Catamarca: El Secretario indignado ante una "una maniobra premeditada y calculada desde su ejecución hasta la disculpa: una fake news"
- 27 de agosto, 2021
El domingo, un medio local (El Ancasti) publicó que la empresa minera Livent ocupaba en el centro capitalino un importante local, que le alquilaba a Fernando Jalil, actual presidente de YMAD.
No fue una referencia casual o accidental, sino lo que constituye una fake news por definición: una noticia falsa, deliberadamente publicada y difundida para buscar un efecto determinado. En este caso, la relación se desprende sola: decir que la minera le alquila a un alto funcionario de la minería provincial, tiene como fin señalar la existencia de oscuros negociados y, básicamente, que el funcionario ocupa el cargo y aprovecha su relación con las empresas en beneficio propio y no de la provincia que representa en la firma tripartita.
El detalle de fondo es que la información era falsa de toda falsedad, porque el local en cuestión no pertenece a Fernando Jalil sino a otro conocido grupo empresario, con lo cual la aseveración del medio, utilizada para dañar a YMAD y a Jalil, era sencillamente mentira. Como la fake news era insostenible, porque es muy fácil remitirse a la documentación para demostrar que las oficinas no son del propietario señalado, no tuvo el medio otra opción que admitir públicamente que su jugada se había visto rápidamente desarticulada.
Y aquí viene el segundo detalle: la inevitable autodesmentida llegó en forma de “fe de errata” casi invisible, estratégicamente escondida en el espacio menos visible, sólo para cumplir con una formalidad que sirva de escudo ante posibles reclamos legales. Eso desnuda que el espíritu de la falsa nota fue hacer daño y el propósito se cumplió, porque la rectificación apareció 48 horas después: se publicó la noticia el domingo y la ínfima aclaración el martes, lo mismo que nada en tiempos donde las plataformas digitales imponen y ofrecen inmediatez para todo. Es la prueba cabal de que no se trató de un inocente error –del que nadie está exento-, sino de una maniobra premeditada y calculada desde su ejecución hasta la disculpa: una fake news.
El Esquiú