Catamarca: El Editorial de "El Secretario" presenta un "nuevo escenario" en YMAD como un retroceso para la empresa

  • 10 de abril, 2024
Cumplido el mandato de cuatro años de Fernando Jalil, el Presidente de la Nación, Javier Milei, decidió designar a un nuevo presidente en la empresa tripartita YMAD

La responsabilidad de conducir la firma mixta, conformada en 1958 con la participación de la Provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán y Nación, es ahora de Juan Pablo Limodio, un académico porteño, abogado y profesor universitario, que cuenta con un estudio jurídico y muestra en su currículum un paso por la función pública en la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en áreas como Medio Ambiente, Ciudad Inteligente, Políticas de Infraestructura y Gestión Vecinal.

Con los mejores augurios y el deseo de que Limodio desarrolle una excelente gestión, como catamarqueños no podemos dejar de percibir este cambio como un verdadero retroceso, que impide recibir la noticia con entusiasmo. El sentimiento no pasa por cuestiones personales o un cambio de nombres totalmente legal y resuelto en los tiempos previstos, sino por la presencia que indudablemente pierde Catamarca en una empresa emblemática para la Provincia y la región.

YMAD es de Catamarca. Los otros dos participantes en la sociedad llegaron por cuestiones específicas, pero el yacimiento está aquí, la riqueza está aquí y, si bien se conservan los espacios en el directorio, la conducción de la empresa debería ser siempre catamarqueña por una cuestión lógica y natural. Fernando Jalil fue el primer presidente catamarqueño que tuvo YMAD en un cuarto de siglo y le imprimió una impronta significativa a su labor. Trasladó la sede de YMAD a estas tierras y priorizó el empleo de mano de obra local, señales que nunca se hubieran visto con un conductor foráneo. La empresa generó importantes utilidades, aseguró productividad a futuro y se consolidó en varios aspectos. Es de esperar que esa línea de trabajo se mantenga, pero que la presidencia no permanezca en manos de un comprovinciano es en sí mismo un sinsabor para los catamarqueños.

El Esquiú.com