En la firma del eventual contrato entre la provincia y Agua Rica para la explotación del yacimiento de cobre y oro en las alturas de Andalgalá, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) no tendría la jugosa participación que dispuso en los 20 años de Bajo la Alumbrera, un contrato no muy generoso, pero que supo dejar extraordinarias ganancias, tanto para la provincia como para la casa de altos estudios, integrante del directorio de YMAD.
Lo que si le correspondería ganar a los tucumanos sería en el alquiler de las instalaciones y en el dique de cola, que le pertenecen al organismo interestadual. Todos estos temas se discuten ahora mismo, con alguna vehemencia, en los prolegómenos del nuevo emprendimiento megaminero.
Siguiendo con minería, no dejó ser una buena noticia el informe oficial sobre la planta de empleados de Farallón Negro, la mina de oro que posee YMAD bajo los cielos de Belén. Independiente de que se ha recuperado producción, hubo aumento ligero de la planta de operarios, cuya inmensa mayoría son de origen catamarqueño. Sobre 470 que revistaban al 30 de junio del presente año, 394 son nacidos en esta tierra y esa sería la proporción que se respetaría en todas las iniciativas de explotación minera que puedan venir, incluida Agua Rica. Por cierto, se trata de una muy buena noticia para los pueblos del Oeste, que sufren los embates de una creciente desocupación.
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