Hugo Nielson: fisgoneo, falsas acusaciones, disculpas y pedido de expulsión en la Comisión del PJ
- 8 de marzo, 2022
El primer escándalo que enfrentaría en su gestión la Dra. Fernanda Ávila provendría como consecuencia de actitudes graves generadas por uno de los asesores que heredó de la gestión de Alberto Hensel.

Sucede que, en la Comisión de Minería del Partido Justicialista, todavía retumban los ecos de los contenidos de los chats que describen situaciones anómalas que rozan la tragicomedia, las serias y lesivas manifestaciones. Las mismas sacudieron la modorra de los últimos tiempos, que padece este segmento partidario-técnico-político de la industria minera.
No es para menos. En la noche del pasado jueves 3 de marzo, una serie de mensajes en el chat de este grupo, se referían a las apreciaciones de diferentes integrantes del PJ sobre temas de índole política partidaria y técnicas del gobierno, más específicamente del área de minería.
Los mensajes, acreditados a Hugo Nielson, referían a las opiniones de estos y, en uno de ellos, él denunciaba que un miembro de este cuerpo había sido despedido del gobierno de (Mauricio) Macri por cuestiones “de acoso”. Más allá que lo que refería en ese texto injurioso era mentira, minutos después de su publicación fueron borrados. No obstante a su maniobra correctiva, hubo capturas de pantalla y desde ellas se desencadenó una amplia serie de llamados privados, desde donde se hicieron conocer estos sucesos y la gravedad de sus contenidos. De a poco, los integrantes del chat comprendían que el error se originó el haberse equivocado de remitir las extracciones a otros chats, lo que levantó la temperatura de los mismos, entre ellos funcionarios nacionales y provinciales.
Como consecuencia, el afectado por la difamación demandó telefónicamente al autor, Hugo Nielson una desmentida y disculpas sobre lo escrito. Aseguran que allí reconoció su “error” al profesional según constaría en una grabación que gira dentro del mundo minero.
Luego, y tras reiteradas solicitudes, Nielson algo escribió, pero no se refirió a la acusación (de acoso) efectuada, sino a intentar decir que el denunciado era “un hombre de bien”. Ante ello, más ofendido por sus palabras que fueron consideradas “muy lavadas”, se le exigió ser más claro en su descargo; a la vez se reclamó a los técnicos del PJ la expulsión de la comisión, También, se habría señalado, el inicio de acciones legales por sus graves e infundadas acusaciones.
Para el afectado, dentro de sus argumentos, se sostenería en la misma grabación donde reconoce que se lo habían solicitado desde la Secretaría de Minería, lugar donde cumple funciones como asesor. Esta situación agravaría sus mensajes, los que fueron caratulados de “espionaje”. Cabe resaltar que el funcionario señalado además posee un procesamiento por irregularidades en la Universidad de San Martin en la causa “Andrea del Boca” donde el juez federal Sebastián Ramos dio por cerrada la investigación y la elevó a juicio oral.
Por su parte, Prensa GeoMinera se contactó con una confiable fuente de la SECMIN para constatar el conocimiento de este hecho, y rápidamente respondió que desde la misma se desconocía este hecho y, en forma tajante, cualquier solicitud del cruce de información.
En otro sentido, pese a la negación de referirse al hecho por parte del afectado, hubo algunos miembros de la Comisión de Minería del PJ, que señalaron coincidencia en exigir una urgente reunión para abordar este tema. Algunos de ellos se expresaron muy indignados por el contenido del chat, por la supuesta filtración de mensajes internos hacia foráneos y las acusaciones infundadas.
La misma fuente, de la SECMIN, caratuló el hecho de “gravísimo” y despegó a la titular de esta cartera de tamaña y delicada situación. Esta funcionaria, a la vez, fue informada en forma directa, en la noche del sábado pasado, de la situación.
Se especula que esto es algo inédito dentro de la estructura partidaria. Entendemos que hoy, esta práctica, es común en la actualidad para el tráfico de datos convenientes. No obstante, lo que queda claro es que hay profesionales que pese a su dilatada experiencia “no califican ni para espiar”, tal es el caso del asesor de gobierno involucrado.
Como reflexión, cabe aclarar que, todos saben, que existen quienes trafican capturas y hacen en forma habitual esta práctica. Lo que nadie acepta es que uno se equivoque y se termine involucrando como autor necesario de los errores que provocan los descuidos, en el manejo de las nuevas tecnologías. Un desliz que lleva al simple camino de presentar su renuncia como funcionario del gobierno, aceptarse como un “boludazo” y así, ponerle fin a sus andanzas.
Prensa GeoMinera