Neuquén: Con cemento y chicharrón, jóvenes mapuches construirán sus propias viviendas
- 22 de marzo, 2022
Desde el año pasado comenzaron a capacitarse en el CFP 4 de Aluminé. Todos los días se juntan para fabricar bloques con el objetivo de levantar 25 casas.
Por Mariel Retegui reteguim@lmneuquen.com.ar
Hueche Ruca (Casa del Joven) es el proyecto que ilusiona a toda la comunidad mapuche Catalán del paraje Lonco Luán, distante a unos 15 kilómetros de Aluminé. Jóvenes, parejas con hijos o madres solteras son el motor de un emprendimiento de autococonstrucción, que comenzó a gestarse el año pasado, y que pretende alcanzar 25 viviendas para paliar la situación habitacional.
La werken (mensajera) Juana Jara y el lonco Vidal Catalán empezaron a pergeñar la forma en que los jóvenes de la comunidad pudieran acceder a tener un espacio donde vivir. En septiembre del 2021 decidieron hacerlo en carácter de autoconstrucción.
“Cada vez es más difícil acceder a viviendas sociales porque la mayoría de los jóvenes no están condiciones de cumplir con todos los requisitos. Convocamos a los interesados al proyecto de autoconstrucción y tuvo una buena repercusión entre las mujeres y los hombres de la comunidad”, contó Juana.
Se juntaron, intercambiaron ideas y trataron de diseñarlo pensando en que tenían una bloquera y recursos dentro del territorio comunitario. Además de los pinos, que servirán para fabricar las aberturas, tienen piedra pómez, de origen volcánica, que los lugareños denominan chicharrón.
“Tenemos chicharrón, que es piedra pómez, y decidimos usar ese recurso que tenemos en la comunidad. Acá, está mezclado con arena, preparado para empezar a trabajar. Si no lo aprovechábamos estábamos perdiendo la oportunidad”, explicó Juana.
La idea que primó fue que sus casas fueran sustentables. El paso siguiente fue ponerse en contacto con el Centro de Formación Profesional (CGP) N°4 de Aluminé. Allí reciben los conocimientos y asesoramiento mediante un curso de construcción de viviendas sustentables.
No todos tienen las nociones mínimas de construcción. Juana es abogada, recibida en la Universidad Nacional del Comahue, y reparte su tiempo, al igual que el resto de los jóvenes, entre sus tareas y la elaboración de los bloques para alcanzar el objetivo del techo propio.
Dijo que deberán tener en cuenta su ubicación en una zona sísmica a la hora de elaborar el plano, como así también el tema de la calefacción. “Ya no hay leña nativa y cuesta conseguir de otro tipo. Por eso, pensamos en utilizar estufa rocket. Además, queremos que la posición de la casa esté orientada hacia el sol para utilizar esa energía. La idea es ir maximizando los recursos”, agregó la werken.
Proyecto
Juana explicó que dividieron el proyecto en dos etapas: la primera para elaborar los bloques y la segunda para encarar la autoconstrucción de sus viviendas.
Si bien quieren afinar la cantidad de bloques que necesitarán para levantar 25 viviendas, estimaron que precisarán 36 mil bloques y hasta ahora llevan elaborados unos 6 mil o 7 mil. Están creados de una mezcla del chicharrón, la arena, el cemento y el agua.
Planificaron hacer la mayor cantidad de bloques posibles durante la primera etapa; mientras que en la segunda armarán las plateas y la tan ansiada construcción de sus casas.
“Vamos a hacer los bloques hasta abril porque en invierno se pueden helar y partir. Pensamos que, en octubre, cuando mejore el tiempo, podremos continuar y arrancar con algunas viviendas. La idea es formar un fondo rotatorio para autofinanciarlo entre nosotros”, detalló.
En los meses intermedios tratarán de resolver lo que les falta: herramientas y capacitaciones en albañilería, plomería y electricidad.
Las 25 unidades habitacionales las levantarán dentro del territorio de la comunidad, cerca de donde están las casas de sus padres, entre las localidades de Aluminé y Villa Pehuenia, por la Ruta 23.
Juana indicó que, tras la autoconstrucción, la idea es que gran parte de los que están participando salgan formados en oficios. Ella se encargó de la redacción del proyecto y de realizar las gestiones ante Provincia para que se le facilite algunos insumos como cemento y algunas herramientas.
“Los jóvenes están ilusionados. A partir de que se empezó a hacer los bloques ya vieron el futuro más claro. Ahora están más entusiasmados y ven la montaña de bloques hay otra motivación para seguir trabajando”, admitió Juana antes de reunirse con los jóvenes para elaborar bloques.
“Dignificante”
Al concluir sus respectivas actividades, se reúnen después del mediodía para que les rinda el trabajo diario antes de la llegada del invierno.
Belén Catalán está viviendo con su madre porque a los jóvenes solteros o sin hijos les resulta imposible tener un lugar propio. “No sabía nada de construcción. Estoy aprendiendo a hacer las mezclas. Todos los trabajos son pesados, ya sea zarandear el chicharrón o hacer la mezcla. Después de conseguir el cemento, ver la pila de bloques para nosotros es un logro. Le ponemos toda la garra porque es una autoconstrucción”, contó Belén Catalán, de 35 años y sin hijos.
Gabriela Quidulef y su esposo aún no tienen hijos, primero quieren tener casa propia. Ella tenía un vago conocimiento porque su padre hacía construcción, pero nunca había pasado de ayudarlo con algún balde.
“Es una gran experiencia. Es dignificante porque estás haciendo tus propios bloques para tu casa. Además, porque tenemos el apoyo del lonco y de la comisión, que hacen las gestiones para tener todos los elementos que hacen falta”, agregó Gabriela.
Recordó que desde el 2015 que en la comunidad no se hacen viviendas sociales. “Estamos muy contentos ahora que se están viendo los resultados. Es un gran proyecto a largo plazo, donde se promueven los valores comunitarios y solidarios. A veces dicen que queremos todo de arriba, bueno con esto le demostramos al Estado que no es así, que necesitamos el empujón para hacer nuestra vivienda propia”, cerró la mujer devenida en constructor
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