Futuro abierto en Catamarca

  • 22 de diciembre, 2017
El Esquiú
El avance del proyecto Fénix y la inversión multimillonaria que se realizará para encaminar nuevamente el perfil minero de Catamarca por parte de una empresa de capitales privados es a todas luces una de las noticias más auspiciosas del año y seguramente deberá ser colocada en los anales de la provincia como un momento decisivo en la ratificación de la política minera del Estado catamarqueño.
Los diputados locales apenas si presentaron objeciones -desde el oficialismo se descontaba y desde la oposición no dejó de tener algún tinte sorpresivo- para que el contrato tenga luz verde y se inicie el proceso total en la zona de Antofagasta de la Sierra. Tierra yerma comparada con las del Valle Central, ahora aloja una de las grandes esperanzas de Catamarca para su futuro productivo a nivel industrial y minero. Un buen dato para medir la madurez de la dirigencia y los gobernantes locales es la clara superación de aquella fórmula que, en el primer megaemprendimiento minero de la provincia, fue la base de la división de ganancias para cada uno de los actores que llegaron al acuerdo de Alumbrera. En aquel momento se decidió usar la fórmula de boca de mina para estipular la parte de rédito que quedaría en Catamarca; esa idea en este caso se suplantó y Catamarca tendrá acceso a las ganancias ya no por esa vía sino por las exportaciones que genere la empresa. Pilar mucho más firme y sencillo de fiscalizar que la otra fórmula. Evidentemente, para poner las cosas en la balanza, este proyecto tampoco tiene la escala de aquel primero de Andalgalá y Belén. Su objetivo, por cierto, también es otro, como lo es también su perspectiva. El litio es uno de los combustibles del futuro, esa circunstancia no debería ser dejada de lado al entender la magnitud del acuerdo alcanzado, y de los múltiples proyectos que prosperan en su etapa de exploración en distintas zonas del Norte y el Oeste de la provincia. De todos es el anhelo que este proyecto llegue a buen puerto, que quede exento de polémicas y que signifique, como se reseñó previamente, uno de los puntales del desarrollo integral y sustentable de Catamarca.

El Esquiú