La lluvia de despidos en Olavarría pone en jaque el modelo económico libertario
- 16 de abril, 2025
Más de 800 despidos, cierre de fábricas y ajuste: Olavarría vive una crisis feroz. Los trabajadores exigen soluciones mientras el gobierno se borra.
Pamela Orellana
La ciudad de Olavarría, históricamente vinculada a la minería y la construcción, vive por estas horas un drama social y económico sin precedentes en los últimos veinte años. Con más de 800 despidos acumulados en lo que va del 2024, la paralización de la obra pública y la apertura indiscriminada de importaciones, pilares del programa económico del presidente Javier Milei, están devastando el entramado industrial local y dejando a cientos de familias sin sustento.
Cierre de FABI: el golpe más reciente
El pasado 8 de abril, los trabajadores de FABI, la histórica fábrica de bolsas industriales ubicada en Colonia Hinojo, a 15 kilómetros de Olavarría, fueron notificados de su cierre de manera intempestiva. “A las 9 y media de la mañana nos dijeron que FABI no existía más”, relató Sergio Urrutia, delegado del Sindicato Obrero de la Industria del Papel y el Cartón. Cerca de 150 personas, entre operarios de planta y tercerizados, se quedaron sin trabajo en un pueblo que apenas supera los tres mil habitantes.
El cierre fue dispuesto por CMPC Biopackaging, la firma chilena propietaria de FABI, que decidió desmantelar la planta y, según trascendidos, trasladar la producción a Perú. La empresa ofreció la indemnización legal más un 15% adicional, además de prometer asesoramiento para la reinserción laboral. Pero los trabajadores, muchos con más de dos décadas en la empresa, quedaron a la deriva en un contexto laboral completamente adverso.
“Comprendimos que somos un numerito y que no hay humanidad”, sintetizó Urrutia, que lleva 29 años en la planta. La desolación es palpable: “Lamentablemente el panorama es muy sombrío porque no hay trabajo. Las industrias no toman más gente y otras siguen despidiendo”, afirmó el delegado sindical.
Cerro Negro y la industria ceramista en crisis
A esta situación se suman los 96 despidos en la ceramista Cerro Negro, ocurridos tras la aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso. Sin previo aviso ni negociación, los telegramas llegaron de un día para otro. La planta, parte del holding Sociedad Comercial del Plata, también cesó una de sus líneas de producción.
Desde el Sindicato Obrero Ceramista de Olavarría (SOECO), su titular Gustavo Bustamante advirtió: “Esperábamos la lluvia de inversiones y está llegando la lluvia de despidos. No es lo que la gente votó. Votaron un cambio, no quedarse sin trabajo”.
Gremios y trabajadores marchan por respuestas
Este lunes, trabajadores afectados por los despidos en FABI y Cerro Negro se movilizaron hasta las oficinas locales de ANSES para entregar un petitorio. Allí se cruzaron con Celeste Arouxet, referente de La Libertad Avanza y funcionaria designada por el gobierno libertario.
“En los locales de LLA no había nadie, así que vinimos acá. Queremos que nos digan dónde están las fábricas que abren, porque lo único que vemos son despidos”, plantearon los trabajadores frente a Arouxet, quien se comprometió a elevar la nota a instancias nacionales pero se desentendió de las políticas nacionales: “Espero que esta nota se presente al Concejo Deliberante. No quiero politizar el tema”, sostuvo.
Desde el gremio minero AOMA, su secretario general Alejandro Santillán fue tajante: “Me dio la sensación de que dudan de la cantidad de gente que se ha quedado sin trabajo. Hay despidos encubiertos, y todo apunta a que esto empeore. Les recordé que son gobierno y que se pongan a trabajar con los dueños de la lapicera”.
La parálisis de la obra pública y el derrumbe de la construcción privada —ejes centrales del ajuste libertario— golpean con dureza en Olavarría, sede de gigantes como Loma Negra, Cemento Avellaneda y decenas de canteras. Según datos oficiales, el despacho de cemento cayó más de un 30% en lo que va del año en la ciudad.
La ola de cesantías no se limita a FABI y Cerro Negro. En Cerámica Fanelli, otra histórica fábrica con sede en La Plata, se produjeron más de 30 despidos. La Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (FOCRA) advirtió que la situación es crítica a nivel nacional y exige la intervención urgente del Estado.
¿Hacia dónde va Olavarría?
Mientras crecen los reclamos, el gobierno nacional mantiene el silencio. Los sindicatos apuntan directamente al desfinanciamiento del aparato productivo, la apertura de importaciones y la falta de planificación como responsables del colapso laboral. “Queremos discutir un plan estratégico, pero no aceptar los despidos como si fueran inevitables”, expresaron desde SOECO.
Desde el arco político, César Valicenti, dirigente de La Cámpora oriundo de Hinojo, expresó: “La mayoría eligió un modelo económico que prescinde del entramado industrial, del trabajo y del consumo que reactive el circuito económico. Es causalidad”.
La situación en Olavarría ya excede los números. Se trata de cientos de historias truncadas, familias devastadas y una comunidad que, lejos de ver señales de recuperación, se hunde cada día más en la incertidumbre. Mientras desde el gobierno se insiste en hablar de “sinceramiento económico”, en el interior profundo los trabajadores sienten que los han dejado solos frente a un ajuste que no da tregua
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