La transición Energética. ¿Otro tren perdido para Argentina?, por Carlos Saravia Frías.
- 9 de mayo, 2022
La invasión de Rusia a Ucrania, ha producido entre otros efectos, uno catalizador respecto al fenómeno del calentamiento global.

Hasta ese momento, se discutía si los parámetros fijado por el Acuerdo de París en términos de reducción de CO2 eran cumplibles y si no; de que manera debían replantearse. La guerra, fue disruptiva en este sentido, demostró acabadamente que no solo no son alcanzables, sino que la dependencia de los hidrocarburos es irremplazable en el corto plazo, sobre todo para Europa y que necesariamente hay que replantear la transición energética a las renovables, que se venía proponiendo de una manera hasta inocente, podría decirse.
En este replanteo global, que pone en juego un rearmado geopolítico cabe preguntarse que rol pretende jugar nuestro país. La primera respuesta es ninguno; nuestra clase dirigente se encuentra sumida en discusiones municipales inconducentes tal como si deberíamos controlar o no el precio del tomate. Por su parte, países como Australia, con gran potencial para el desarrollo de las energías renovables, acaba de presentar su “Estrategia Nacional para el Hidrógeno”, generando condiciones de inversión adaptadas a cada una de sus jurisdicciones, después de un proceso consultivo que se inició en 2019. Algo similar hizo Chile con su proyecto participativo de Hidrógeno verde ¿y nosotros? Nada serio al menos desde la perspectiva de las políticas publicas. Sin embargo, contamos con todos los recursos necesarios para generar hidrogeno verde, la meca de la transformación energética del futuro, y acá el sector minero tiene un papel trascendental para jugar. Pero para poder completar esta transición, se necesita transitar un camino intermedio y el uranio parece ser el elegido. Contamos con importantes reservas de U308, en Chubut, Rio Negro y Mendoza, que ni si quiera exploramos a conciencia. Importamos el 100% del uranio que utilizamos para nuestras centrales atómicas. Pero no termina acá, el mundo para poder “acelerar” la transición va a tener que retomar en gran parte a la energía atómica, que se genera con uranio, para no terminar volviendo al carbón y dándose de patadas con las metas de contaminación. Podríamos no solamente autoabastecernos sino también ser grandes exportadores de este recurso, reinsertándonos al concierto mundial.
Otro tanto sucede con el litio, mineral fundamental para la “acumulación” de energía, en la que nuestro país, es jugador clave con este recurso y viene desarrollando aceleradamente los métodos de producción de litio en sus distintas variantes, y seguramente si cambian las condiciones de inversión se pueda fabricar algún componente de las baterías localmente. Sin embargo, el gran desafío esta en el marco normativo para el H2. Fuimos bendecidos con corredores de viento en la Patagonia (Rio Negro, Chubut y Santa Cruz), al lado del mar, con gran disponibilidad de agua; pero no contamos con un marco normativo que permita producir Hidrógeno verde de manera competitiva.
El mundo inicia un nuevo proceso de transformación energética, esperemos que esta vez, la Argentina, que cuenta con la materia prima para contribuir con esta transformación no deje pasar nuevamente el tren..
Prensa GeoMinera