Santa Cruz: Salud donde pocos llegan; cuando la minería también cuida
- 9 de septiembre, 2025
En 2024 la inversión de Newmont Cerro Negro superó los USD 17.700, alcanzando a más de 1.000 personas.

En la Patagonia profunda, donde los inviernos son duros y las distancias se miden en horas y kilómetros, el acceso a la salud es un desafío. Los hospitales deben hacer mucho con poco, y las urgencias no siempre dan tiempo para esperar. En ese contexto, la idea de que las empresas pueden ser aliadas estratégicas del sistema de salud deja de ser una consigna y empieza a tomar forma concreta.
La transformación que atraviesa la minería argentina también se expresa en este plano: el compromiso con el entorno no se limita al ambiente, también abarca el cuidado de las personas. Y cada vez más, lo hace desde una mirada integral. En localidades como Perito Moreno y Los Antiguos, por ejemplo, se fortaleció el sistema de salud pública con aportes puntuales pero significativos que marcaron la diferencia.
Uno de los casos que ilustra esta tendencia es el de Newmont Cerro Negro, que durante 2024 canalizó recursos para equipar hospitales, capacitar personal y resolver necesidades concretas. En total, la inversión superó los USD 17.700, alcanzando a más de 1.000 personas.
Entre las acciones destacadas figura la donación de un ecógrafo digital Doppler al hospital de Los Antiguos, una herramienta clave para mejorar la calidad diagnóstica en una zona sin especialistas en imágenes de alta complejidad. Además, se entregó un DEA (Desfibrilador Externo Automático) al hospital de Perito Moreno, se instaló un lavarropas industrial para optimizar la logística interna del centro de salud y se capacitó a 110 personas en primeros auxilios y uso de DEA, formando redes de atención comunitaria capaces de actuar incluso antes de que llegue una ambulancia.
“La salud no puede depender únicamente de los recursos públicos. En territorios como el nuestro, se construye entre todos, con responsabilidad y compromiso. Para nosotros, acompañar a los hospitales es una forma de cuidar la vida cotidiana de quienes nos rodean”, explica Sandro Sánchez, gerente de Desempeño Social y Comunidades de Newmont Cerro Negro.
Estas acciones no son aisladas ni episódicas: forman parte de una estrategia sostenida que se complementa con otras áreas como infraestructura, educación y ambiente. En esa lógica, la salud se vuelve un eje transversal, una forma concreta de integrar a la comunidad en los beneficios del desarrollo minero.
“Estamos convencidos de que producir valor implica también generar bienestar. Eso nos exige estar atentos a las necesidades del territorio, escuchar y actuar de manera colaborativa”, afirma María Eugenia Sampalione, Directora País de Newmont Cerro Negro.
La minería del siglo XXI ya no se define solo por su tecnología o por sus niveles de exportación. También se mide por su capacidad de integrarse al tejido social, fortalecer capacidades locales y sumar al sistema de salud con decisiones pragmáticas y humanas.
Porque en los extremos del mapa, donde los recursos escasean y la comunidad se vuelve red de contención, cada gesto cuenta. Y cada inversión en salud, también es una forma de construir futuro.
La Opinión Austral