Catamarca: Los Apuntes del Secretario analizan la controversia por el alquiler de las instaciones de YMAD
- 4 de noviembre, 2021
Hace dos años se instaló la controversia pública sobre la decisión del directorio de YMAD de alquilar las instalaciones que, en sociedad con Minera Alumbrera, posee en el departamento Andalgalá.
El acuerdo lo logró con la empresa Yamana que, a partir de 2025, podría comenzar a explotar Agua Rica –cobre, oro y un sinnúmero de otros metales- si es que hasta ese momento no se producen bruscas interrupciones. A cambio del acuerdo, la empresa que preside Fernando Jalil (cuando se produjo la transacción oficiaba de diputado provincial y presidía la Cámara) recibió entonces 12.5 millones de dólares de adelanto, dinero con el cual se logró conjurar el imparable déficit y ejecutar arreglos fundamentales en la mina Farallón Negro, base de sustentación de la existencia de la interestadual que componen la Nación, la provincia y la Universidad de Tucumán.
A pesar de tratarse de un buen negocio de partes, como que despejó las amenazas de accidentes en el “Farallón de Hualfín”, desde algunos sectores interesados en “poner piedras en el camino” a favor de conseguir réditos económicos, se descargaron duras críticas, las que iban de una concesión leonina a favor de Yamana hasta la sospecha de negociados espurios, pasando por cuestionamientos legales que no tenían ningún asidero.
Pensar que una multinacional va a realizar un filantrópico desembolso cuatro años antes de iniciar una explotación de dudosa concreción da una pauta del despropósito que se planteó hasta estos días. Para ello se utilizó en su momento –octubre de 2019- a la Universidad de Tucumán. Se dijo, entre otros exabruptos, que el acuerdo no tenía validez legal porque los dos representantes tucumanos no participaron de la Asamblea y, por ende, no votaron. Es cierto que faltaron a la cita. Estaban en la habitación del lado donde sesionaba la mayoría, conformada por los dos directores de Catamarca y el presidente macrista de la institución, que levantaron sus manos a favor del entendimiento con Yamana. Todo eso quedó asentado en las actas. De manera tal que no fue una maniobra llevada a cabo “entre gallos y medianoche”. Sin embargo, se la objetó por la ausencia de los tucumanos. Más o menos como si una sesión legislativa, con quórum y mayoría, fuera anulada porque faltaron legisladores de una u otra fracción. En YMAD, por las dudas alguien no entienda, es lo mismo. Son cinco directores, de los cuales uno es presidente, y funcionan mayorías y minorías a la hora de votar en las asambleas.
Todo el entramado de la mentira, sin embargo, quedó al descubierto por las declaraciones del rector de la Universidad de Tucumán (UNT), José García, quien durante el mes de octubre reciente destacó a la empresa YMAD “por repartir utilidades a sus socios con recursos propios por primera vez en 30 años”. Eso no fue nada en comparación al añadido: “YMAD era totalmente deficitaria, sin inversiones, estaba en proceso de agotamiento”, a partir de lo cual García destacó el trabajo del actual directorio. En esa dirección aludió a las inversiones, a la modernización de los procesos de cambio para la extracción de oro y plata, a la capacitación del personal minero, a la instrumentación de los turnos rotativos en Farallón Negro o la incorporación de tecnología. “Veníamos de una etapa en que la empresa dependía de las utilidades de Alumbrera porque era totalmente deficitaria, mientras hoy YMAD puede repartir utilidades con recursos propios, mientras continúa emprendiendo grandes inversiones”. Eso, obviamente, pudo hacerse por el acuerdo con Yamana y de la época de la Alumbrera, cuando entraba dinero a borbotones, solo puede destacarse la pésima gestión de quien era su presidente, Manuel Benítez, un hombre que dilapidó el dinero a manos llenas por el blindaje mediático que lo sostenía. Mejor no seguir hablando de este Benítez, un pícaro de siete suelas con socios políticos y mediáticos en Catamarca.
Así como la UNT destapó la mentira que se sostuvo por más de dos años, más temprano que tarde se aclararán escollos que pretenden interponerse al proyecto “Sal de Vida” –litio- que opera la australiana Galaxy en Antofagasta de la Sierra. Aquí se utiliza a un pequeño grupo de integrantes de la Comunidad Atacameños del Altiplano para llevar confusión a la población, denunciando por ejemplo el uso abusivo del agua o la muerte de truchas en el río Aguas Calientes, aledaño al Salar del Hombre Muerte, todo lo cual fue desmentido con pruebas concretas. Con esos argumentos, quienes mueven los hilos de la polémica, aseguran que los originarios de la puna pretenden que se suspenda la audiencia pública del 19 del corriente. Una gran contradicción. La convocatoria es precisamente para aclarar las dudas que existieren y para que la comunidad del lugar levante los reclamos que considere pertinentes. Ni más, ni menos.
El Esquiú.com