Catamarca/La columna de El Secretario: analiza la situación de YMAD; "Oídos sordos..."
- 25 de enero, 2024
Afirma que "resulta inadmisible desde el punto de vista jurídico, se pretenda modificar, por decisión unilateral, una ley convenio".
YMAD es un Ente Interestadual, que nace de un pacto (Acta de Farallón Negro) donde las partes - Provincia de Catamarca, Universidad Nacional de Tucumán y Nación - convienen su creación. La ley N° 14.771, Orgánica de YMAD, no es una ley común. Es una ley convenio, sancionada sobre la base de ese contrato previo (Acta de Farallón Negro), que es ley para éstas, por lo que para modificar sus estipulaciones o dejarlas sin efecto, es indispensable la intervención, de común acuerdo, de las tres partes intervinientes. Por ello, la Ley Nº 14.771 no tiene origen en el Poder Ejecutivo Na-cional ni en el Congreso de la Nación, sino en el propio preacuerdo de todas las partes, teniendo como consecuencia la sanción de dicha ley. Resulta inadmisible desde el punto de vista jurídico, se pretenda modificar, por decisión unilateral, una ley convenio.
Lo señalaron y ratificaron hasta el cansancio autoridades mineras, legisladores, y cuanta persona conozca el origen y naturaleza de la empresa. Incluso se envió una carta al presidente Javier Milei firmada nada menos que por el gobernador catamarqueño Raúl Jalil y el rector de la casa de altos estudios de la vecina provincia, Sergio Pagani, para recordarle al jefe de Estado quiénes son los propietarios de YMAD.
A decir verdad, nadie se escandalizó: la situación parecía tan clara que la inclusión de YMAD en la nómina de empresas privatizables no se atribuyó más que a un malentendido, quizás a una confusión, a un gesto de desconocimiento. En cualquier caso, el yerro parecía fácil de subsanar: sólo era necesario tachar o borrar a YMAD de la lista. Como los errores abundaban, en efecto el Gobierno nacional hizo rectificaciones y correcciones, y envió por segunda vez la nómina de empresas contempladas para la fiebre privatizadora. Lista revisada y corregida. Pero YMAD sigue allí, y el tono ya pasa de castaño oscuro.
El Esquiú.com