Las siete razones por las que hay que invertir en oro en este 2018

  • 9 de enero, 2018
Oroinformacion.com
El precio del oro ha subido un 12% en 2017 y ha cerrado el año subiendo, hasta superar de nuevo la barrera de los 1.300 dólares la onza. Las previsiones de diversas entidades financieras y consultoras dan por hecho que la tendencia va a continuar en 2018, que será un buen año para los inversores en oro.
Por José Ángel Pedraza Sumándose a esta tendencia, el experto en metales preciosos Jeff Reeves ha publicado en Market Watch las que, a su juicio son las siete razones que pueden convencer a los inversores para depositar su confianza en el oro en este 2018.
  1. El oro ha alcanzado un nuevo suelo
Según Reeves, hace mucho tiempo que el oro no pinta tan bien: ha alcanzado los 1.350 dólares la onza en varias ocasiones durante los últimos años y se ha mostrado bastante estable, entre 1.200 y 1.250 dólares, cuando ha bajado de esos máximos, en el pasado mes de septiembre. En su opinión, faltaría romper la resistencia hacia arriba, pero el hecho de que los mínimos hayan subido hasta los 1.200-1.250 ya es, de por sí, una buena noticia. "Y con los recientes movimientos por encima de los 1.300 dólares, hay muchas posibilidades de que ese nivel siga subiendo", señala Reeves.
  1. Buen momento a corto plazo
El precio del oro ha subido alrededor del 6% en los últimos seis meses, una revalorización inferior a la del índice S&P 500 (que mide la capitalización bursátil de las 500 empresas más importantes de EEUU) en el mismo periodo, que fue del 11%, pero aun así destacable. Y desde la caída que sufrió en el mes de diciembre, el precio ha subido más de un 5% en apenas unas semanas, mientras que el S&P casi no se ha movido.
  1. Rotación de activos
Los inversores en bolsa se muestran muy optimistas por la excelente racha que han atravesado en 2017, pero es habitual que los traders ya estén buscando nuevos destinos para la inversión, ahora que los mercados ya han descontado la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos y que la fiebre de las acciones está pasada de moda. Los inversores cortoplacistas siempre están buscando nuevos objetivos, una vez que han alcanzado los anteriores, y el nuevo año parece el momento ideal para abandonar los mercados de capitales e invertir en otros activos, como el oro.
  1. Fuerte demanda global
El aumento de la demanda global de oro va a suponer un importante impulso para el oro en 2018. En la India, segundo mayor consumidor mundial de oro, las importaciones de este metal crecieron un 67% durante 2017, un dato que invita al optimismo. Respecto a China, el mayor productor y consumidor mundial de oro, la demanda de lingotes creció un 40% en noviembre respecto al año anterior, lo que denota el buen momento.
  1. Debilidad de la producción
La producción mundial de oro se ha estancado en 2017 y diversos informes apuntan a que ésta podría haber llegado ya a su máximo histórico, y que a partir de ahora no hará más que descender. Según ANZ, la producción de oro se encuentra en su punto más bajo desde el comienzo de la crisis financiera y los riesgos van a seguir incrementándose. Entre los principales factores de este estancamiento están los económicos, con la falta de liquidez acechando a diversas compañías mineras, como Freeport McMoRan, que se ha visto obligada a cerrar varias explotaciones que no eran económicamente rentables, debido a las nuevas políticas regulatorias de países como Indonesia o Sudáfrica. Todo ello provoca que el conjunto de las compañías mineras extraiga cada vez menos oro, lo que debería beneficiar a los inversores en oro a lo largo de 2018.
  1. Devaluación del dólar
Existe una relación inversa entre la fortaleza de los precios de las commodities y la divisa estadounidense, ya que el precio de las materias primas se establece precisamente en dólares. Y el dólar está protagonizando una tendencia a la baja. De hecho, el índice dólar (DXY), que compara la divisa estadounidense con el euro, la libra esterlina, el franco suizo, la corona sueca, el dólar canadiense y el yen japonés, se encuentra en su nivel mínimo de los últimos tres meses después de haber caído casi un 10% durante 2017. Una tendencia que va a contribuir a impulsar el precio del oro.
  1. Las criptomonedas no son competencia
La apreciación de las criptomonedas durante 2017 no ha sido ha costa del oro: durante el pasado año, el precio del oro se ha incrementado en dobles dígitos, coincidiendo con la extraordinaria subida del bitcoin, lo que indica que no es previsible que los inversores en oro se vayan a dejar llevar por estos activos de moda.

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