Minería: que la necesidad de cambio no nos haga ser injustos, por Edu Gajardo

  • 14 de marzo, 2024
Comenzó el proceso para instalar un nuevo Código de Procedimientos Mineros en Mendoza. Si no pasa algo extraño, tendrá el aval legislativo.

Se inició en la Legislatura el debate para la aprobación de un nuevo Código de Procedimientos Mineros en Mendoza, una discusión que -a priori- no debería tener mayores problemas para su aprobación. La exposición de la ministra de Ambiente y Energía, Jimena Latorre, y del futuro director de Minería (porque su nombramiento depende del proyecto), Jerónimo Shantal, fue sólida y no encontró mayores reparos.

La aprobación del proyecto implica, entre muchos otros cambios, la eliminación del Consejo de Minería, decisión que es parte del debate que se dará en las comisiones y el recinto. Pero más allá de lo que suceda, en el proceso hay un grado de injusticia, tanto con quienes son y fueron parte de un organismo en un período muy difícil para Dirección de Minería, el cual se extiendió por 17 años.

Se le señala como lento u obsoleto, destacando -por ejemplo- la cantidad de expedientes que están parados o trámites pendientes. Quizás no se pueden discutir esos datos, pero también es justo poner en contexto la situación.

Desde el año 2007, cuando se aprobó la Ley 7.722 la Dirección de Minería fue directamente olvidada. Por momentos no había personal, los pasillos parecían de un cuento de fantasmas y en ocasiones no tuvo presupuesto ni siquiera para nafta o wifi.

Entonces, un organismo -como el Consejo- que funcionaba dentro de un ala del Estado olvidada y escondida por más de 15 años, no podía escapar a la realidad del sector en una provincia donde la minería era mala palabra. Era mala palabra hasta que el agua nos comenzó a llegar al cuello y estamos tratando de agarrarnos de dónde podemos.

Es injusta la crítica porque el Consejo tiene y tuvo en su conformación profesionales muy destacados, especialmente geólogos, muchos de los cuales en algún momento tuvieron que irse de Mendoza para trabajar y desarrollarse como profesionales. Lo mismo para los productores mineros que esperaron muchos años por la decisión política que hoy se está tomando y que, claramente, no aceptaron un lugar en el Consejo de Minería por una remuneración (puede resultar increíble comparada con la de los legisladores, por ejemplo).

La Dirección de Minería sobrevivió todos estos años a pulmón, y como parte de ella, el Consejo también lo hizo como pudo. Es más, muy en silencio, porque no me quedan dudas que muchas personas, e incluso legisladores, recién se enteran que la autoridad minera era ejercida por un consejo y no una sola personas. Quienes fueron parte del cuerpo en algún momento, hoy entienden que se trata de una decisión política y no toman como algo personal la crítica que se dio en medio de la discusión por el nuevo proyecto.

Sin embargo, desde este rincón, creo que es importante valorar que por allí pasaron profesionales que aportaron mucho, que enseñaron y que siguen enseñando, y que también caminaron las montañas a la espera de un desarrollo minero que se demora y que -hasta ahora- sigue esperando por arrancar.

Ahora la realidad de la Dirección es otra, es un presente positivo. Se le da vida y se le reforma a partir de una decisión política respaldada por la máxima autoridad provincial. Para quienes creemos en el desarrollo minero como herramienta de desarrollo no puede ser una mala noticia. Seguramente puede haber diferencias respecto a una u otra medida, pero también se debe respetar que el que ganó una elección ponga sobre la mesa su proyecto de desarrollo. Eso, porque es también quien pone en riesgo ese capital, ese capital propio de los que se dedican a la actividad política.

Ahora arranca un período largo en el que el trabajo legislativo estará marcado por la actividad minera y, por lo tanto, vale la pena hacer una pausa también para destacar a muchas personas que de manera silenciosa estuvieron sosteniendo la minería en el Estado en un momento difícil, hasta que desde la conducción política hizo su parte para cambiar la historia productiva de Mendoza

Memo