Del Relato al Dato: 20 Años de Minería en Argentina, por Rafael Dhal
- 6 de mayo, 2025
En el mundo de los recursos naturales, y particularmente en la minería, es común encontrar grandes relatos: promesas de desarrollo, discursos de oportunidad y anuncios de futuro.

Sin embargo, con el paso del tiempo, no todos esos relatos se traducen en resultados.
Hay quienes construyen relatos, y quienes construyen realidades. Quienes desarrollan proyectos, generan datos y transforman ideas en acción no necesitan intermediarios: su obra, su trayectoria, sus emprendimientos y su visión hablan con el peso de los hechos. Por el contrario, los relatos sin sustento, tarde o temprano, revelan su fragilidad: fueron apenas un viento de esperanza o una idea potencial sin posibilidades reales de desarrollo. Muchas veces, se trató de propuestas diseñadas para satisfacer una necesidad puntual o beneficiar a un actor específico, sin estructura ni sostenibilidad para trascender.
A veinte años del resurgimiento de la minería moderna en Argentina, es momento de realizar una evaluación profunda. ¿Cuántos de aquellos anuncios se tradujeron en minas operativas, exportaciones sostenidas y desarrollo local? ¿Qué proyectos generaron empleo genuino, inversión productiva y transferencia tecnológica? ¿Y cuáles quedaron sólo en carpetas, renders o presentaciones?
La minería argentina necesita más datos y menos relatos. Proyectos auditables, con trazabilidad, licencias claras, resultados ambientales verificables y un impacto económico tangible. Menos storytelling y más ingeniería. Menos marketing de ocasión y más cadenas de valor con visión de país.
En definitiva, es hora de diferenciar al que comunica para construir, del que comunica para subsistir. Porque solo una minería sustentable, basada en hechos concretos, podrá sostenerse como política de Estado y motor de desarrollo para las próximas décadas.
La minería argentina desde 2015: tres motores, una promesa en disputa
Desde 2015, el sector minero argentino experimentó una reconfiguración profunda, marcada por avances discursivos, esfuerzos institucionales y desafíos estructurales no resueltos. En este recorrido, pueden identificarse tres actores clave que, con distintos niveles de coordinación y eficacia, impulsaron la agenda minera nacional:
• 1. El Estado (nacional y provincial)
• 2. El ecosistema de proveedores y sus cámaras
• 3. Las empresas mineras y sus entidades representativas
Conclusión Final: Del discurso a la construcción de una política minera real
A lo largo de los últimos veinte años, la minería argentina ha transitado una expansión discursiva considerable, acompañada por períodos de crecimiento en inversión y proyectos, pero también marcada por una falta de institucionalidad, consensos sociales frágiles y promesas incumplidas.
El principal cambio no ha sido estructural, sino narrativo. Mientras el discurso viró hacia conceptos como “sustentabilidad”, “minería verde”, “contenido local” y “valor agregado”, en la práctica la actividad continúa mayormente basada en un modelo extractivo-exportador clásico, con baja industrialización y escasa integración productiva local.
La brecha entre el relato y el dato sigue siendo profunda. Proyectos anunciados sin trazabilidad, mesas de trabajo sin decisiones vinculantes, discursos de desarrollo sin mecanismos de control ciudadano: todo ello refuerza la desconfianza social y limita el potencial transformador del sector.
Recomendaciones para una minería con futuro
1. Trazabilidad institucional de las promesas
2. Federalización con armonización normativa
3. Contenido local obligatorio y auditado
4. Transparencias en los beneficios económicos
5. Legitimidad social basada en hechos
6. Un observatorio federal de minería con participación ciudadana e instituciones federales transversales al sector minero
Solo una minería anclada en datos verificables y sostenida por políticas públicas coherentes podrá trascender el relato y convertirse en motor real de desarrollo federal, industrial y sostenible.
Rafael Dahl
Ex presidente de CASEMI. Empresario.
Prensa GeoMinera