Bolivia: Pese a potencial minero, la inversión fue menguante por normas desfavorables
- 1 de octubre, 2020
Investigadores afirman que el Gobierno que surja de las elecciones del próximo 18 de octubre tendrá el reto de buscar soluciones a las demandas del sector e implementar reformas en la política minera. Pese al potencial minero de Bolivia, la inversión extranjera fue menguante en los últimos años, principalmente por las condiciones poco favorables impuestas por la normativa interna que regula las inversiones, contenid
Investigadores afirman que el Gobierno que surja de las elecciones del próximo 18 de octubre tendrá el reto de buscar soluciones a las demandas del sector e implementar reformas en la política minera.
Pese al potencial minero de Bolivia, la inversión extranjera fue menguante en los últimos años, principalmente por las condiciones poco favorables impuestas por la normativa interna que regula las inversiones, contenida en la Constitución Política del Estado, las leyes y reglamentos sectoriales, identifica la Fundación Milenio.
"La baja capacidad de Bolivia para atraer Inversión Extranjera Directa (IED) a la minería se explica por las condiciones poco favorables impuestas por la normativa interna que regula dichas inversiones, contenida en la Constitución Política del Estado, las leyes y reglamentos sectoriales. Esta normativa genera riesgos y costos inaceptables para los inversionistas, que prefieren invertir en otros países que les brindan condiciones más favorables", señala el informe titulado El mal momento de la minería nacional.
Especifica que, a diferencia de los países vecinos como Perú, Chile y Argentina, que tienen un potencial minero igual al de Bolivia, sí han sabido movilizar flujos importantes de inversión extranjera directa.
Milenio identifica dos factores desfavorables para la minería, la interna entre las que están los bajos niveles de inversión que se han registrado en el sector en los últimos años, no habiendo nuevos proyectos de inversiones que reemplacen a proyectos antiguos que están en la fase de declinación, como es el caso de San Cristóbal y San Bartolomé.
Y el entorno externo desfavorable que explica la caída de la minería en 2019 y 2020, como la desaceleración de la economía mundial en 2019, debido principalmente a la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, que deprimió los precios internacionales de los metales.
En 2020 esta tendencia a la caída de precios tendió a exacerbarse por los efectos de la pandemia de la Covid-19, que puso a la economía mundial al borde de una recesión, detalla en el reporte de Milenio.
Menciona también que otro de los factores es que en 2019 se produjo una caída generalizada de precios de los denominados minerales industriales, como el zinc, estaño, plomo, wólfram, cobre y antimonio entre otros. Contrariamente, el oro y la plata aumentaron significativamente durante ese año, situación similar que se da en este año.
"La situación de la minería en Bolivia ya era crítica antes de la pandemia de la Covid-19. El Gobierno que surja de las elecciones de octubre tendrá el reto de buscar soluciones eficaces a la problemática minera, incluidas reformas de gran calado en la política minera", enfatiza Milenio.
Este medio intentó contactarse con el ministro de Minería Jorge Oropeza pero no obtuvo respuesta.
En 2019, la inversión minera en el país cerró con cuatro millones de dólares, lo que equivale al 0,61% de los 654 millones de dólares que Chile destinó a la prospección y explotación.
Punto de vista
Héctor Córdova Investigador de Jubileo
"Bolivia mostró inestabilidad"
La minería es un mal negocio para un país si se queda en esa etapa, en pura minería. No necesitamos inversores que sólo quieran hacer minería, sino capital de riesgo para explorar y montar plantas metalúrgicas que nos ayuden a no exportar concentrados de mineral.
Lo que más aprecian los inversores es estabilidad, seguridad jurídica, seguridad para sus operaciones y ganar mucha plata. Si un país puede ofrecerles estas cuatro cosas, entonces vienen; sino, se la piensan mucho. Bolivia ha demostrado una fuerte inestabilidad en el último tiempo.
Posiciones oficiales que dependían de quién estaba de ministro más que de un plan; inseguridad jurídica dramática (un proceso que duró tres años para conformar la empresa mixta del litio y luego fue anulado); presión de dirigentes cívicos de una ciudad, y los avasallamientos han sido frecuentes. La normativa impositiva y regalitaria de Bolivia es dura; pero no mucho más que en los países vecinos.
Bolivia debe trabajar en estabilidad, tiene que proteger la inversión, privada o estatal, y no ceder a la presión de la masa para romper las normas.
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