Cuburu, nuevamente echado de la función Pública: Por errores de cálculo no encajó en el COFEMIN y la SECMIN

  • 11 de noviembre, 2024
Carlos Cuburu otra vez fue despedido de la función pública, como también sucedió en el año 2017 y repitió ahora. Antes duró dos años, ahora solo seis meses.

¿Un incomprendido? ¿O sólo subestimó la política interna sectorial, tal como sucedió en otras oportunidades?. En esta ocasión, fue rechazado para ocupar el cargo de Secretario Ejecutivo del Consejo Federal de Minería y ese revés le significó “la picada de boleto” para terminar su viaje en la estructura del gobierno de Javier Milei.

Los observadores y animadores del segmento oficial de gobierno, tanto de las provincias como de nación, entienden que Carlos Cuburu nunca encajó en los lineamientos que habría delineado cuando lo convocara en el mes de abril, de este año, el intrascendente secretario de Minería de la Nación, Luis Lucero. Aunque en rigor de la verdad, todo el público desconoce, dejando el interrogante ¿lo sabrá Lucero?

Desde el minuto “cero” de su paso por la Subsecretaria de Política Minera, Cuburu la pifió con sus modos y acciones. Nadie olvida que a pocas horas de ingresar en funciones se le acredita haber llamado a un empresario minero para ofrecer su nuevo estatus y supuestos contactos para poner en marcha un proyecto minero. Justo, en una empresa, donde su actual CEO tuvo la “no grata” experiencia de haber sido su jefe en un emprendimiento minero de la provincia de Santa Cruz. En su “primer acto” de gestión, sufrió la primera decepción y probó que, un sello de goma, es simplemente eso, un sello. La cuestión no escaló a mayores por que la empresa estaba en plena aprobación de su licencia social y conformidad del Informe de Impacto Ambiental. Desde la provincia, pese al trago amargo, se medió para bajar los decibeles y no darlo de baja de la función, cosa que hubiera sido saludable para la gestión de Lucero. No fue así.

Muchos integrantes del sector le reconocen a Cuburu sus conocimientos reales y específicos de la actividad minera por la profesión que ejerce. Es sin duda, un experimentado geólogo que lleva una amplia mochila cargada de una vasta trayectoria por sus labores desarrolladas en tareas de campo. No obstante, en su paso por la función pública no logró hacer pié, para algunas no se supo adaptar ni darse la posibilidad de asimilar la función. Esto hasta se lo han señalado amigos y colaboradores directos. Pese a ello hizo oídos sordos. En su rol desarrollado dentro del SEGEMAR durante la gestión del presidente Macri. Uno de los recuerdos más fatídicos que se le reprochan desde ese tiempo hasta el presente, es su responsabilidad en la desaparición física del Museo Minero que durante décadas funcionó en la planta baja del edificio de Av. Roca 651. Sí, no está más. Los memoriosos recuerdan este lamentable hecho cargado de imprevisibilidad e impericia. La poca memoria que existía del sector fue borrada del mapa. Lo único que se podría rescatar de los 13 años de Jorge Mayoral, como funcionario, Cuburu y algunos “ilustres” asesores que tenía, contribuyeron a borrar del mapa lo poco que existía en la Ciudad de Buenos Aires para mostrar de la actividad.

Volviendo al presente, el ahora ex subsecretario de Política Minera y ex Secretario Ejecutivo del SEGEMAR, perdió una elección insólita de 17 votos contra 5, en su peripecia de querer ser, además de subsecretario, el Secretario Ejecutivo de este órgano federal que nuclea a todas las provincias y al gobierno nacional. Nadie arriesgo ante este hecho ninguna lógica de lo que intentó hacer. Perdió por escándalo. Solo lo habrían apoyado los representantes de Chubut, Entre Ríos, Santa Cruz y Mendoza, se desconoce del quinto que lo acompañó. Sin duda, este acontecimiento resultó algo inédito en la historia del COFEMIN. Este resultado sepultó sus pretensiones personales, de querer ingresar a un cargo menor. Cabe resaltar que no se conoce si contaba con algún apoyo de peso que lo avalara. Es más, en un audio que se viralizó, una autoridad minera provincial, descalificaba la intención del ex funcionario y explicaba que ya se le había advertido que era “una locura” postularse dado que el cuerpo, en negociaciones previas, había aceptado adherir a la postulación de Juan Pablo Espíndola, otro ex funcionario de Minería que supo ocupar un puesto relevante en la provincia de Río Negro y de escasos pergaminos en su haber. Sin duda, pese al 17 a 5, haber perdido la votación con su comprovinciano, significó un segundo golpe certero.

Cerrado el escrutinio del COFEMIN y a su regreso de la reunión concretada en la provincia de Córdoba, Lucero le solicitó la renuncia. Fin para el recorrido sin pena y sin gloria de Carlos Cuburu por la función pública.

Pero dicen desde la SECMIN que tenía los días contados. El rumor del despido se consolidó en redes el pasado 29 de agosto, justo un día antes de la audiencia pública por el proyecto Calcatreu. Se concretó dos meses después. Ahora se deberá esperar cual será el destino de los amigos que trajo a trabajar, tal los casos de los geólogos Julio Bruna Novillo y Julio Ríos Gómez. Al cierre de esta edición, no hubo noticias al respecto, pero desde el ente de investigación, se especulaba que el actual presidente y el principal asesor, tendrían los días contados. Pero fueron simples rumores y anhelos de los pocos amigos que este trío sembró en el SEGEMAR y que vienen desde el año 2016.

Pero a favor de Cuburu hay que afirmar que nadie puede tener en claro sus funciones si la cabeza (en este caso Lucero) todavía no sabe para qué está en la función pública. El secretario es un “dinosarurio” de la actividad y Cuburu un actor presente y activo del día a día sectrorial, Quizás ahí, radiquen las diferencias.

Prensa GeoMinera