiento de uranio Los Berthos, y dio a conocer los grandes planchones verticales de rocas calizas que contenían huellas de dinosaurios.

Ese hallazgo inauguraría la gran cantidad de descubrimientos que se realizarían años más tarde de espectaculares huellas de dinosaurios carnívoros y herbívoros en Salta y en el norte argentino, muchos de ellos permanecen sin haber sido publicados aún.

Hay una ley no escrita que dicta que donde se encuentran huesos de dinosaurios no se encuentran rastros de pisadas y viceversa. El gran estudioso de los dinosaurios en el norte argentino fue el Dr. José Bonaparte, paleontólogo de fama mundial y descubridor de algunos ejemplares icónicos como el Carnotaurus en Patagonia.

Impresionante osario

En 1976, Bonaparte y su equipo del Lillo hicieron un hallazgo trascendental para Salta, un descubrimiento de clase mundial en El Brete, departamento de La Candelaria. En unas areniscas de la Formación Lecho exhumaron un gran osario compuesto por restos de dinosaurios herbívoros, carnívoros y un impresionante conjunto de huesos neumáticos de aves. Los dinosaurios herbívoros resultaron ser titanosaurios y lo curioso es que se descubrió que tenían una especie de coraza en el lomo formada de huesecillos dérmicos con la que se protegerían del ataque de los carnívoros.

El nuevo titanosaurio salteño fue bautizado como Saltasaurus loricatus. En el mismo conjunto óseo aparecieron los restos de un carnívoro, bautizado como Noasaurus leali. Las aves resultaron pertenecer a un suborden completamente nuevo y desconocido a las cuales el paleontólogo inglés Cyril Walker bautizó como enantiornites.

Esas aves convivieron y se extinguieron con los dinosaurios.

Jaime Powell, un geólogo del Instituto Lillo y discípulo de Bonaparte, publicó con él en Francia en 1980 un trabajo clásico y luego continuó sus investigaciones en el sur de Salta y descubrió otros dinosaurios como el Unquillosaurus ceibali. Este a la postre fue reestudiado por Novas y Agnolín (2004) y resultó ser un maniraptor gigante.

Diversos hallazgos menores se sucedieron con los años, entre ellos los huesos de un terópodo y la pata del enantiornites Intiornis en las capas lacustres cretácicas de Puente Morales, en la Quebrada de las Conchas, publicados por A. Scanferla, F. Agnolín, F. Novas y otros en 2011. Esta saga de hallazgos óseos de dinosaurios se galardona con el nuevo cráneo del Abelisaurio de Amblayo.

Por su parte, el tema de las huellas o icnitas de dinosaurios fue escalando con el estudio por parte del suscrito de las pisadas en las minas de uranio del Valle del Tonco. Primero sería como tesis profesional del autor en la Universidad Nacional de Salta en 1978. Ello llevaría a publicar un artículo periodístico a doble página en el suplemento dominical de El Tribuno en febrero de 1979. En 1980 como artículo científico en el Acta Geológica Lilloana y en 1986 en el simposio internacional sobre huellas de dinosaurios realizado en Albuquerque (Estados Unidos).

Los trabajos allí presentados se publicarían en un libro sobre “Dinosaur Tracks and Traces” de la Cambridge University Press en 1989. Los hallazgos de icnitas se irían ampliando a la mina Don Otto, donde además se encontraron huellas de aves enantiornites asociadas a las de dinosaurios herbívoros y carnívoros.

Un patrimonio exuberante

En la década de 1980, geólogos de YPF encontraron un planchón con huellas de un dinosaurio carnívoro en la quebrada del Acheral, en Guachipas. Estas fueron estudiadas en 2003 como tema de su tesis profesional por Santiago Sánchez Rioja, a las que identificó como pertenecientes a un Abelisaurio y les dio el nombre de Acheralichnus leonardii.

El alemán Klaus Schwab descubrió las huellas de un dinosaurio carnívoro en la Quebrada del Toro en la década de 1980. César Gonzalez Barry y el suscripto dieron a conocer en el diario El Pregón de Jujuy el hallazgo de un planchón conteniendo huellas de dinosaurios en el geositio la “Paleta del Pintor”, en Maimará. Carlos Console Gonella, Silvina de Valais y otros paleontólogos harían luego prolijos estudios sobre estos hallazgos y publicarían los resultados en revistas internacionales.

Asimismo, se encontraron huellas de dinosaurios en el Cañón del Juramento, las que constituyen un atractivo para quienes disfrutan del rafting en el lugar. También fueron descubiertas huellas de dinosaurios carnívoros y herbívoros, así como cáscaras de huevos de titanosaurios, en la vieja cantera El Sauce, en proximidad de las aguas termales homónimas.

Numerosas huellas de distintos tipos de dinosaurios se encontraron en varios puntos de la Quebrada de Humahuaca (Juella, Maimará, Tilcara, etc.), la bajada de Lipán a Salinas Grandes, Tres Cruces y en los Valles Calchaquíes. Un hallazgo reciente de huellas de dinosaurios herbívoros y carnívoros se produjo en el valle de Potrero de Linares. Todas ellas en la Formación Yacoraite, una clásica unidad de calizas cretácicas en el norte argentino. Cerca de la mina Don Otto, en las areniscas de la Formación Lecho, se encontraron las huellas de un carnívoro gigantesco con pisadas de un metro de largo. Muchos de estos hallazgos, publicados e inéditos, fueron dados a conocer en un libro del autor titulado “Dinosaurios salteños y argentinos” (Mundo Gráfico, 2007, reeditado en 2009), hoy agotado, con prólogo de Fernando Novas.

El Tribuno