BCRA: la mejor opción para sostener las reservas es ir por el "oro" olímpico
- 7 de septiembre, 2020
Hoy hay cerca de 62 toneladas. Al ritmo con que viene vendiendo Pesce en dos meses se quedó sin caja chica. Las alternativas son activar el swap chino o cambiar los DEG del FMI, ninguna es sencilla. Si el Ministerio de Economía y el BCRA están dispuestos a mantener, sin cambios, el cupo de los u$s200 mensuales por persona para atesorar, mientras coquetean con el FMI y van cerrando el Presupuesto, quedan en el
Hoy hay cerca de 62 toneladas. Al ritmo con que viene vendiendo Pesce en dos meses se quedó sin caja chica. Las alternativas son activar el swap chino o cambiar los DEG del FMI, ninguna es sencilla.
Si el Ministerio de Economía y el BCRA están dispuestos a mantener, sin cambios, el cupo de los u$s200 mensuales por persona para atesorar, mientras coquetean con el FMI y van cerrando el Presupuesto, quedan en el cortísimo plazo, dos caminos, racionales: vender parte de las reservas en oro o cambiar parte de los DEG del FMI.
¿Por qué tanta ansiedad? Es que en julio el BCRA vendió reservas por u$s568 millones y en agosto por u$s1.279 millones. O sea, en dos meses el sector privado le compró neto al BCRA u$s1.847 millones. Así las reservas brutas bajaron a u$s42.700 millones (incluyen divisas, encajes, swaps, oro y DEG) mientras que las netas o disponibles apenas rozan los u$s3.000 millones. Está clarísimo que a este ritmo la "caja chica" de dólares del BCRA se esfuma. Ya que a nadie se le ocurre pensar que, por obra y gracia de algún santo, la gente no va a seguir yendo a "buscar" su "voucher" de los u$s200.
Es suficiente con ver lo que viene aconteciendo solo en la primera jornada de cada mes desde abril. Este mes, el día 1 el BCRA ya vendió u$s241 millones. Un mes atrás habían sido u$s98 millones y el 1 de julio fueron u$s101 millones. Así arrancan todos los meses desde la cuarentena, sobre todo, a partir de la percepción del común de la gente de qué algo pasa con las reservas, más allá de la brecha o el "blue", que al fin y al cabo son reflejos o consecuencias de algún "desperfecto". Puede ser que una parte del ejército de atesoradores y/o amantes del Puré (comprar dólares al oficial y venderlos en el paralelo) pueda desistir de ir por su cupo si ven disminuir la brecha (por intervenciones oficiales vía CCL o MEP) o bien directamente por un retroceso del dólar blue. Pero hay, digamos, como mínimo 1 millón de personas que irán por su cupo si o si, amén de lo que pase con la brecha o el blue. Basta con recordar lo que ocurría con el anterior gobierno, incluso en el mejor momento de Macri, más de 1 millón de personas compraban dólares, sin límite, para atesorar.
Este año, en los últimos meses más de 3 millones compraron el cupo y se estima que ya llegaron a 4 millones en agosto. O sea, siendo optimistas, no menos de 1 millón de personas seguirían comprando pese a todo y el resto, quizás, compre menos o pierda interés porque el Puré no llega a ser tan atractivo u otra causa. Al respecto vale señalar que el Gobierno podría, por ejemplo, mantener el cupo, pero ajustar vía el impuesto PAIS, u otro artilugio para desalentar o trabar el acceso al dólar ahorro. Lo cierto es que dos meses más al ritmo de lo que vendió el BCRA en agosto, no llegan. Por ende, algo deberán hacer. Cabe advertir que mejor que a nadie se le ocurra, porque ni Néstor ni Cristina lo hicieron, ir por los encajes de los argendólares (pesificándolos). Eso sería cruzar el Rubicón o una especie de game over, lo que hoy parece lejano luego de haber cerrado con éxito el canje de la deuda. Hasta ahora la caída de los argendólares (hoy son u$s17.200 millones) se hizo cancelando créditos, pero ya no hay mucho margen.
Queda, entonces, por un lado activar el swap con China, lo que no es tan sencillo pero además es oneroso, o bien, ir por los DEG lo que tampoco es un camino llano, en términos operativos, sobre todo cuando se está por comenzar una negociación con el organismo internacional. De modo, que la opción más factible es recurrir a las reservas en oro. Si bien no se trata de ningún logro olímpico es lo que el BCRA tiene más a mano en el corto plazo.
Con relación al swap chino, vale señalar que se efectiviza cuando se procede a activar algún tramo del acuerdo. Eso implicaría una llamada al presidente del banco central chino (PoBC) de su par argentino, Miguel Pesce. Durante la gestión de Federico Sturzenegger se activó, por unos u$s5.000 millones, que fueron rápidamente devueltos a los pocos días porque el swap tiene un costo pactado a la tasa interbancaria de Shanghái, Shibor, que a un año opera en 2,857%. Claro que a esta tasa el PoBC además le aplica un diferencial de entre 3 o 4 puntos porcentuales más. La Shibor surge del promedio de la operatoria de 18 bancos que operan en el mercado primario de Shanghái. De modo que hasta que no se activa el swap, esos yuanes transformados en dólares no ingresan a las reservas del BCRA. Pero además del costo, la activación pasa a ser un tema político, lo que puede implicar otras decisiones. De ahí que el primer paso es tantear al jerarca del PoBC, quien traslada al "Partido" el pedido.
Por lo tanto, el BCRA podría en el cortísimo plazo echar mano a parte del oro que fue comprado a lo largo del 2004 durante la gestión de Alfonso Prat Gay quien invirtió reservas en unas 54,8 toneladas. Según datos internacionales, el BCRA tiene hoy un stock de reservas en oro de 61,7 toneladas, las cuales estarían valuadas en algo más de u$s3.500 millones (en lo que va del 2020 se ganó unos u$s900 millones por la suba del oro). Claro que también tendrían la opción de no desprenderse del oro, para no perder ganancia potencial, y podrían hacer un Repo. Incluso durante la gestión Sturzenegger se aprovechó la tenencia de oro para hacer operaciones de swap para sacarle un rendimiento. Fueron ventas de oro y recompras simultáneas que dejaron un gap, una especie de arbitraje de tasas pero con el precio del oro.
Por lo tanto, para no hacer olas en la actual coyuntura lo más factible es, si se quiere mantener el goteo del atesoramiento y las restricciones a los importadores, es operar sobre las reservas de oro hasta que se calmen las aguas de la brecha y se encamine la negociación con el Fondo.
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