El vicepresidente de Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (CAMYEN), Alejandro Bossio, atribuyó los resultados negativos obtenidos el año pasado a "embates políticos y de los diarios", que indujeron a la cautela a los empresarios dedicados a la comercialización de rodocrosita.
"Tenían miedo de que por alguna medida judicial u otra cosa quede embargado su producto. Todo eso generaba un clima de tensión entre el comprador y la empresa, lo cual obviamente nos generaba muchas implicancias a la hora de la venta", manifestó el funcionario en declaraciones a la Televisión Pública.
Es curioso que estos compradores tan precavidos no consideraran, o nadie les hiciera advertir, el reaseguro que implica el fuerte respaldo del erario a la firma minera estatal, cuyo déficit podrá ser cualquier cosa menos novedoso. Viene parasitando la caja pública desde sus albores, allá por 2012. Nunca pudo lograr el proyectado autofinanciamiento y su endeblez económica es de orden crónico, pese a que cuenta con el monopolio de la provisión de rodocrosita del país y la exclusividad de la extracción del mineral en el yacimiento Minas Capillitas.
También llama la atención que, a pesar de las "tensiones" entre CAMYEN y sus clientes aludidas por Bossio, continuaran apareciendo cargamentos de piedra flojos de papeles. Vaya a saberse de dónde salen. CAMYEN es, supuestamente, el único proveedor posible: o le roban, o se venden cargas y no se registran en los libros.
En cualquier caso, sería interesante una investigación para determinar en qué medida gravitó este circuito negro en el resultado negativo superior a los 2 millones de pesos del año pasado, debido al cual no fue posible distribuir utilidades.
Tampoco alude Bossio al aporte de capital que CAMYEN le hizo a Yamana Gold, empresa que a favor de la prescidencia cómplice de las autoridades mineras retiene los derechos de explotación del yacimiento Agua Rica, en Andalgalá, y especula con ellos.
CAMYEN y Yamana estuvieron enfrentadas durante cuatro años por los derechos sobre el área minera Cerro Atajo, que concentra 17 yacimientos. Acordaron desistir de las acciones judiciales y trabajar juntas.
El contrato es de carácter leonino, en contra de los intereses de la Provincia. A cambio de una participación en los dividendos futuros de Agua Rica, a liquidarse recién después de que se recupere la inversión, CAMYEN cedió el usufructo de Cerro Atajo a Yamana por 40 años.
Además, la participación en los dividendos será en "acciones", no en efectivo, y como estas acciones serán "sin derecho a voto", CAMYEN no tendrá cómo gravitar en la definición de "la política de dividendos que se establezca para la totalidad de los accionistas".
Eventualmente, CAMYEN podría hacerse de efectivo si negociara las acciones en el mercado bursátil, pero "los títulos no podrán ser cedidos salvo expresa conformidad por escrito de Minera Agua Rica o por la sociedad argentina o extranjera que sea en ese momento titular de la propiedad minera que conforma el proyecto Agua Rica".
Vale decir que CAMYEN capitalizó a Yamana con el usufructo por cuatro décadas de Cerro Atajo. En otras palabras, la Provincia de Catamarca abdicó de sus prerrogativas para negociar los derechos sobre Agua Rica y las 17 minas del área Cerro Atajo a favor de Yamana Gold. Podría haber sido la deficitaria CAMYEN la que aguardara la coyuntura económica y política más propicia para ofertarlas, pero optó por excluirse del negocio. En contraprestación recibió la promesa de unas difusas utilidades "a pillar", en el más optimista de los cálculos, dentro de un cuarto de siglo.
Tamaña defección no ha podido ser explicada razonablemente.
Lo que se sabe, en cambio, es que Yamana sigue especulando mientras quienes se lo permiten y facilitan se perpetúan en las pérdidas.
El Ancasti