Mendoza: Invierten más de US$ 5 millones en las primeras perforaciones de cobre en Malargüe

  • 3 de noviembre, 2025
Una de las empresas más activas en Malargüe Distrito Minero Occidental I sigue avanzando con la mira puesta en 14 proyectos mineros.

Sol Devia

La Argentina Mining Cuyo 2025 realizada en Mendoza dejó un abanico de novedades en el desarrollo minero de la provincia. Además del avance que se logró con PSJ Cobre Mendocino, otras de las grandes noticias que dejó el Gobierno de Mendoza fue el ingreso a la Legislatura del pedido de aprobación de la exploración de 27 nuevos proyectos en el Malargüe Distrito Minero Occidental II.

Es que los primeros buenos resultados de la primera etapa entusiasman, a tal punto que además se comenzó con los pedidos de Declaración de Impacto Ambiental de los proyectos que integrarán lo que será el Distrito Minero Occidental Malargüe III. En ese marco, una de las empresas con mayor avance en la exploración en el Sur mendocino es Kobrea Exploraciones Argentina, una subsidiaria de la canadiense Kobrea Stations Corporation.

Con la expectativa puesta en las primeras perforaciones en Manto Verde y El Perdido en el Malargüe Distrito Minero Occidental I y en el ingreso a la Legislatura de Malargüe Distrito Minero Occidental II, donde cuentan con derechos en algunas exploraciones que están incluidas allí, la empresa realizó una inversión de US$ 5 millones para una primera campaña en búsqueda de pórfidos de cobre.

Mario Castelli, el presidente de Kobrea Exploraciones Argentina, charló con MDZ Online durante la feria y contó en una entrevista cómo es el avance de los proyectos, los plazos que manejan y las expectativas sobre una posible explotación de cobre, entre otros temas.

-¿Cómo avanzan los proyectos de exploración en Malargüe?

-Desde el año pasado presido Kobrea Exploraciones Argentina, una empresa argentina subsidiaria de Kobrea Stations Corporation, de capitales canadienses y con base en Vancouver.

Gracias a la gestión y promoción de Impulsa Mendoza, una institución muy sólida que forma parte del Gobierno provincial, se logró establecer un vínculo con representantes del sector minero canadiense. Ese trabajo, que lleva más de cuatro años de desarrollo, permitió que el año pasado y el anterior se concretaran reuniones y visitas que finalmente convencieron a los directivos de Kobrea en Canadá de venir a conocer los proyectos locales.

Como resultado, se firmaron acuerdos para trabajar con equipos locales en 14 proyectos mineros, con la expectativa de que al menos 12 de ellos sean pórfidos de cobre, lo que representaría un desarrollo de enorme magnitud para la provincia.

Actualmente estamos concentrados en dos de esos proyectos: Manto Verde y El Perdido, este último el más conocido. En el caso de El Perdido, el año pasado obtuvimos la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada por las autoridades y ratificada por la Legislatura. Cumplimos con todos los requisitos y observaciones solicitadas, y ayer iniciamos las inversiones comprometidas, un hecho que informamos formalmente al Gobernador, la Vicegobernadora, la Ministra y el Director del área correspondiente.

Para nosotros, este es un hito muy importante. La empresa no tenía presencia constituida en Argentina y decidió hacerlo, eligiendo a Mendoza como el punto de partida para invertir y desarrollar su actividad minera en el país.

-¿De cuánto son esas inversiones?

-La minería es una actividad dinámica y siempre depende de los resultados que se vayan obteniendo. Esperamos que todo se desarrolle de la mejor manera. En principio, para esta campaña estimamos una inversión de alrededor de 5 millones de dólares.

La idea es que, si los resultados de los primeros pozos son favorables, avancemos hasta 5.000 metros de perforación. Además, como mencioné antes, tenemos derechos sobre varios otros proyectos en la zona de Malargüe, que están a la espera de aprobación dentro del Distrito Minero Malargüe Occidental, en esta segunda tanda que próximamente será tratada por la Legislatura.

Contamos con proyectos de gran potencial allí, y nuestra intención es comenzar a trabajar en forma paralela en cuanto obtengamos las aprobaciones legales. No vamos a esperar los resultados de un solo proyecto: disponemos del capital, la voluntad, los recursos humanos y la tecnología necesarios para avanzar simultáneamente en distintos frentes, siempre conforme a las autorizaciones que otorgue el Gobierno provincial.

-Para alguien que no está interiorizado en la minería, ¿cómo funciona el proceso de exploración?

-Generalmente, el proceso comienza con un proyecto de prospección minera, que consiste en la recolección de minerales superficiales. Esta tarea, conocida como “pica”, implica tomar muestras del terreno y enviarlas al laboratorio para su análisis.

Si los resultados iniciales son positivos, se avanza hacia una etapa de exploración profunda, que incluye perforaciones. A veces, cuando se habla de perforaciones, la gente imagina grandes pozos como los de la industria petrolera, pero en realidad se trata de perforaciones mucho más pequeñas, con un diámetro similar al de un caño de agua.

De esas perforaciones se extraen testigos de roca, una especie de “torta” cilíndrica que permite conocer la composición del subsuelo a distintas profundidades. A partir de esos registros se determina la geología del terreno y lo que llamamos la ley del mineral, es decir, la cantidad de cobre contenida en cada muestra obtenida.

-¿Qué expectativas tienen con estas exploraciones?

-Las expectativas son muy altas, porque los resultados de los estudios preliminares que venimos realizando muestran indicios prometedores. Por supuesto, aún es necesario avanzar con las perforaciones y analizar las muestras en laboratorio, pero hasta ahora los indicios disponibles -con base científica sólida- nos permiten proyectar que podríamos estar frente a pórfidos de gran magnitud, es decir, masas homogéneas de mineral, en este caso de cobre.

Hablo en plural, no solo por el proyecto El Perdido, sino también por los demás proyectos que estamos desarrollando. Si de los 14 pórfidos potenciales al menos uno llegara a confirmarse, estaríamos ante un proyecto de enorme relevancia, no solo para la empresa, sino también para Mendoza y para toda la Argentina.

-Si bien se sabe que se trata de una actividad a largo plazo, estas novedades generan un poco de ansiedad con los resultados, ¿cuáles son los plazos?

-Sí, existe mucha ansiedad, no solo por los resultados técnicos, sino también por la expectativa de generación de empleo. Siempre insisto en que hay que ser muy cuidadosos con eso, porque cuando se habla de millones de dólares en inversión, la gente tiende a pensar que automáticamente se crearán miles de puestos de trabajo.

La minería es una actividad dinámica y progresiva, a medida que se obtienen resultados positivos, se amplían los trabajos, se pasa a nuevas etapas y se genera más empleo. Sin embargo, en las fases iniciales -como la exploración-, aunque las inversiones son significativas, buena parte de los recursos se destinan a perforaciones, logística, campamentos y equipamiento, mientras que los equipos de trabajo son relativamente pequeños.

El mayor impacto en el empleo llega recién en la etapa de construcción de una eventual mina. Los tiempos de exploración suelen ser prolongados, incluso con una inversión fuerte y una campaña intensiva, pueden transcurrir al menos cinco años antes de poder determinar y cuantificar un proyecto.

Luego viene la etapa de evaluación metalúrgica, en la que no solo se verifica la presencia del mineral, sino también si su extracción es económicamente rentable, según los precios internacionales del cobre. Hoy el contexto es favorable, especialmente por la creciente demanda de este mineral esencial para la transición energética, pero aún así, el proceso es largo.

En minería, los resultados concretos se logran con años de trabajo continuo, hasta llegar al punto en que una mina pueda finalmente ponerse en producción

Mdzol.com