Catamarca: Carta abierta al Gobernador de la Provincia

Nosotros, habitantes del Valle de Andalgalá, sin ningún distingo de ideologías de cualquier tipo, nos dirigimos al Sr. Gobernador de la Provincia de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, y para conocimiento de la opinión pública, con la finalidad de poner de manifiesto los siguientes planteos y petitorios. Andalgalá es un territorio que alberga una vasta cultura de desarrollo, desde los pueblos originarios hasta nuestros días, lo que generó una valiosa historia de aporte al crecimiento provincial y nacional, en la qu

Nosotros, habitantes del Valle de Andalgalá, sin ningún distingo de ideologías de cualquier tipo, nos dirigimos al Sr. Gobernador de la Provincia de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, y para conocimiento de la opinión pública, con la finalidad de poner de manifiesto los siguientes planteos y petitorios.

Andalgalá es un territorio que alberga una vasta cultura de desarrollo, desde los pueblos originarios hasta nuestros días, lo que generó una valiosa historia de aporte al crecimiento provincial y nacional, en la que no nos detendremos en esta página, pero sí le haremos conocer cursándole una carta administrativa. Si Andalgalá fue capaz de labrarse ese pasado histórico, también quiere tener un futuro, para nosotros y nuestros descendientes, motivo por el cual los andalgalenses nos oponemos rotundamente al Proyecto Agua Rica y a cualquier otro que se enmarque en las características de la minería a cielo abierto.

A continuación expondremos nuestros argumentos:

La tierra, el agua y el aire son la base de la existencia humana y del equilibrio ecológico. En Andalgalá estos tres elementos fundamentales están amenazados de quedar completamente inviables para la vida humana, proceso que ya ha comenzado con la explotación de Bajo La Alumbrera y que será irreversible y funesto con la explotación de Agua Rica. Nuestro pueblo está condenado a muerte si se hace efectivo este emprendimiento.

Hablaremos primero del agua. Su uso en Bajo La Alumbrera fue de 100 millones de litros de agua fósil por día, la mayor parte de los cuales se fue por el mineraloducto a la cuenca Salí-Dulce, sin producir retroalimentación del sistema local (qué ironía, según cifras de la OMS esa cantidad serviría para los usos diarios de 2.000.000 de personas y acá nos falta el agua para el riego, para nuestras plantas que nos dan alimento y oxígeno a través de la fotosíntesis).

En Agua Rica tal uso sería mayor, ya toda la cuenca está en un estado de fragilidad ecológica producida por lo que se denomina "depresión hidráulica", o sea la disminución considerable de las napas, hasta en 700 metros, situación que se agravará porque se secarán las vertientes o manantiales. El río Andalgalá disminuirá su cauce a la mitad. Los ríos El Potrero y Choya corren peligro de secarse. Los pozos de Malli y Huaco, propuestos como alternativa de abastecimiento, tampoco servirán porque no habrá de dónde obtengan agua. El río Andalgalá resulta de la confluencia de tres afluentes principales, el río Minas, de tenor ácido, y los ríos El Candado y Blanco, ambos de aguas alcalinas, que al mezclarse se neutralizan. Al producirse la anulación del aporte del río Minas, las aguas ya no serán aptas para el consumo poblacional y el riego. Amén de ello, ya desde los movimientos de suelo que se hicieron y actualmente se hacen, emergen al cauce sulfatos, arsénico, cadmio, como también plomo y mercurio en cantidades mínimas, pero que contaminan mucho.

En el caso del río Vis Vis existe un informe producido por el perito Héctor Oscar Nieva, que asevera la contaminación de las napas (20.000 más veces de arsénico, 5.000 veces más de cadmio, 10.000 veces más de mercurio y cantidades de plomo). Esto es pauta de que las promesas de progreso y respeto al medio ambiente no se cumplen (Constitución Nacional, Artículo 41). Desde el comienzo de la gran minería no hubo respeto por la Ley Provincial del Agua Nº 22.577; tampoco por normativas nacionales que establecen que no se pueden alterar los cursos de agua ni llevar agua de cuenca a cuenca, como ocurre con el mineroloducto.

Consecuencia a la vista en esta jurisdicción de la explotación a cielo abierto es el pequeño poblado de Vis Vis, que se quedó sin agua apta y por ello sus habitantes debieron migrar; murió el ganado que era su fuente de subsistencia, desapareció la fauna, hasta se taparon las aguas termales que había en el sitio. Aguas arriba de Vis Vis está el dique de colas, que contiene una peligrosa sopa química y al que no le pusieron la geomembrana ni usaron ningún otro método para proteger al medio ambiente, sin importar que el emprendimiento está sobre una falla geológica. No se descarta la posible contaminación del Salar de Pipanaco. Pese a que se niega que se use cianuro para aumentar la ley de oro en el barro, usan otro producto tan tóxico como el cianuro, el hidrosulfuro de sodio. La disponibilidad de agua es un derecho que está por encima de cualquier otra potestad de los pueblos. Sin agua no hay pueblo.

El aire es igualmente esencial para la vida. El yacimiento de Agua Rica está ubicado a 16 kilómetros de la ciudad de Andalgalá. Cada explosión para extraer el mineral implicará el uso de 300.000 kilogramos de nitrato de amonio. El polvillo que producirá el acto explosivo ayudado por el viento saturará la atmósfera de Andalgalá de una mezcla irrespirable, a los que se agregarán las emanaciones de anhídrido carbónico y anhídrido sulfuroso, todo lo cual además de atentar contra la salud de los pobladores, producirá un efecto invernadero dañino para toda la vida en el valle.

La tierra, la fina capa de suelo que cubre la mayor parte de la superficie terrestre, es el elemento clave para la supervivencia y bienestar de los seres humanos, sin ella no existirían plantas, ni cultivos, ni animales,, ni bosques, ni personas. Nuestro querido terruño montañoso se verá herido de muerte. Un inmenso cráter no natural socavará la entraña de nuestros cerros. Desde ya están modificando, desfigurando nuestro hermoso paisaje, el que contemplaron por siglos los hijos de este suelo y que es parte de los afectos, de la identidad. En este amado paisaje, que es un recurso turístico, se destacan los glaciares y periglaciares existentes, protegidos por una Ley Nacional que exigimos se respete. Un hijo de esta tierra, el doctor en Geología Aldo Luis Banchig, produjo un trabajo titulado "Aspectos geológicos y consideraciones de riesgo y potenciales impactos ambientales en la cuenca del río Andalgalá", en el que luego de una detallada exposición de argumentos, acompañados por gráficos, concluye en los siguientes factores y antecedentes que hacen temer la contingencia de catástrofes: 1) Flujos de detritos severos, aluviones y avalanchas, ocurridas en distintas épocas en los ríos Andalgalá, Villavil, Choya, Hoyada, Negro, Loma de la Aspereza, El Zarzo, Loma Redonda, debido a la estabilidad pobre de los terrenos y a su topografía abrupta y de fuerte gradiente. 2) La sismicidad de la región es moderada a alta, con ocurrencia de eventos importantes. 3) Las condiciones climáticas del lugar manifiestan fuertes descargas pluviales estivales que se incrementan con la altitud y afectarán a la mina incrementando también el riesgo de desastres. 4) Si a las condiciones naturales se suma una explotación minera en la cuenca alta, se incrementarán las condiciones críticas de estabilidad y aumentarán las posibilidades de deslizamientos, reactivación del proceso de lixiviación y generación de flujos ácidos

La salud es el cuarto bien preciado que defendemos. A partir de la megaminería, padecimientos que son propios de la franja que va de los 35 a los 75 años se han presentado en niños y adolescentes. El osteosarcoma es un cáncer que presenta normalmente 6 casos por cada 1.000.000 de personas; en Andalgalá, con una población de 18.000 almas, se han dado 3 casos. Surgieron enfermedades raras, como la miastenia gravis y la esclerosis múltiple, cuya incidencia es muy superior a las cifras comunes. Aumentaron las enfermedades respiratorias. Nacen niños con patologías extrañas y malformaciones. Este aspecto tiene mucho más para plantear para lo que necesitaríamos mucho más espacio que estas líneas.

Asimismo, en estos planteos no se pueden obviar de ninguna manera el Fallo de la Suprema Corte de Justicia (3 de junio de 2019), que declara constitucional la Ley de Glaciares y Periglaciares; el Recurso de Amparo a que hizo lugar la Corte Suprema en marzo de 2016, en virtud el cual la Justicia de la Provincia debía anular la Resolución que autorizaba el emprendimiento minero; la Ordenanza Municipal Nº 29/16 de protección de la cuenca del Río Andalgalá; la declaración de nulidad del informe de impacto ambiental de Agua Rica; el dictamen de la Universidad Nacional de Tucumán, que declara inviable ambiental, social y económicamente el proyecto Agua Rica y tampoco se pueden ignorar las expresiones del pueblo de Andalgalá, a través de 526 marchas en repudio de la minería a cielo abierto. No podemos olvidar que aquí tenemos sepultados a nuestros muertos y esta es una razón más de sentirnos tan apegados a nuestra tierra.

Andalgalá siente que está en un cadalso, con un hacha que pende sobre él y dice "pueblo sacrificable". Posiblemente habrá personas y sobre todo funcionarios que valoran solo lo económico y no les importa la vida, no les importa que nos desarraiguen, que nos obliguen a un exilio forzado. Lo económico es una parte de la vida, pero no la única, más aún cuando hay otras formas de crecer económicamente, explotando recursos renovables, sustentables y mucho menos contaminantes, como la agricultura, las industrias artesanales y el turismo.

Apelamos a su buen criterio y a sus sentimientos de un verdadero catamarqueño, Señor Gobernador, para que arbitre las decisiones justas y no permita que este retazo de Catamarca, que se llama Andalgalá, sea sacrificado.

Por el contrario, entre por la puerta grande de la historia de Catamarca tomando la sabia decisión de decir no a Agua Rica y a cualquier tipo de emprendimiento destructivo.

Andalgalá no quiere megaminería, no quiere que se explote Agua Rica.

Oscar Martínez

DNI 14.541.591

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