Catamarca/Cara y cruz: A la caza de morosos
- 28 de septiembre, 2020
A la par de prorrogar los plazos de la moratoria provincial de impuestos y hacer más atractivos los descuentos de intereses en busca de incrementar la recaudación para los contribuyentes rasos, la Agencia de Recaudación de Catamarca (ARCA) se propuso ir detrás del rango superior de actores económicos, sobre todo de aquellos a los que la pandemia no solo no ha afectado tanto como a los sectores que dependen de las marchas y contramarchas de las fases de la cuarentena, sino que, por el contrario, los benefició más que antes de la aparición del virus. Es el caso de las financieras y otros operadores del rubro que suelen sacar grandes tajadas en las peores crisis. Pero no son los únicos. También hay empresas mineras que comprometieron determinados aportes en convenios con el Estado provincial y que en los últimos meses, vaya a saber por qué motivos, jugaron a la distracción
A la par de prorrogar los plazos de la moratoria provincial de impuestos y hacer más atractivos los descuentos de intereses en busca de incrementar la recaudación para los contribuyentes rasos, la Agencia de Recaudación de Catamarca (ARCA) se propuso ir detrás del rango superior de actores económicos, sobre todo de aquellos a los que la pandemia no solo no ha afectado tanto como a los sectores que dependen de las marchas y contramarchas de las fases de la cuarentena, sino que, por el contrario, los benefició más que antes de la aparición del virus. Es el caso de las financieras y otros operadores del rubro que suelen sacar grandes tajadas en las peores crisis.
Pero no son los únicos. También hay empresas mineras que comprometieron determinados aportes en convenios con el Estado provincial y que en los últimos meses, vaya a saber por qué motivos, jugaron a la distracción pandémica y no pagaron lo que estaba previsto. Se trata de sumas millonarias, como es de suponer en el negocio minero.
En ese sentido, en los próximos días ARCA iniciará el proceso de cobro, con las respectivas intimaciones, a las empresas litíferas Livent y Galaxy, que están en mora con ciertos pagos al Estado provincial.
Por otra parte, si algo no se puede omitir es que ya bastante bondadoso, por no decir bobo, es el Estado catamarqueño al cobrarles un canon de agua irrisorio a las empresas de litio, para las que este recurso representa un insumo fundamental en su proceso productivo de un mineral por el cual obtienen pingües ganancias en el mercado internacional.
El agua para la producción de litio es recurso no renovable y más bien escaso en la Puna, donde incluso hubo una mala experiencia en la década del ?90 por una vega del río Trapiche que quedó seca luego de la monumental extracción que hizo la entonces FMC Corporation (hoy Livent). Fue cuando construyó seis pozos de bombeo para asegurarse un flujo de 650.000 litros de agua por hora, con el fin de transportar el caudal a través de un acueducto de 32 kilómetros hasta la planta procesadora del proyecto Fénix, en el Salar del Hombre Muerto.
De allí los temores que embargan a los habitantes de la Puna por el nuevo proyecto de Livent para extraer grandes volúmenes de agua de una subcuenca del río Los Patos, a pesar de las promesas de la empresa de que el impacto ambiental no será de las mismas dimensiones que su antecesora.
Lo cierto es que el Estado provincial, por más garantías que presente el informe de impacto ambiental de la estadounidense Livent, aún no ha actualizado el canon de agua para la extracción de litio, de modo que por lo pronto lo que obtiene como pago por el uso de tal recurso es casi una burla a la par de las utilidades siderales que embolsará la multinacional por la explotación del litio, el "oro blanco" en esta era de la tecnología de celulares, computadores y vehículos eléctricos.
Sin embargo, la morosidad no se agota con las empresas de litio. El Gobierno, a través de ARCA y los organismos asesores del Ejecutivo en el plano legal, están terminando de dar forma a una intimación que partirá rumbo a la empresa interestadual Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD) por una deuda en concepto de regalías mineras que dejó de pagar a la Provincia a mediados de los ?90, es decir, en la década "dulce" de producción de Bajo La Alumbrera.
Quizás YMAD haya negociado entonces, con el obvio acuerdo del Estado provincial, pasar por alto el pago de regalías a cambio de las millonarias utilidades ?que eran recursos de libre disponibilidad- que transfería a Catamarca y que fueron a parar, hasta donde se sabe, a destinos tales como el Estadio "Bicentenario", el Predio Ferial y la hostería de Cortaderas, entre los principales.
En principio, la deuda exigible a YMAD rondaría los 40.000 dólares, nada inalcanzable para una empresa que paga sueldos de sus directores superiores a 300 mil pesos y casi medio millón para su presidente. A juzgar por eso, hasta podría ser catalogada como una empresa próspera.
El Ancasti