La minería avanza en el país, pese a los factores exógenos e internos
- 8 de mayo, 2022
El Gobierno Nacional busca cambiar la percepción que tiene la sociedad de la minería; los empresarios acompañan la cruzada, pero siguen pidiendo certezas.

El atractivo del país como destino global de inversiones se favorece ante un contexto regional más adverso.
Por Sabrina Pont
Mayo, el mes de las efemérides patriotas, también es el mes de la minería nacional. Cada 7 de mayo se conmemora el Día de la Minería en homenaje a la primera Ley de Fomento Minero que se sancionó ese día, pero de 1813, por la Asamblea Constituyente, a partir de la propuesta de la Junta de Gobierno.
En la previa, y como es costumbre ya la de hacer anuncios cerca de esta fecha que convoca e interpela a los actores y referentes de la actividad, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, presentó formalmente lo que bautizó como “el MEMAC”, que son las siglas de “Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad”. Con esto espera -o al menos intenta- cambiar la percepción que tiene la sociedad de la minería, en el medio de un escenario en el que se plantea una dicotomía irreconciliable entre producción y ambiente y a la vez urge la necesidad macroeconómica de ampliar actividades que generen más divisas por exportación.
El MEMAC es socio directo de la SIACAM, otra palabra nueva formada por las iniciales de un sintagma. Se trata del Sistema de Información Abierta a la Comunidad sobre la Actividad Minera, una herramienta virtual que busca otorgar “transparencia”, según se argumenta desde las filas técnicas del ministerio, a todo lo referente con la comunicación sobre asuntos de la actividad minera. Las dos apuestas de Kulfas tienen como marco la reciente Resolución Nº 89/2022.
Abrir la información minera a la comunidad como una forma de ganar consenso
Así las cosas, el ministro da un claro gesto político y se pone al frente de la Secretaría de Minería luego de la salida del sanjuanino Alberto Hensel a fines de 2021. Al menos así es en los hechos, que es lo más significativo, porque para los títulos la posta la tomó la exministra de Minería catamarqueña, María Fernanda Ávila -casi como un déjà vu de lo que fue la gestión de Carolina Sánchez entre mediados de 2018 y fines de 2019, quien también estuvo a la sombra del exministro de Producción de Mauricio Macri, Dante Sica-.
En tanto, por ahora, tenemos muchas siglas y poca inversión de riesgo (por ahora sigue siendo más lo potencial que lo concreto). Sin embargo, más allá de las cuestiones de forma, se dieron pasos importantes.
Concientización
Se incorporaron a la agenda de gestión de la minería muchos puntos que no estaban, como las iniciativas de transparencia, la cuestión ambiental, que incluye el uso del agua, la gestión de residuos y sustancias peligrosas, el cierre de minas, entre otros ítems, y también se ha extendido la discusión acerca del desarrollo de proveedores locales o de la “cadena de valor” como un objetivo fundamental a cumplir al momento de poner en marcha un proyecto minero.
Si bien las empresas operadoras mineras siguen pidiendo que se mantenga el respeto por la Ley de Inversiones Mineras, que implica que se revisen las retenciones que atentan a la competitividad del sector, que se garantice que no se va a incrementar la carga tributaria y que se den garantías de estabilidad fiscal y reglas claras de desarrollo de los proyectos, una lección se aprendió finalmente: sin licencia social todo eso se diluye.
Lo de afuera importa
Así las cosas, lo que subraya con resaltador al país ante el mundo como destino de inversiones mineras se sostiene, más que nada, por factores exógenos, como las cotizaciones de los metales y el mercado internacional golpeado por la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también, y sobre todo, por un contexto regional adverso. Incluso más adverso que el contexto interno del país.
Aparece el giro político en Chile que, tras conformar una convención para reformar su Constitución Nacional, puso en consideración la nacionalización de las empresas de explotación y exploración de bienes estratégicos como el cobre y el litio para que el Estado chileno planifique cuánto producir. Esta señal inmediatamente despertó el rechazo de gran parte de los operadores mineros privados, que lo advirtieron como un condicionamiento que tendrá repercusiones en sus proyecciones.
Por otra parte, el Gobierno de Perú, otro de los competidores de Argentina para la atracción de inversiones mineras internacionales, que asumió en julio con la promesa de “redistribuir las riquezas minerales” del país, no logra contener la estampida social que ya afecta al mercado de metales internacional. De hecho, la mina de cobre Las Bambas, que representa el 2% del suministro mundial, estuvo prácticamente paralizada en los últimos cinco meses por bloqueos de las comunidades locales en las rutas que conducen al yacimiento para presionar a las empresas mineras para que paguen o creen empleos.
Así llegará Argentina al PDAC 2022, la mayor exposición minera que se hace anualmente en Canadá y esta vez se fechó para junio, reconocida como el marco en el que se define la brújula de los negocios mineros del mundo.
Factores locales
Puertas adentro, el #Chubutazo dejó herido al sector. Lo que no debía volver a pasar, finalmente pasó. El debut de Ávila bajo el ala de Kulfas se opacó en diciembre con el fallido intento por sancionar la ley de zonificación que desató la furia antiminera en Chubut. Lo mismo le había sucedido a Hensel cuando empezó su gestión en enero de 2020, pero con una ley en Mendoza que debió ser derogada tras masivas movilizaciones de sectores autoproclamados ambientalistas.
La herida no cierra, a pesar de la cruzada de Kulfas, que insiste en la búsqueda de consenso social, y de los extensos informes presentados por la Dirección de Economía Minera de la Secretaría y el Centro de Estudios para la Producción XXI (CEP XXI), que ponen énfasis en comunicar de modo esquematizado los beneficios que la actividad minera tiene para la sociedad.
Hoy, Andalgalá es el centro de la escena antiminera, que se caldeó esta última semana tras la presentación del MEMAC. En esa localidad de Catamarca se pretende desarrollar uno de los siete grandes proyectos de cobre que tiene Argentina en carpeta: el Proyecto Integrado MARA, que se destaca por la estrategia de empalme entre el nuevo emprendimiento Agua Rica con el cierre de la mina Alumbrera, que no solamente implica un ahorro importante de costos y tiempos de construcción, sino que además reduce el impacto y revaloriza instalaciones industriales que de otro modo serían pasivos ambientales.
Plan estratégico
En relación con la presentación de la MEMAC y el SIACAM, de alguna manera se vinculan con el PEDMA, o “Plan Estratégico para el Desarrollo Minero Argentino”, el legado que dejó Hensel y que pretendía sentar las bases para los próximos 30 años para el sector. No lo llegó a presentar formalmente y casi que perdió posición destacada en el cartel al lado de las nuevas palabras de la minería armadas con siglas.
No obstante, antes de volver al seno del gobierno de San Juan de Sergio Uñac, Hensel sí lo pudo dejar impreso como un libro, más bien un manual, en donde se detallan algunos de los consensos a los que se pudo llegar tras largos encuentros -la mayoría virtuales porque se dieron en el medio de la pandemia-, que denominó “Mesas Facilitadoras”, que reunieron a especialistas, autoridades nacionales y de las provincias, dirigentes gremiales, empresarios, proveedores, representantes de la sociedad civil y hasta voceros religiosos.
De algún modo, la MEMAC, el SIACAM y el PEDMA son, a su vez, parientes lejanos del NAFM. ¿Qué es o qué quiso ser el NAFM? Se trata de las iniciales de “Nuevo Acuerdo Federal Minero”, que se llevó adelante por iniciativa del exsecretario de Minería de la Nación del Gobierno de Macri, Daniel Meilán, y fue elaborado en el marco del Consejo Federal Minero (COFEMIN).
Pero el NAFM, que pretendía modificar otro acuerdo similar que se había creado en 1993 -y en ese proceso también había estado involucrado Meilán como titular de la cartera minera del primer gobierno de Carlos Menem-, tuvo un problema: requería la aprobación del Congreso Nacional y luego, la ratificación en cada una de las legislaturas provinciales. Nada de eso sucedió.
Así lo justificaba Meilán, en un diálogo con esta periodista en marzo de 2018: “El país cuenta con un Código de Minería que se constituyó a fines del siglo XIX y si bien tuvo que ser renovado hace 25 años, se mantiene como la base que rige a toda la industria.
Hoy, con las nuevas necesidades en cuanto a desarrollo local y temas comunitarios, más los avances tecnológicos en materia ambiental, hay que volver a actualizarlo, por eso le decimos Nuevo Acuerdo o NAFM”.
Paso a paso
Más allá de la política y a pesar de tantas iniciales agrupadas para que suenen sofisticadas, la minería avanza. Lento, eso sí, pero avanza. El mayor dato que muestra que el sector minero en Argentina crece lo tienen los proveedores y la generación de empleo.
Según un documento oficial de las áreas técnicas que comanda Kulfas, que se dio a conocer en estos días, con 47 preguntas frecuentes sobre minería, el empleo formal en las empresas clasificadas como “servicios de apoyo a la actividad minera” -que es sólo uno de los sectores de proveedores- se triplicó en los últimos 15 años.
Asimismo, de acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios para la Producción en base a AFIP, INDEC y Aduana, más del 80% de las compras de bienes y servicios por parte de empresas mineras se realiza en el mercado doméstico.
Este dato es relevante, ya que en el comienzo de la década del 2000 muchas empresas debían importar gran parte de los productos y servicios que precisaban para sus procesos. Hoy es al revés, muchas mineras de otros países de la región, como Chile, Perú, Colombia y Brasil, están comprando a empresas argentinas
La Opinión Austral