Salta/San Antonio de los Cobres: la recóndita capital de Milei: los hijos convencieron a sus padres y sacó el 63%

  • 22 de agosto, 2023
Viaje al corazón del votante

Texto de Paz Rodríguez Niell para La Nación

SAN ANTONIO DE LOS COBRES, Salta.- Florencia Guitián vive a 4200 metros de altura. Se levanta cada mañana en una casa de piedra helada, en un valle árido de la puna salteña. Cría llamas y cabras, rodeada de inmensas cumbres rocosas de arbustos bajos y yuyos amarillos, sin vecinos a la vista. Una vez por mes baja al pueblo, un poco a pie y un poco a dedo, a cobrar su pensión de madre de más de siete hijos. Aunque no estaba obligada, este mes fue dos veces; la segunda, el domingo pasado. “Yo voté para Milei”, dice. Florencia tiene 76 años.

“Me dijo mi hijo que lo votara. Que habla lindo, que nos va a dar más trabajo, que no van a estar tan caras las cosas. Así me dijo”, cuenta. Florencia fue dos años a la escuela pero no aprendió a leer. Dice que su preocupación más acuciante es que cada pan de sal que comen sus cabras antes costaba 20 pesos y ahora, 500. Su único hijo varón, Luis, tiene 51 años y trabaja en una mina de boro.

Su nieto Fernando cursa el último año del secundario en San Antonio de los Cobres –público, como toda la educación en el municipio- y también votó a Milei, igual que la mayoría de sus compañeros. Siguen sus videos por Tik Tok, que para desconcierto de los punteros tradicionales, se convirtió en la herramienta de campaña más eficaz de Milei en la Puna. “No me parece mal que el colegio deje de ser público. Todos deberíamos empezar a ocuparnos de nosotros mismos”, dice Fernando.

Los votos de Florencia y su familia no son una extrañeza en estas tierras. En el departamento de Los Andes, que tiene como cabecera al pueblo de San Antonio de los Cobres, la boleta presidencial de Javier Milei arrasó en las PASO del domingo pasado con el 63% de los votos. Salta fue la provincia en la que mejor le fue al candidato de La Libertad Avanza, pero en ningún otro departamento del país Milei logró un triunfo tan abrumador como en Los Andes.

En estas tierras ventosas lindantes con Chile, con un promedio de menos de un habitante por kilómetro cuadrado, ganó siempre el peronismo. Este año, en mayo, el gobernador reelecto Gustavo Sáenz sacó el 47,5% de los votos en las mismas elecciones que el intendente Alberto Carral (PJ) consiguió su segundo mandato al frente de San Antonio de los Cobres con el 51%. Carral compitió con otra candidata también peronista y cuenta que entre los dos llegaron al 80%.

¿Cómo se explica entonces que ahora haya arrasado Milei? “Fue una catástrofe. Cuando contamos los votos no lo podíamos creer. Teníamos otro panorama. Fue un boom social que explotó en las redes y provocó un contagio masivo”, dice el intendente, un profesor de educación física que vivió toda su vida en el pueblo. Carral afirma que fue sin duda un “voto bronca” contra la situación económica y los aumentos de precios, males que -alega- no se resuelven desde la intendencia. “Yo no puedo bajar la inflación, ni aumentar los sueldos”, dice.

Los Andes nuclea dos municipios: San Antonio de los Cobres y Tolar Grande, un caserío donde Milei ganó por una diferencia incluso mayor, pese a que el intendente peronista consiguió en mayo su quinto período sin que nadie se presentara a competirle.

Todos los intendentes fueron convocados a una reunión que se hará pasado mañana, en Salta, con el gobernador, confirmó Carral. Sáenz los cita a un encuentro muy parecido al que lo citaron a él la semana pasada, cuando Massa llamó a varios gobernadores peronistas, muy disconforme con el resultado de las PASO en sus provincias. Sáenz, amigo y excompañero de fórmula presidencial de Massa, salió de la reunión y explicitó su apoyo al ministro como no lo había hecho antes: "A mí y a los salteños nos conviene que el presidente sea Massa", dijo.

Salta fue el caso más extremo de un fenómeno general. En 15 de las 16 provincias que ganó Milei los gobernadores no se jugaban su suerte porque las elecciones provinciales ya habían pasado.

En Los Andes, para colmo, Milei le sacó a Massa 40 puntos. Unión por la Patria solo consiguió el 20%. En votos es un número que no mueve la aguja porque el total de los electores del departamento son 6217, pero en porcentaje, el resultado es impactante. El único distrito en el que el libertario obtuvo una diferencia más grande con Massa está en la otra punta del mapa: la Antártida.

Daniel Calpanchay, presidente del Concejo Deliberante de San Antonio de los Cobres, peronista crítico del gobernador, sonríe y aporta un dato: “La sede partidaria de acá se abrió un solo día: para el cierre de campaña”.

El intendente jura que no le sacaron el cuerpo a la elección, pero igual promete que ahora van a salir con todo para que la gente “se dé cuenta” de lo que puede perder. Promete que en las generales van a dar vuelta el resultado.

De ser así, se enfrentará con un enemigo que juega con otra estrategia y que penetró en la Puna sin que nadie lo dimensionara, pero a la vista de todos. Ahora lo sigue haciendo a metros del despacho del intendente. En la antesala de su oficina, cuatro personas esperan sentadas en fila para ver a Carral. Remedios, materiales de construcción, ayuda para algún trámite... A medida que los van llamando, los que esperan van cambiando de silla, acercándose a la puerta del despacho. A sus espaldas hay una imagen de la virgen del Luján y otra de San Antonio, patrono del pueblo. Enfrente, en un televisor colgado del techo, se ve Crónica TV. Los conductores discuten si las ideas privatizadoras de Milei son buenas o no. Se escucha bajito, pero la cara del candidato libertario está siempre en el centro de la imagen. Son decenas de minutos de pantalla en una municipalidad donde, sin ningún remordimiento, asumen que se trabaja para el peronismo.

La televisión nacional y sobre todo las redes sociales fueron la vía de penetración de Milei en San Antonio de los Cobres, adonde llegó internet 4G hace dos años. Aquí no tiene ni un solo dirigente que lo represente. Nadie pegó un cartel con su foto y ningún candidato de La Libertad Avanza vino a hacer campaña. “Y ahí está su éxito”, dice, sin nada de broma, un experimentado político tradicional del peronismo salteño.

La última vez que Milei pisó Salta fue hace siete años, cuenta Alfredo Olmedo, que fue quien lo trajo y ahora integró su lista como candidato al Parlasur. “Considerábamos que ganábamos, pero pensamos que en el interior los intendentes iban a hacer más presión y que no íbamos a ganar así”, dice Olmedo a LA NACION. En San Antonio de los Cobres, La Libertad Avanza no se había preocupado siquiera por juntar fiscales. En las generales será distinto. “Ahora nos sobran los que quieren fiscalizar, pero estamos chequeando que no sean infiltrados”, dice Olmedo, que conoció a Milei cuando los dos se paseaban por los programas de televisión de la tarde y que se define como “el primer mileista”. Subido a la ola dolarizadora que promete Milei, Olmedo quiso sortear 100 dólares por pueblo salteño el lunes posterior a la elección. “Era a cambio del troquel del voto, pero la justicia electoral no nos dejó”, se lamenta.

San Antonio de los Cobres es un pueblo (le faltan más de 2000 habitantes para llegar a los 10.000 que requiere ser reconocido como “ciudad”), que durante décadas vivió del turismo y la cría de animales. Su emblema es el Tren a las Nubes. Los ocho vagones, pintados de azul brillante, contrastan en lo alto con un pueblo en expansión de casas bajitas y de veredas angostas y altas, todo de un color ocre que se mimetiza con los cerros. Cada salida del tren, tres días por semana, revoluciona durante un par de horas las calles, que se pueblan de turistas.

Hoy, sin embargo, la gran apuesta de la economía de San Antonio de los Cobres es la minería. Y sobre todo el litio, que todavía no tiene plantas en producción. Según la municipalidad, el litio ya emplea a unas 6000 personas, pero solo el 15% son de este departamento. La queja recurrente de la gente es que las mineras se llevan mucho y dejan poco. Demandan una mano de obra especializada que San Antonio de los Cobres no tiene, dice el intendente, que cuenta que están peleando para conseguir más capacitación -ahora se abre la tecnicatura de Higiene y Seguridad- y sostiene, sin embargo, que con los empleos menos calificados que ya ofrece, la minería provocó un cambio social “impresionante”. Admite, no obstante, que las regalías hoy no son determinantes en la economía del municipio: “Recibimos ingresos por las inspecciones que hacemos y dos veces al año tenemos regalías, que ahora son de unos 31 millones. Poco significativo”.

El salario promedio en Los Andes es de 357.494 pesos y es uno de los departamentos que registra menor porcentaje de empleo estatal de la provincia (35%).

Gabriel Martínez es guía del Tren a las Nubes y está convencido de que en San Antonio de los Cobres “toda la clase trabajadora está con Milei”. Tiene 38 años y es el único que nació en el pueblo del grupo que acompaña hoy a los turistas. Cuando falta media hora para que salga el tren, recibe a los llegan sin pasaje en la oficina de la estación -hoy en remodelación-, que parece quedada en el tiempo. Techos altos, paredes revestidas de madera, una salamandra, una antigua campana que todavía se usa y un viejo teléfono de pared. “Tenemos la mayor reserva de litio, el servicio turístico más importante, que es éste [por el tren], y nada de eso se ve. La juventud, sobre todo, se da cuenta de que es un departamento muy rico y prefiere arriesgar antes que seguir así”.

Son las 2 de la mañana y Teresa García atiende con una compañera la guardia del hospital de San Antonio de los Cobres, que tiene 20 camas y recibe pacientes de toda la región -y a veces, incluso de Jujuy-. Ella también cree que la minería derrama menos de lo que debería en el pueblo y votó a Milei. Como a Florencia Guitián, la convenció su hijo. Teresa es enfermera y le faltan cinco horas para que termine un turno tranquilo, de varios turistas apunados. Este año vivieron una época muy dura, con tres suicidios adolescentes seguidos. Teresa participó del paro de sanidad –el tipo de medidas de fuerza que Milei rechaza- porque en San Antonio no les pagan como personal de frontera ni les reconocen la “zona desfavorable”. No está de acuerdo con que se privatice la salud ni con que se reforme el régimen de la educación pública y admite que la personalidad de Milei le da “un poco de miedo”. Dice, no obstante, que lo va a volver a votar: “Como está la Argentina, no hay otra”.

Empieza a amanecer y aunque los locales cuentan que es un invierno insólitamente cálido para la Puna (¿efecto del calentamiento global que Milei niega?), la temperatura es bajo cero en el centro del pueblo. Frente al Destacamento de Vigilancia Cuartel San Antonio de los Cobres cuatro hombres se frotan las manos, encapuchados bajo sus camperones azules. Esperan el colectivo que los lleve. Serán cuatro horas de viaje para tomar un turno de 14 días. Trabajan en la construcción de una planta de litio. Dos votaron a Milei; los otros dos, en blanco, cuentan. Víctor Ernesto Choque es uno de los que votó a Milei. Antes había votado a Cristina Kirchner y a Alberto Fernández, y ahora dice que dejó de creer en el peronismo: “Ya fue”. Apuesta a que con Milei se terminen los corruptos y está seguro de que va a ganar.

En San Antonio de los Cobres cada cual elige su propio Milei. Para todos es el “cambio”, pero para Teresa es la esperanza de mejores sueldos; para Diego Salazar (25), técnico en refinería, es la promesa de reducir el empleo público; para José Fabián Martínez, que ayuda a sus padres en un hotel familiar, el sueño la dolarización; para Noelia Carpichay, moza, el recorte por fin de los planes sociales; para Esmeralda Colque, estudiante del profesorado de educación primaria, es la única propuesta concreta contra la inflación.

Todos parecen dispuestos a no mirar los riesgos que identifican en el plan libertario. Noelia, por ejemplo, manda a sus hijos a la escuela hogar y no quiere cambios en la educación. Florencia necesita su plan para llegar a fin de mes. Esmeralda está en contra de que se libere la tenencia de armas y defiende la Educación Sexual Integral (ESI). “Cuando lo ves por primera vez, Milei da miedo, pero lo importante es que nace un cambio”, dice. En este Milei que cada uno llena a su gusto, es un plus que el candidato no tenga una cara identificable en el pueblo.

Pero en San Antonio de los Cobres también hay desesperanzados, como Romina Guitían, de 19 años, que tiene una hija y limpia en una hostería. “Siempre es lo mismo para los que vivimos acá. No cambia nada”. Su voto fue uno de los 110 en blanco. El domingo, además, hubo un ausentismo muy alto. La participación fue de apenas el 53% en Los Andes.

Y hay quienes piensan que el resultado de las elecciones es una locura, como el maestro Gustavo Quispe, de 46 años. “Lo votan porque habla lindo… Si es por eso, Hitler hablaba hermoso”, dice. A Quispe lo sorprendió el resultado de Milei en las PASO. “Llegó a los lugares más recónditos y más pobres del departamento, donde no es fácil llegar y el peronismo llegó siempre con bolsones de comida y asistencialismo. Lo ayudó que apareció solo y propuso un cambio a gente cansada de los políticos, que no los quiere ver más”. Quispe sabe de lo que habla. Fue candidato a intendente por Juntos por el Cambio en las elecciones que ganó Carral. En las PASO hizo campaña por Patricia Bullrich y volverá a hacerlo en las generales de octubre, pero arranca de muy abajo: Juntos por el Cambio sacó 7 puntos el domingo. Él advierte que el discurso de Milei es peligroso. Cree que de hacerse realidad, puede llevar a “paros, golpes y enfrentamientos”.

Al pie de un cerro, en la entrada del pueblo, ocho jóvenes juegan al vóley en una cancha de tierra con las líneas perfectamente marcadas a la vera de la ruta 40. Ellos no están preocupados. Los ocho dicen haber votado a Milei. Imposible saber cuántos lo votaron de verdad y cuántos se suben hoy a la ola del ganador en este pueblo que se convirtió en la más recóndita capital del mileísmo

La Nación