El agua detrás del litio: ¿cuánta se consume y cuál es la magnitud?

  • 5 de mayo, 2025
Dos proyectos en producción en Argentina consumen volúmenes de agua muy distintos debido al tipo de tecnología de extracción utilizada

Dos proyectos en producción en Argentina consumen volúmenes de agua muy distintos debido al tipo de tecnología de extracción utilizada, pero ¿qué significa esto para las comunidades locales y el ambiente?

Por Walter Díaz Paz

La creciente demanda de litio, impulsada por su uso en baterías para autos eléctricos y dispositivos electrónicos, ha puesto en el centro del debate su impacto ambiental, especialmente en regiones áridas como la Puna argentina.

Un reciente estudio analizó el consumo de agua dulce y salmuera en dos proyectos de extracción de litio que operan con tecnologías diferentes: Olaroz, en Jujuy, con la tecnología evaporítica convencional y Fénix, en Catamarca, que combina el método evaporítico convencional con uno más moderno, la extracción directa de litio. Los resultados revelan datos clave sobre cuánta agua se utiliza en torno a los procesos de extracción utilizados en ambos proyectos y qué implicancias tiene para las comunidades y los ecosistemas locales.

¿Cuánto líquido se usa para extraer litio?

Para abordar esta pregunta, en el estudio se utilizaron dos indicadores. El primero es el indicador de huella hídrica, que mide el volumen de agua dulce utilizado en el proceso productivo del carbonato de litio (LiCO). El segundo es el consumo de salmuera, que representa el volumen de salmuera extraída del salar e incorporada al ciclo productivo. La estimación de estos indicadores se realizó utilizando como fuente principal de datos los Informes de Impacto Ambiental presentados por las empresas ante las autoridades provinciales de competencia minera. Estos documentos son públicos y permiten acceder a los datos que las mismas empresas informan a las autoridades de manera oficial. Se encontró que, por cada tonelada de LiCO producida, Fénix consume 135,5 m³ de agua, mientras que Olaroz usa 51,0 m³. Es decir, la huella hídrica por tonelada de carbonato de litio es 2,7 veces mayor en Fénix que en Olaroz. Sin embargo, al analizar el consumo de salmuera, la situación se invierte: Olaroz extrae más salmuera que Fénix, lo que destaca la importancia de evaluar no solo el agua dulce utilizada, sino también los efectos sobre los acuíferos salinos.

¿Por qué es importante estudiar el consumo de agua en la extracción del litio?

La estimación del volumen de agua consumida en el proceso productivo adquiere mayor importancia cuando se contextualiza en relación con la disponibilidad del recurso hídrico en la región y los diversos usos que este puede tener. Es fundamental destacar que el agua dulce utilizada en ambos proyectos es extraída de la cuenca hidrográfica y, por lo tanto, deja de estar disponible para otros posibles usos locales.

Si bien podría pensarse que, a través del ciclo hidrológico, esta agua regresará en forma de precipitación y se recargará en cuerpos de agua superficiales y subterráneos, las condiciones climáticas actuales de la Puna hacen que esta reposición sea mínima. En una escala temporal de corto a mediano plazo, la extracción de agua dulce en estos proyectos representa una pérdida efectiva del recurso, lo que podría restringir o incluso excluir otros usos locales en el futuro.

Es importante mencionar que, en la Puna, la disponibilidad de agua está determinada por un complejo sistema de humedales (lagunas, vegas, bofedales, ríos y ojos de agua) interconectados con reservas subterráneas de agua dulce y salada. Estas reservas se formaron a lo largo de procesos de acumulación que responden a condiciones climáticas del pasado geológico, en escalas de tiempo que superan la vida humana. En este contexto, la extracción de litio en los salares se convierte en un factor de competencia por el uso del agua, lo que plantea desafíos para la gestión sostenible del recurso.

Los valores de huella hídrica

Para dar precisiones sobre este aspecto, en el estudio se relaciona el valor de huella hídrica de cada proyecto con la disponibilidad de agua dulce y con el consumo de agua poblacional local. La relación entre los valores de huella hídrica y la disponibilidad de agua dulce permitió determinar que, si bien Fénix tiene una huella hídrica mayor, su impacto relativo es moderado porque opera en una región con mayor disponibilidad de agua dulce. Mientras que Olaroz, con un valor de huella hídrica menor tiene un impacto relativo mayor ya que la disponibilidad local de agua dulce es menor en comparación con Fénix. Si bien los resultados de este estudio no son concluyentes, aportan datos que resaltan la necesidad de profundizar en investigaciones hidrogeológicas. Para ello, contar con información técnica confiable sobre las variables ambientales es fundamental.

El análisis comparativo entre la huella hídrica de los proyectos y el consumo de agua de la población local en los distritos municipales definidos como áreas de influencia directa permitió determinar que el consumo de agua dulce en Olaroz equivale al consumo de 32.238 habitantes de Susques, mientras que en Fénix es equivalente al consumo de 141.047 habitantes de Antofagasta de la Sierra.

El consumo de agua dulce en el proyecto Olaroz equivale al consumo de 32.238 habitantes de Susques, mientras que en Fénix es equivalente al consumo de 141.047 habitantes de Antofagasta de la Sierra.

Este tipo de análisis comparativos, que contextualizan el consumo de agua en la extracción de litio a nivel local, deberían formar parte de los Informes de Impacto Ambiental. Sin embargo, en los dos casos analizados, estos documentos no incluyen un estudio detallado al respecto, limitándose a proporcionar datos cuantitativos sin una interpretación más profunda y contextualizada de sus implicancias.

¿Qué implican estos resultados?

Los hallazgos destacan que el impacto de la extracción de litio en los recursos hídricos y en los territorios no es uniforme, sino que depende del contexto geográfico y la tecnología utilizada en la extracción. En este punto es interesante destacar que las narrativas que presentan a la extracción directa de litio como una alternativa indiscutiblemente más eficiente desde el punto de vista técnico y ambiental son sesgadas debido a que no aclaran que esta tecnología implica necesariamente un consumo más intensivo del agua dulce. De acuerdo con los resultados de este estudio, la eficiencia ambiental de la extracción directa dependerá de que el consumo de agua dulce no comprometa la disponibilidad local del recurso, lo que no es una propiedad intrínseca de la tecnología, sino una característica que depende de las condiciones geográficas específicas del territorio en el que se pretende implementar.

Este trabajo resalta también la importancia de mejorar la disponibilidad y calidad de los datos en los Informes de Impacto Ambiental, ya que las evaluaciones actuales presentan limitaciones en la información sobre el uso del agua. El litio es clave en la transición hacia energías más limpias, pero su extracción requiere un análisis detallado del consumo de agua y su impacto en las comunidades locales y el ambiente.

*El autor es ingeniero en Recursos Naturales y Medio Ambiente. Es Becario doctoral Inenco-UNSa-Conicet. Grupo de Estudios e Investigaciones Socio-Ambientales (Geisa).

Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar

Los Andes