Año nuevo chino: qué se espera y qué hay que cambiar en la relación entre Argentina y China

  • 23 de enero, 2023
Las perspectivas bilaterales y globales. Un análisis de Fundar aborda cómo lograr una relación sostenible, el financiamiento chino, las nuevas oportunidades de negocio

Qué le depara al país con el Año Nuevo chino 4721, del conejo de agua.

Las perspectivas bilaterales y globales. Un análisis de Fundar aborda cómo lograr una relación sostenible, el financiamiento chino, las nuevas oportunidades de negocio

El domingo empieza el Año Nuevo Chino del conejo de agua que equivale al 4721 en el calendario lunisolar. El animal y elemento de esta nueva etapa es un símbolo de longevidad, paz y prosperidad en la cultura china, por lo que se prevé que 2023 sea un año de esperanza.

Pese a los pronósticos globales de desaceleración, fragmentación y riesgo de recesión, la llegada del Conejo de Agua "podría ser una buena noticia para Argentina ya que China es el segundo socio comercial del país, aunque desde 2019 el país asiático se ha ubicado en primer lugar durante varios meses", evalúa un informe del centro de investigación Fundar.

El creciente volumen de comercio bilateral se tradujo en una mayor participación relativa de China en la pauta comercial de Argentina, destaca el análisis del think tank. En el 2021, China representó el 8% del total de las ventas externas de Argentina al mundo y el 21,4% de sus importaciones.

Otro informe, de la consultora DNI de Marcelo Elizondo, advierte que "el crecimiento mundial menor generará, a su vez, una desaceleración del comercio internacional". En 2022 el comercio mundial creció a casi u$s 32 billones (bienes más servicios): u$s 10 billones por encima de los resultados de un decenio atrás y casi 7 billones mayor al de prepandemia (2019). "Aunque para 2023 la OMC pronostica un alza de los intercambios de solo 1%", advierte.  

DÉFICIT ESTRUCTURAL

"El relativo estancamiento de las exportaciones hacia China desde 2011, junto con el aumento de las importaciones provenientes del país asiático, consolidó una posición estructural deficitaria para Argentina, la cual alcanzó su máximo en 2017 con un saldo negativo de u$s -7,7 mil millones", afirma el informe del centro de investigación Fundar, elaborado por Florencia Rubiolo y Santiago Bustelo.

Otros países de la región como Brasil, Chile y Perú, mantienen significativos superávits con la República Popular China. En 2020, Brasil tuvo un superávit de u$s 31.000 millones; Chile, de u$s 12.000 millones; y Perú, de u$s 655 millones. Son países que exportan mineral de hierro, cobre, soja, petróleo y celulosa, aunque también -a menor escala- proteínas animales, frutas y vinos. ¿Cuál es la diferencia con Argentina?

"Dada la dotación de recursos de Argentina y considerando la dinámica exportadora de los países vecinos, con las políticas de incentivo adecuadas es posible vislumbrar en el mediano plazo una posición más equilibrada en la balanza comercial con China", sostiene desde Fundar.

CÓMO RENEGOCIAR CON CHINA

De acuerdo con el centro de investigación que dirige Sebastián Ceria, Argentina debe reformular su relación con China. La región necesita inversiones equivalentes al 5% de su PBI en infraestructura, pero llega al 3% del PBI en las últimas dos décadas. Allí puede hacer su aporte el socio asiático con otro planteo.

Los proyectos financiados por China, "si bien contribuyen a la mejora de la infraestructura nacional, no implican directamente la generación de divisas o saldos exportables", remarca el informe.

La clave en la relación desigual es que una parte considerable del financiamiento recibido se destina a la importación de bienes de capital y al pago de servicios para empresas constructoras de China, por lo que los préstamos contraídos no necesariamente se gastan o se utilizan a nivel local.

"Si no se toman medidas concretas para aumentar la participación de las empresas nacionales y del contenido local en los proyectos de infraestructura, la estrategia de financiamiento actual tenderá a profundizar el déficit comercial con China", expresan Rubiolo y Bustelo en su informe sobre el sistema llave en mano que domina las inversiones chinas.

CHINA, CLAVE PARA EL FINANCIAMIENTO

Los analistas de Fundar destacan por su parte la ola de expansión del financiamiento de China a nivel internacional, que alcanzó su pico en América Latina.

Mientras que esa expansión preocupa a los Estados Unidos, los indicadores "sugieren que en los próximos años los desembolsos serán menores y las condiciones y los términos de los préstamos por parte de los bancos serán más estrictos debido a las dificultades de repago", advierten en el think tank.

"Es necesario balancear la agenda de financiamiento con una visión más diversificada de la relación bilateral, con énfasis en la atracción de inversión directa por parte de empresas chinas para proyectos productivos rentables en base a mecanismos de mercado y con una salida exportadora complementaria a la creciente demanda de China y Asia del Este", sostuvo Bustelo.

OPORTUNIDADES DE NUEVOS NEGOCIOS

La transición de la economía china a una de mayor sostenibilidad, social y ambiental, "ofrece oportunidades ligadas al aumento del consumo de la población y a la descarbonización del transporte y la generación eléctrica", enfatiza la investigación de Fundar.

La propuesta entonces es que Argentina debe tener una estrategia para la atracción de inversiones en proyectos productivos que le permitan consolidarse como un proveedor seguro y estable en aquellos segmentos con mayor complementariedad y potencial para atender la creciente demanda de China y Asia.

Argentina debe tener una estrategia para la atracción de inversiones en proyectos productivos y reformular las condiciones de inversión en infraestructura para incorporar insumos y mano de obra locales

"Resulta importante definir que quiere hacer Argentina con China, y diseñar un plan general en consecuencia, estableciendo sectores estratégicos con un horizonte de mediano y largo plazo, de modo tal que eso permita ajustar la agenda de negociaciones bilaterales priorizando sectores claves de interés nacional", plantea Bustelo.

LITIO, CELULOSA, COBRE Y ALIMENTOS

Entre los sectores con mayor capacidad para afianzar la relación de complementariedad económica están el sector energético, el alimenticio, la producción de celulosa y la minería de cobre y litio.

"La inserción externa de Argentina en un orden internacional atravesando múltiples tensiones debe mantener el mayor equilibrio posible, calibrando el grado de vinculación con cada uno de los grandes socios. Este delicado cálculo juega un rol central en la relación con China", concluye Rubiolo.

En esa línea, Elizondo recuerda que "la geopolítica está impactando en los negocios globales. Y cita la controversia entre China y Australia por los orígenes del Covid (que terminó en restricciones comerciales contra productos australianos), la reciente orden canadiense para que empresas chinas abandonen la explotación mineral, disputas sobre 5G en el Reino Unido, la propiedad intelectual y la prohibición de comercializar microchips entre empresas estadounidenses y otras en China. "Numerosos casos de intromisión de la geopolítica exhiben lo relevante del fenómeno", concluye DNI.

El Cronista