Rioja minera. por Matías Meragelman
- 18 de marzo, 2024
La Provincia cuenta con seis proyectos mineros ya trabajando. ¿Dónde se desarrollan y qué minerales buscan?
El cambio de estrategia del Gobierno con el tema minero y porque por ahora los proveedores importan más que las regalías. ¿Qué pidieron empresarios del sector en la Feria de Canadá?
En el comienzo de la pandemia, algunas de las máximas autoridades de la provincia tuvieron un diálogo telefónico con quien era la secretaria de Minería durante la primera parte de la gestión del ex presidente Alberto Fernández.
La conversación fue más o menos en estos términos: “En Chile, en San Juan y en Catamarca hay cobre, geológicamente es obvio pensar que en La Rioja existen por lo menos las mismas condiciones para el desarrollo minero. Y ni hablar del Litio. Tienen una oportunidad económica que los podría independizar de los recursos nacionales”.
Esa charla dio origen a un proceso que tuvo de parte del Gobierno provincial en una primera instancia un convencimiento de apostar a la minería y como consecuencia de esa decisión, las siguientes definiciones taxativas del poder político riojano sobre lo que se vino en los años posteriores: minería sí, en Chilecito y en Famatina no, con una significativa participación del Estado riojano en las empresas que exploten el producto, buscando desarrollarlo de manera sustentable y con una fuerte participación del sector privado riojano a través de los proveedores de servicios.
Luego, a mediados del 2022 la empresa estatal “Parque Eólico Arauco” creó su subsidiaria Kallpa.
El boletín oficial de aquel momento decía: “Se encargará del diseño, la construcción, la puesta en marcha, la operación, el desarrollo y el mantenimiento de parques de generadores de energía renovables, emprendimientos de minería, extracción de litio, cobre, y todo otro elemento que sea susceptible de explotación, actividades de estudios, asesoramientos, consultorías, reconocimientos, prospección, exploración y explotación de recursos minerales energéticos sólidos, líquidos o gaseosos incluyendo la industrialización de estos productos y sus derivados directos e indirectos”.
El objetivo era claro, el Gobierno complementaba con este emprendimiento a la histórica empresa estatal EMSE (Energía y Minerales Sociedad del Estado) y se aprestaba para desarrollar la minería en la Provincia.
Finalmente, hace unas semanas algunos de los principales funcionarios del Gobierno provincial participaron de “Prospectors & Developers Association of Canada (PDAC)”, la principal convención mundial de exploración y minería que se realizó en Toronto, Canadá.
De ese encuentro se volvieron con algunas certezas. Las empresas mineras internacionales quieren seguridad jurídica garantizada en el tiempo, baja conflictividad social y que los Gobiernos entiendan que se trata de procesos que no tienen beneficios económicos en el corto plazo, sino en el mediano y en el largo plazo.
En ese contexto que se fue construyendo a lo largo de los últimos cuatro años, este verano el Gobierno provincial tuvo un cambio en su estrategia comunicacional sobre el tema.
Desde enero pasado viene informando (y hasta promocionando) cada uno de los pasos que da en relación con el tópico minero. Algo que fue abordado de manera totalmente diferente durante las gestiones de Ángel Maza, Luis Beder Herrera o el propio Sergio Casas, donde el tema minero era siempre planteado de manera sigilosa, como evitando hacerlo público.
Ahora no. Es la propia gestión de Ricardo Quintela la que está diciendo públicamente que está apostando a la minería como la principal alternativa de desarrollo provincial de los próximos años. “Nuestra única opción a futuro es la minería”, dijo explícitamente esta semana uno de los funcionarios más importantes del Gobierno.
Inclusive, la Secretaría de Minería dejó de depender del Ministerio de Producción, ahora se encuentra directamente bajo la órbita del propio gobernador Ricardo Quintela.
En estos momentos existen seis proyectos en etapa de exploración en la Provincia y están instalados en el Oeste provincial, en la zona del Valle del Bermejo y en los tres departamentos que componen esa región.
Más allá de las razones geológicas que se comentaron en el comienzo de este comentario periodístico, no es casual que se encuentren instalados allí los emprendimientos, porque la cercanía con los proyectos sanjuaninos (especialmente Josemaría), está provocando que aproximadamente 150 riojanos ya estén trabajando del otro lado de la frontera provincial y que en poblaciones como Guandacol el impacto económico de la minería sea una realidad visible que funciona como un aliciente para su instalación en esa región riojana.
Los proyectos instalados en nuestra provincia están buscando cobre y litio, que por el momento son los dos minerales con los cuales La Rioja ingresará al mundo megaminero, buscando ser una nueva opción de inversión para las grandes empresas internacionales como ya lo son Catamarca, San Juan, Jujuy y Salta en la zona.
Aunque en minería siempre se habla de proyectos de largo plazo para comenzar a generar recursos, en el Gobierno se ilusionan con un impacto más cercano en el tiempo de la mano de los proveedores privados de las empresas mineras.
“Hoy en Catamarca o San Juan el gran negocio está en los proveedores, que son locales y que generan mano de obra con muy buenos salarios que dinamizan el mercado interno. La comida, el transporte, las obras viales, la seguridad y hasta la limpieza de los predios la tienen que hacer empresas riojanas. Las regalías llegarán en otro momento, ahora tendríamos recursos para el sector privado y podríamos aumentar la recaudación propia de Ingresos Brutos, que es nuestro principal impuesto local”, se ilusionan en la “Casa de las Tejas” cuando hablan del tema.
En este marco, hay un dato que llama la atención: el silencio de la oposición y de los sectores ambientalistas.
El tema viene generando poca conflictividad. A diferencia de otros momentos de las últimas décadas, ni la oposición ni los sectores ambientalistas han reaccionado vehementemente, solamente se conoció la presentación de un pedido de informes en la Secretaría de Minería en relación con los proyectos que se están instalando.
¿Es la minería la única alternativa que le queda a La Rioja? ¿El Estado está en condiciones de controlar la acción de las empresas? ¿La crisis económica y la inflación juegan a favor de instalar en este momento el tema? ¿En el Oeste existe la licencia social que en Famatina no?
La minería volvió a meterse en nuestra agenda política y mediática. Sin embargo, el contexto parece otro.
Cada vez hay más dirigentes convencidos que el futuro de la Provincia es minero y hasta lo dicen públicamente (algo impensado un par de años atrás), en el medio la crisis de representación y las dudas sobre el rol del Estado al momento de controlar esta industria no desaparecieron.
La llegada del libertario Javier Milei con el 56% de los votos y con un discurso en contra de las regulaciones estatales a la economía, plantea un escenario diferente al de los años anteriores. Sumado a una crisis económica muy profunda y con una caída del consumo que solamente se podría comparar a lo vivido en los primeros meses posteriores a diciembre de 2001.
Es una Rioja minera, pero en versión 2024.
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