BHP llegó en busca de cobre, pero Mendoza no tiene nada que le interese
- 11 de junio, 2023
La compañía minera más grande del mundo está buscando proyectos de cobre en la Argentina.
Justamente es el cobre el mayor potencial que tiene Mendoza, pero desde la compañía ni siquiera miran por estos lados. Las razones.
Edu Gajardo
BHP Billiton es una firma minera australiana que tiene un capitalización de mercado de más de U$S 98 billones de dólares. Es propietaria de Escondida, la mina de cobre más grande del mundo (ubicada en Chile) y está en busca de nuevos proyectos de metal rojo. Están mirando a la Argentina, pero sin exploración y sin terminar de arrancar en el desarrollo minero, Mendoza no puede ofrecer más que potencial, lo que no es suficiente.
En medio de la demanda de mineral para combatir el cambio climático el cobre es lo que está faltando (porque litio hay y sólo falta explotarlo), porque aún con las reservas de cobre cubicadas en todo el mundo, no alcanza para cubrir la demanda que requiere, por ejemplo, la electromovilidad.
En ese contexto, la compañía miró a la Argentina -y específicamente a San Juan- e invirtió US$79 millones en la compra del 5% del proyecto de cobre y plata Filo del Sol, según informó Cronista.
El dato relevante es que se queda con ese porcentaje de Filo Mining, una compañía del Grupo Lundin, los propietarios del proyecto de cobre Josemaría, el cual está preparado para la etapa de construcción y que en estos momentos busca financiamiento. Necesita US$4.000 para la infraestructura y no se descarta que BHP pueda ser uno de los que acompañe a Lundin en este desarrollo minero.
Josemaría es el proyecto que permitirá a la Argentina volver a producir cobre, porque en la actualidad no hay ningún yacimiento en producción.
El cobre mendocino
La llegada de BHP aún en un porcentaje menor (pero que podría crecer), es una muestra de la búsqueda de cobre que están haciendo las grandes mineras del mundo, el verdadero metal crítico del cambio de matriz energética, debido a la escasez.
La demanda es tal que en 25 años se deberá producir la misma cantidad que en los últimos 100 años, si se quiere llegar a cubrir la demanda.
Con ese panorama, el potencial mendocino aparece atractivo, pero tiene un gran problema para las grandes compañías mineras y es, precisamente, que sólo se conoce sólo el potencial, pero no hay certezas respecto a la cantidad de mineral y la factibilidad de explotarlo.
Si Mendoza hubiese empezado con procesos de exploración hace 8 años, cuando terminó el gobierno de Francisco Pérez, (que sepultó la actividad minera) y se hizo los intentos por Hierro Indio y Cerro Amarillo (uno en exploración y otro con la DIA aprobada en la actualidad), quizás hoy tendría cubicado este último y habría certezas que -eventualmente- sí podrían atraer a un inversor importante.
Es importante destacar que siempre hablamos de eventual, porque la limitante de la Ley 7.722 que requiere de un aval político para desarrollar un proyecto, pone otra traba importante.
Hoy, lo único a lo que Mendoza puede apuntar (sin mencionar a San Jorge) es a lo que está haciendo Impulsa Mendoza y que tiene que ver con la búsqueda de empresas junior que se encarguen de una exploración -además- con la limitante territorial que está aplicando la sociedad anónima creada por el Ejecutivo.
El tiempo perdido por Mendoza
La llegada de BHP a la Argentina es una muestra de lo atrasado que está Mendoza en el desarrollo de la actividad y está perdiendo el "tren de la oportunidad" que muchos especialistas están destacando.
Así lo destacó en Memo el doctor en Ciencia y Tecnología Osvaldo Urzúa. "El mundo no va a esperar, otro va tomar ese carro y después tú lo vas a comprar como una especie de actor pasivo, Si todo se hace en otro lugar, ¿cómo puedes ofrecer empleo de calidad y prosperidad a tu familia?", dijo.
La realidad indica que mientras Mendoza aún no puede avanzar con exploraciones, que son procesos absolutamente primarios y corrientes en el mundo, en otros lugares se están abriendo puertas para que grandes inversores puedan desarrollar proyectos que cambiarán la realidad de otros lugares, como lo está haciendo San Juan.
Recordemos que desde que se inicia una exploración de cobre y se logra tener un proyecto con factibilidad final y posible explotación, pasan en promedio unos 10 años, por lo que los proyectos que hoy están arrancando han pasado muchos procesos.
Además, es habitual que los proyectos sean desarrollados por un tipo de empresa en la exploración, después los tomen otras compañías para todo lo que es la factibilidad, y si se trata de un gran proyecto, se busque algún socio importante para la importante inversión que significa la construcción y explotación.
Así, por ejemplo, BHP opera Minera Escondida, la mina de cobre más grande del mundo y es propietaria del 57,5 % en alianza con Río Tinto que tiene el 30% y la japonesa JECO que tiene el 12,5%. Río Tinto, otra minera importante en el mundo, fue propietaria en Mendoza de Potasio Río Colorado, proyecto que le vendió luego a la brasileña Vale.
Aunque no lo parezca, ese movimiento de la mayor compañía minera del mundo es un reflejo de lo que está pasando en el sector y en el mundo del cobre. El mundo no se detiene y Mendoza avanza a paso lento, mientras los grandes inversores miran a proyectos en la Argentina como Pachón, Los Azules, MARA y Taca Taca.
Además, y como para poner la frutilla al postre, Mendoza y las administraciones provinciales mantienen en espera a San Jorge hace más de una década, una inversión posible aún con las restricciones de la 7.722 a la que siempre se le ponen "palos en la rueda".
Memo.com.ar